Por Andrés Pascual
El año pasado Enrique Encinosa fue exaltado al Salón de la Fama del Boxeo del Estado de la Florida
La labor de seguir la pista por los difíciles y enmarañados vericuetos del tiempo tras cualquier acontecimiento histórico, es harto difícil, por lo que requiere de voluntad, de paciencia y de inteligencia.
“El buen tiempo ido…” y no es verdad que “cualquier tiempo pasado haya sido mejor”; pero hay actividades en que la ambición humana, manifestada a través de cualquier elemento a favor de sus intereses, por turbio y contaminante que sea, le han creado visos de decadencia evidente a muchos sectores de la sociedad moderna. Y “decadencia” es una mácula y pasado “una virtud”
En lo boxístico, en lo beisbolero, incluso en el balompié, hay una indudable huella de pérdida de la clase profesional con respecto al pasado glorioso de estos pasatiempos; pero, si algo ha contribuido a la peligrosa crisis que los afecta, que nadie dude que es la manera desvergonzada de manipular sus espacios de interéses por las personalidades grises que los controlan.
Hoy todo es dinero en el deporte de las narices chatas y las orejas de coliflores, sin importar la desmoralización y la escasez absoluta de decencia que tienen al pugilismo al filo de un peligroso abismo.
El promotaje de hoy, contuberniado con los mandamases del bochornoso rosario de entidades boxísticas que rigen el noble deporte; incluso por la creación de los mil y un cinturones en funciones, inservibles en realidad hasta el novísimo Diamond Belt, son razones que, como en casi todo en estos tiempos, sin gracia para la humanidad, la corrupción está presente.
Hay una labor periodístico-informativa; es decir, indagativa, que, acaso, sea una de las facetas relacionadas con el deporte que se mantienen incorruptibles ante el empuje de la tempestad de suciedades que abarcan el espectro pugilístico; tal actividad es la que llevan a cabo los historiadores, quienes, sin recibir pago por tamaña faena y solo por amor al deporte buscan, revisan, invierten tiempo acaso valioso para otros menesteres, sacándole a cada rincón de un pedazo de periódico con 80 ó más años, la información valiosa que ayudará al lector a conocer el pasado, a entender mejor el presente y a proyectarse hacia el futuro con seguridad.
Sí, en el boxeo, el tiempo pasado es infinitamente mejor que el presente; a pesar de sus lacras, que las tuvo, porque las espaldas que hoy deberían soportar la moral y la vergüenza para mantener en fase de respeto el deporte, no son suficientemente resistentes para sostenerlo en niveles de credibilidad.
Hay historiadores en todo el mundo confiables, superestrellas de la actividad, que contribuyen a ratificar las razones de la nostalgia por el pasado virtuoso y brillante en los anales de Fistiana, tal vez el rostro mas visible hoy sea el de Bert “Sugar” Randolph.
En Miami hay eminentes en la crónica boxística, yo diría que Santos Pérez, brillante en el staff de The Miami Herald, es uno de ellos; sin dudas, un especialista de primer grado. Pepe Campos, conductor del mejor programa mañanero sobre deportes de la ciudad “Matutino ESPN deportes” junto al Amigo, es suficiente a la hora de recontar capítulos de historia boxística; Antonio Purriños, director-editor del valioso periodico comunitario La Voz de Miami Beach, vivió una parte importante desde los cuarentas del boxeo cubano y, desde 1960, el de Nueva York, que es mucho decir. Cesar Temes, veterano periodista retirado hace muy poco, con mas de 60 años en la crónica, que fue manager de boxeadores y J’ de Prensa para Cuco Conde durante la era republicana, de credibilidad absoluta como testigo del acontecimiento, es un valor indudable en los avatares de la historia del pugilismo cubano, regional y mundial.
Pero los dos historiadores más importantes en español sobre boxeo en esta ciudad son Melchor Rodríguez, quien trabaja como apoyo de Enrique Encinosa en cuanto al boxeo cubano de antes, trabajo que hace desde las sombras y sin solicitar reconocimiento y al que nombro como merecido homenaje, que es más una obligación con el brillante indagador; otro fiel testigo del acontecimiento del boxeo cubano desde su niñez y cuyos ojos disfrutaron las grandes batallas del ring en Cuba dede los 30’s, hasta que la tiranía dictatorial decidió liquidar, arbitrariamente, el profesionalismo. Melchor es una valiosa joya cuando se necesite un dato fiel de cualquier época del pugilismo si el cronista interesado no quiere hacer el hazmerreír por hablar basura sin importancia. ¡Y Enrique Encinosa…!
Encinosa es un periodista versátil y patriota a carta cabal; autor del único gran libro sobre el boxeo cubano, Azúcar y Chocolate; además de cientos de crónicas sobre boxeo mundial en muchas de las más importantes publicaciones de este país en español o en inglés.
Amigo y colaborador del Maestro de la Historia del Mundo de Fistiana, Hank Kaplan, quien fuera hijo adptivo de la ciudad, fallecido hace pocos años en Miami; amigo de sociedad y colaboración de Cris y de Angelo Dundee; asesor de películas sobre boxeo hechas en Hollywood; manager de más de 15 boxeadores, entre ellos Robert Daniels, que fuera campeón lightheavy y promotor exitoso durante una época competitiva en el negocio. Este hombre conoce de arriba abajo los secretos del pugilismo si agregamos que, durante su servicio militar, boxeo en la división mediana.
¿Cuántos historiadores de boxeo quedarán en Miami a la sombra, oficiales o no? Yo no sé, incluso, dentro del público lector, existen individuos con tal grado de fanatismo que son capaces de mover con facilidad y acierto montañas de datos y fechas de toda una vida, especie de “currículum vitae” en asuntos de trivia deportiva; pero, como Enrique Encinosa, con su disponibilidad ante el reto de conocer, no.
No solo en la ciudad, porque este individuo es la máxima autoridad de nacionalidad cubana sobre boxeo vivo. Enrique es uno de los editores de BOXREC, el más importante grupo y portal de investigación boxística que existe y, si quiere otro mendrugo, es miembro del Comité de Elección al Salón de la Fama del Boxeo Internacional con sede en Canastota, Nueva York.
Evidentemente, Encinosa, que funciona también como periodista J’ de Información de Radio Mambí, es una de las personalidades importantes, en sentido general, del exilio cubano; aunque tal vez sea mejor retirar lo de “el exilio” y escribir que es, con justicia, una de las más auténticas personalidades del sector deportivo de la patria de Martí.
6 comentarios
A Emilio Marquiegui no le mencionas. A mí fué el que me metio el gusanillo del noble arte, allá hace unos 20 años con el programa de tele 5, pressing boxeo. No soy un gran entendido del mundo periodístico que rodea el ¿mafioso? mundo del boxeo, pero creo que en España el merece una mención.
Ignoro si es algo personal o por el contrario, en tu opinión, no merece un lugar entre los grandes del peridismo en el boxeo.
Lo que si sé, es que tanto el como Ugarte son las dos cabezas visibles en este país de este invisible deporte
Ni le voy a mencionar, hable de cubanos en Estados Unidos y de Sugar por su promocion.
Yo me decantaría con el maestro Elio Guzmán es una gozada oirle hablar en marca TV, da catedras de boxeo.
Se me olvidaba el gran Xavier Azpitarte era muy reconocido internacionalmente y junto a Guzmán y Ugarte lo máximo.
Lo siento, pensé que Enrique Encinosa era Español. Por cierto Manu, comparto tus comentarios
guiero saber la historia de Emilio milian boxciador cubano gue pelio con Tiofilom Estiberson inclullendo como murio y el año muchas grasias antisipadas y saludos ALEX ORTEGA