Por Andrés Pascual
¿Cómo se debe nombrar una pelea en que no hay en juego ninguna faja mundial, incluso, sin fallo escalatorio en el ranking de la división? ¿Cómo consideran hoy ese tipo de combate?
Bien, las peleas por intereses promocionales se nombraban “especiales” y existen desde hace mas de 70 años.
Durante la era dorada del pugilismo profesional -hablo de antes de 1990-, era común producir peleas entre boxeadores que habían sido estelaristas, a la distancia de 10 rounds ó de 8.
Muchos de los grandes pugilistas de la historia pelearon peleas especiales a 10 rounds como estelaristas: “Sugar” Ray Robinson y Kid Gavilan se enfrentaron a diez peleados episodios el 23 de septiembre de 1948, en Nueva York, llevándose el americano la decisión judicial; Harry Greb, el fenomenal “Molino de Pittsburg”, que humillo a Jack Dempsey en un bote casino en el Missisippi y que combatió contra gladiadores de mucho más peso corporal, efectúo una gran cantidad de peleas especiales en varias ciudades de este país.
Para los peleadores negros de principios del siglo pasado, era común efectuar combates de mas de 15 asaltos sin ninguna discusión, como no fuera la propia victoria en el ring; así, inmortales sepias como Joe Gans -que destrono y demolió a Battling Nelson en el primer combate de gran bolsa promoteado por Tex Rickert, en 1902-, efectúo varios combates especiales durante su carrera; otro peleador de raza negra, de los mejores boxeadores de la historia, que logro derribar a Jack Johnson con un golpe efectivo, combatió de forma especial en infinidad de oportunidades.
Lo mismo puede decirse de Harry Wills, “La Pantera Negra”, a quien el racismo blanco le impidió acaso destronar a Dempsey descalificando la pelea que ya tenia la propaganda y los tickets de entrada (foto del ticket), en circulación.
Mickey Walker, uno de los mejores peleadores de la historia, apodado “El Bulldog de Juguete”, capaz de enfrentar a pesos completos como Max Schmellings o Pau Uzcudun, también ocupó su tiempo de actividad en peleas especiales.
Kid Chocolate, el fenómeno negro cubano de finales de los veintes y principios de los treintas, a partir de 1935 entró en un rosario de peleas especiales de 8 rounds, que marchó parejo con su evidente y acelerada decadencia.
Es decir, las peleas de boxeo de carácter especial también tienen un atractivo y es el del público fanático de este o aquel púgil, matizada a veces por circunstancias regionalistas o nacionalistas.
Una pelea especial, recordada por cubanos de 85 o más años, fue la del cubano Joe Legon contra ell Hall de la Fama Holman Williams a ocho rounds,. El pleito fue intercalado como preliminar en el cartel en que Joe Louis derroto por decisión a 15 rounds, en el Madison Square Garden, al chileno Arturo Godoy, el 9 de febrero de 1940, titulo de peso completo en poder del Bombardero de Detroit en juego.
Nadie puede negar que una pelea de boxeo puede perder interés por considerarse especial; ahora, a la distancia de 12 rounds, es decir, la misma de campeonato mundial entre dos peleadores que ya no pueden dar lo mejor de sí porque se agotaron por efectos de la edad o de otra circunstancia, eso…eso son otros cinco pesos.
3 comentarios
Ahh ok. Pascual. Ya desenpolvaste tu libro de historia boxistica. !!! Ya guardalo !!!!
Porque para estar leyendo articulos de boxeadores de hace 100 años no le veo a quien le importe…
Saca tu libro actual.y dale una estudiadita para que escribas algo que valga la pena….
Hay está tu segundo comentario señor pascual, ahora ve a comprar una tortuga…… Si alguien le interesa saber por qué la tortuga que pregunte.
COMPRATE UN P E RR O PAS KU L00000 JAJA