Por Andrés Pascual
El pleito Coto-Margarito no recauda como quiere HBO
La Comisión de Boxeo del Estado de Nueva York, tan preocupada por la salud del ex campeón azteca Antonio Margarito como sin escrúpulos cuando de aprobar pleitos, (Nevada, Texas y Los Angeles también) de peleadores negros u otros mexicanos medio muertos se ha tratado antes, tiene en jaque a la fanaticada boricua de la Gran Manzana porque “los problemas de visión como resultado de la golpeadura que le propinó el ex PacMan al natural de Tijuana, pueden cancelar o mover de fecha la revancha, prevista para el día 3 de diciembre, al retenerle la licencia”. Bueno, cancelar sí; pero, ¿Cambiar la fecha? ¿Por qué?
Ni Top Rank ni Bob Arum ni HBO escapan a la suspicacia cuando de analizar acontecimientos del boxeo en que se involucren se trate, porque existe un rosario de infidelidades, de encubrimiento de intereses dignos de una enciclopedia. A estas alturas, casi nadie debe cuestionarlo.
La pelea entre Miguel Coto y Antonio Margarito es de público reducido, a base de mexicanos y puertorriqueños y no de todos, sino de los que gozan con el morbo “retro” “por lo que pudo haber sido y no fue en la derrota del boricua” y la sospecha por lo de los guantes alterados para la pelea con Shane Mosley después.
Ya hay una idea por escrutinio previo de las compras del PPV, posiblemente, el pleito no recaudaría ni la mitad de la inversión, luego, lo mejor sería un movimiento de fecha hacia nunca y asunto concluido.
Como que en las oficinas que tienen como responsabilidad presentar la pelea son humanos, pues se equivocaron al considerar a Coto y a Margarito, incluso “machucados” y con el pie en el ómnibus de regreso, como atracciones de taquilla capaces de contentar a todo el mundo con ganancias estilo Mayweathers jr-de La Hoya o Márquez-Floyd. Entonces apuestan por la justificación de la licencia por asuntos de la vista en Nueva York y…
Pero tienen otra bala, dos euro-orientales y uno de ellos Vanes Martirosyan, porque si algo saben bien es que Coto contra cualquiera de estos peleadores asegura toda la ex Unión Soviética y parte grande de Japón, Alemania, Australia y hasta de los propios Estados Unidos comprando la señal abusadora.
Por esa razón, por los intereses económicos, es que ni han intentado darle una oportunidad al cubano Erislandi Lara contra Vanes, porque en sistema regular de HBO no es factible y en PPV un fracaso económico, que es lo que interesa en el circuito del promotaje, no importa que el espectáculo asegure el éxito artístico y deportivo, porque el público tampoco importa como no sea para utilizarlo sin escrúpulos. Una buena pelea no está en la agenda nunca, si sale bien y, si no, también.
Cinco minutos después de concluida la pelea entre Márquez y Pacquiao, Freddie Roach informó el mes y el día de la revancha porque “nos ha puesto tres veces en problemas”, lo raro es que nadie se la había pedido aún.
Aquí volvieron a fallar, porque, posiblemente, ya nadie esté pendiente de si fue o no un robo el resultado de la pelea recién efectuada, sino de lo poco que pudiera hacer Pacquiao contra Mayweathers jr o contra cualquiera de los que noqueó de divisiones superiores, que son a quienes deberían darles la revancha.
De igual forma que Márquez debe pedir el doble de lo que le paguen al filipino para salir del ring como ganador cuando se la quiten, Antonio Margarito, Mosley y Clottey deben cerrar filas por otro pleito contra el asiático que, a fin de cuentas, no es pasión, como dijo José Sulaimán, lo que le faltó contra Márquez, sino otra cosa tan fuerte como ese sentimiento y obligatoria para engañar.