Edmundo F. Hernández Vergara
Montebello, Ca.-Quince años después de su retiro como profesional, el “César del Boxeo” continúa levantando pasiones y provocando tumultos en donde quiera que se aparece.
Cuando a inicios de año fue anunciado como uno de los elegidos para ingresar al National Boxing Hall of Fame, como parte de la clase 2019, se generó una expectación de dimensiones inusitadas. Sin lugar a dudas, resulta un lujo para cualquier organización de este tipo contar con la presencia del mejor boxeador mexicano de todos los tiempos. Entonces, Bill Dempsey Young, presidente del Salón, vio con beneplácito que el “sold out” de su evento del domingo 28 de abril estaba asegurado mucho antes de lo previsto.
El tijuanense Benjamín Rendón Castrejón, integrante de la mesa directiva, tuvo la encomienda de asegurar la asistencia de Julio César Chávez. Amigo entrañable del campeón desde la década de los ochenta, Rendón cuidó cada detalle para que nada fallara.
Minutos antes de las once de la mañana, hora pactada para el inicio de la ceremonia de inducción, el lujoso recinto del Quiet Cannon de Montebello, California, lucía repleto. No había silla sin dueño.
Las personalidades posaban amablemente para las cámaras y firmaban autógrafos en guantes y revistas, en diversos puntos del salón. Humberto “Chiquita” González y Michael Carbajal eran los más solicitados. Una foto en medio de estos dos púgiles legendarios que revolucionaron las llamadas categorías chicas en la década de los noventa, es una joya. Un exboxeador, proveniente de Tijuana, está a punto de conseguir la imagen deseada. Se encuentra en medio de la “Chiquita” y Carbajal, la cámara del teléfono móvil está lista, pero entonces llega Carlos Zárate, el famoso “Cañas”, y se invita él mismo de manera inesperada a la foto, posa en guardia y dice: “Ni modo que me quiten”. Estallan en risas Humberto, Michael y el expúgil de Tijuana, quien se dirige a don Carlos y le expresa: “Usted se cuece aparte, señorón. Usted es top ten del boxeo mexicano. Mis respetos”. “Click”, una, dos, tres veces… el momento queda petrificado.
Del otro lado del salón estaba Abel Sánchez, afamado entrenador mexicano al que la prensa bombardeó toda la mañana con la pregunta obligada: “¿Por qué terminó su relación con Golovkin?”. Sánchez se mostró en todo momento accesible, pero le fue complicado disimular que el cuestionamiento le incomodaba. Se le endurecía el rostro y se limitaba a declarar: “Fue una cuestión de dinero. No pasa nada, le deseo lo mejor a Gennady”.
Muy cerca del exentrenador de Golovkin, los asistentes de mayor edad habían reconocido a Eudibiel “Chango” Carmona, monarca ligero del CMB a principios de los años setenta. Carmona se encuentra en la memoria de la vieja guardia como un peleador aguerrido, que fue monarca en una época en la que los títulos tenían mayor valor. No importa que haya perdido el cinto en su primera defensa ante Rodolfo “Gato” González.
Y a todo esto, ya eran las 12 del día y Julio César no llegaba. Benjamín Rendón empezaba a preocuparse. Habían prolongado el inicio del evento para darle tiempo al campeón, pero ya no era posible aplazarlo ni un minuto más. Raúl “Jíbaro” Pérez, otro de los galardonados de ese día y amigo cercano de Chávez, acabó con la esperanza de un par de hermanos cuarentones que habían acudido al evento con la idea de conocer al mítico peleador sonorense: “Conociéndolo, No creo que venga. Me sorprendería mucho verlo aquí… Sería una chulada que viniera, pero no va a venir”, dijo tajante.
Resignado pero sin perder la jovialidad, Bill Dempsey Young, de cabellos plateados e impecable smoking, tomó el micrófono pasado el mediodía y dio inicio a la quinta edición de la ceremonia de inducción del National Boxing Hall of Fame. Desde su mesa, Rendón volteaba hacia la entrada del lugar a la espera de que apareciera en cualquier momento la deseada figura de Julio César Chávez. Nada. Tampoco en el celular. Ni un whatsapp del campeón. Ya nadie lo esperaba. El “Jíbaro tenía razón.
Pero de pronto Julio apareció en la mesa de honor, vestido completamente de negro, saludando a la “Chiquita”, a Zárate, al “Jíbaro”, con su clásica sonrisa de sus noches de gloria. Nadie lo vio cruzar por el recinto, pero ahí estaba. Y el alma le volvió al cuerpo a Rendón, a Dempsey y a todos los que hicieron el viaje y pagaron un boleto de 75 dólares solo por él. Estábamos completos, podíamos volver a empezar si era necesario.
Sin mucha demora, llegó el turno de su inducción. Solo Michael Carbajal había tenido el privilegio antes que él. La atención de los más de cuatrocientos asistentes era total, como sucede al inicio de cualquier evento.
Entonces, Benjamín Rendón Castrejón tomó la palabra y le dedicó un emotivo discurso a la leyenda.
“Hago memoria, pero me cuesta trabajo recordar, no a un boxeador, sino a un deportista tan dominante de su época. Ochenta y nueve victorias, con 74 nocauts, acumulaba el gran campeón mexicano cuando apareció `El Cirujano` Frankie Randall, para derrotarlo por primera ocasión en enero de 1994. Sus 31 triunfos en combates de campeonato mundial no los tiene nadie; es el máximo ganador en la historia en peleas con título de por medio. Se dice fácil, pero sus números son realmente impresionantes y hablan de la calidad de un auténtico fuera de serie”, expresó el también oficial del CMB.
Y agregó, dando paso al estruendo de las palmas: “Julio, bienvenido seas como nuevo integrante del National Boxing Hall of Fame. ¡Dios te bendiga, campeón! Gracias por estar aquí”.
Objeto de múltiples distinciones a través de los años, increíblemente el “Gran Campeón Mexicano” no ha perdido la capacidad de sentirse halagado. Se aprecia en su rostro cierto rubor y sus palabras son sinceras y humildes.
“Muchas gracias a todos, a Benjamín Rendón, al señor Dempsey. Me siento muy contento de recibir este reconocimiento en la misma ciudad donde me coroné por primera vez. Pasan los años y el cariño de la gente sigue creciendo. Gracias por tantas muestras de afecto”, expresó Chávez en un inicio.
“Siempre he escuchado que soy el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos, y la verdad nunca me lo he creído. México ha tenido tantos campeones del mundo, muy buenos todos, que me cuesta trabajo creer que yo soy el mejor de ellos. Pero de tanto que lo dicen, de tanto que han insistido con eso, se los voy a creer, lo voy a aceptar”, añadió un poco en broma, un poco en serio.
El “César del Boxeo” recibió de manos de Rendón la estatuilla bronceada que lo acredita como nuevo integrante del Salón Nacional de la Fama, sonrío agradecido ante el aplauso de mayor ímpetu de la tarde y se quedó algunos minutos más, sentado en la mesa de honor, adonde se acercaban algunos asistentes en busca de su firma o de la foto a su lado. Chávez accedía a cada petición, hasta que le pusieron un guardia enfrente que impidió el paso de la gente.
Luego, se dio tiempo de bromear con Humberto González, uno de sus contemporáneos. Micrófono en mano, la “Chiquita” agradecía su inducción cuando Julio César se acercó con una silla y lo invitó a que se subiera, haciendo mofa sana y sin dolo sobre su corta estatura. Los presentes soltaron la carcajada de buena gana y el “Pequeño Gigante de Neza” lo tomó con humor, subió a la silla y dijo:
“Admiro mucho a mi compadre Julio, fue un grande, pero yo también llenaba el Forum de Inglewood y tengo mi historia. Me siento muy emocionado. Agradezco a todos los que hicieron posible esta inducción”, expresó, bajó del mueble y se abrazó con Chávez. Los flashes se encendieron y se apagaron una y otra vez, con mayor insistencia que en cualquier otro momento en el Quiet Cannon.
A media ceremonia, la leyenda decidió irse. Se levantó y tomó camino a la salida por una de las orillas del salón. Sin imprevistos, le hubiera tomado menos de 30 segundos abandonar el recinto. Pero la gente lo cercó, lo rodeó y retrasó su huida por varios minutos. Chávez caminaba lentamente y comandaba desde el centro el tumulto, que avanzaba con torpeza atropellando a otras personas, tirando charolas con comida, vasos de vidrio que crujían en el piso, teléfonos móviles que escapaban de las manos de sus dueños. Imposible conseguir la fotografía en esas circunstancias. Hubo que palmear al campeón en el hombro como consuelo y nada más, como el señor proveniente de Sonora que se hizo boxeador por Julio en su juventud y ahora, en el retiro, asistió al evento solo para tomarse una fotografía con él, una fotografía que ha deseado toda su vida.
“¡Chingada madre! A ver cuándo se me hace”, dijo mientras lo veía pasar y desactivaba el modo de cámara de su celular. ¡Adiós foto! Fue por su saco que había dejado en el respaldo de su asiento y se dirigió a la salida. La función había terminado para él, y para muchos más.
Fotos: EFHV
22 comentarios
CON TODO EL RESPETO..PERO CHÁVEZ CONSIDERADO EL MEJOR DE LA HISTORIA EN EL BOX MEXICANO..Y SE RAJO EN VARIAS DE SUS ÚLTIMAS PELEAS….
ASÍ QUE NO HABLEN TANTA KAKA.
Y CONSTE QUE DIJE. CON TODO EL RESPETO ..PORQUE EL SEÑOR CHAVEZ NO TIENE CULPA DE LA CANTIDAD DE CANELOVERS. Y COMEMIERDASSSS.💩💩💩💩..DE ESTE FÓRUM..😁😁😁
Julio Cesar Chavez el más grande junto a Salvador Sánchez.
Recuerdos para la PERRA DE CHIHUHUA.
CHAVEZ MASACRÓ A TODOS LOS CARIMIERDEÑOS QUE ENFRENTÓ Y HOY ESTÁN EN EL SALÓN DE LA FAMA
PREPARATION H
TIGRE ..Y LOS QUE LO MASACRARON A ÉL .. TAMBIÉN..😁😁😁😂😂😂
Y…YA …QUE TE LLAMO A LA MIGRA….😎😁
El Murova,..el idiota viejito con aires de millonario jajjjajajajajaja se le olvida a esta bazofia con arrugas que los suyos son los mas llorones jajajjaj
.Y SE RAJO EN VARIAS DE SUS ÚLTIMAS PELEAS..
Ahí mismo tienes tu respuesta sabiondo.
no se rajo. lo rajaron, por que le estaban dando sus madrizas, sin inventar pretextos.
Se puede criticar al canelo o otros boxers que no convezen del Todo pero criticar y Llamar rajon a un campeon del calibre de Chavez sr,es de imbesiles retrasados mentales.
CON TODO Respeto, y lo primer que haces es aventar mierda por el hocico.
A chavez nadie le regalo nada, ni dejo lugar a dudas de su calidad. Casi una década dominando a todo el que se le ponía enfrente.
Antes de hablar de chavez tocate a ver si todavía traes huevos, para que no te comportes como vieja verdulera.
El mejor de Mexico casi sin duda, pues Salvador pudo serlo. Bien que sus compatriotas le reconozcan
En su peak alguien que hiciera rajar o siquiera ponerle freno a esa súper Estrella? 😂😂🤣🤣.. a tziu lo hubiera reventado a una mano !! Jajajaja.. cuanta envidia de la changuizs cagona.. brincos dieran !! Por haber tenido una súper Estrella 3 veces menos que el.. o mínimo!! Que tuvieran la mitad de huevos de los que él tenía..
Sin duda alguna el mejor de todos los tiempos de México el gran JULIO CESAR CHAVEZ, espero y se respete la nota y no la manchen estos foristas que solo insultan. Difícil de igualar su récord, solo el tiempo y sus adicciones lo derrotaron
EL MUROVA dice: 2 mayo, 2019 a 21:17
CON TODO EL RESPETO..PERO CHÁVEZ CONSIDERADO EL MEJOR DE LA HISTORIA EN EL BOX MEXICANO..Y SE RAJO EN VARIAS DE SUS ÚLTIMAS PELEAS….
ASÍ QUE NO HABLEN TANTA KAKA.////////////////////////////////Hasta adentro que estan cenando. Asi la traes.
Pues con todo respeto te vas a la chingada el murova,cuando hables de JC CHAVEZ ponte de pie pinche gato igualado
Con respeto eh
Es simplemente el mejor mexicano de todos los tiempos, Salvador Sánchez iba que volaba para allá pero pues ya no pudimos saberlo, Chávez fue un campeón de los que el deporte nos regala cada 100 años, simplemente el mejor en su tiempo y en su peso, nadie absolutamente nadie le pudo haber ganado en su prime time, coincido en que sólo las adicciones y el tiempo lo derrotaron como a cualquier otro deportista, fue como el Pelé del boxeo o el Michael Jordan o un Michael Phelps, por citar algunos ejemplos que eran ellos y luego muy atrás el reto de los demás.
Mi compatriota muy bieno pero perdio con los mejores igual que oscar igual que casi todos ni modo asi es la vida
“La Chiquita González” siempre peló en desventaja por su estatura! jaaaaaaaaaa
ME COJIO SAL SANCHES EL INMORTAL el 3 MAYO, 2019 19:27
Mi compatriota muy bieno pero perdio con los mejores igual que oscar igual que casi todos ni modo asi es la vida……………….///////////////……………..cual paisano hijo de tu pe-rra ma-dre,..ganas tienes marrano y jotho jjjajajaja
excelente cronica. No estuve en el lugar y el escritor me transporto. Lo felicito al igual que a julio cesar, el mas grande. deberian contratar mas periodistas como este señor Edmundo, escribe de lo mejor.
saludos y arriba Mexico!!