Hace 68 años
Por Simón Piña
Era el 23 de septiembre de 1952 y en Estadio Municipal de Filadelfia se hallaba abarrotado de impacientes fanáticos que en gran número, se habían congregado para observar y disfrutar de la gran pelea entre el veterano Campeón Mundial de los pesos pesados, Jersey Joe Walcott, de 38 años y el joven y potente Rocky Marciano de 29 e invicto en 43 combates con 39 nocauts. Walcott venía a la tercera defensa de su título que había ganado mediante un sorpresivo nocaut al ex campeón Ezzard Charles en el 7mo round. Este ya era su 3er enfrentamiento. Charles había vencido dos veces a Walcott, aunque este, ya como campeón, lo venció nuevamente, esta vez por decisión.
Ambos traían grandes antecedentes como para considerarse de los mejores pesados del planeta. Aparte de sus cuatro peleas con Charles, el Campeón Jersey Joe Walcott contaba en su record con dos tremendos enfrentamientos con el eterno Joe Louis al cual derribó un par de veces antes de verse perjudicado por los jueces en la primera confrontación entre ambos. En la segundo, Louis lo noqueó en el round 11 en otra gran pelea. Marciano, por su parte, venia de terminantes demostraciones ante el veterano Joe Louis al que noqueó lastimosamente en el 8vo round en lo que fue la última pelea del gran Bombardero Marrón. Asimismo, el italo-americano tuvo una última gran demostración al noquear al durísimo Harry Mathews.
La pelea
El Campeón Walcott comenzó la pelea luciendo una velocidad relampagueante. Soltaba veloces y potentes combinaciones que remataba con un poderoso gancho de izquierda. Marciano trataba de ajustar su vista a aquellos disparos, pero le pasaban silbando cerca del rostro sin que pudiera siquiera verlos. En una de esas, un imponente gancho de izquierda aterrizó en la mandíbula de Rocky y este cayó sentado, casi en el medio del ring. Se levantó mareado pero se alistó a seguir. El referee Charles Daggerts le contó y le conminó a continuar. Los ganchos poderosos de Walcott le llovían por todas partes. El invicto noqueador estaba siendo zarandeado por el veterano monarca.
Marciano salió un poco recuperado, pero Walcott seguía ejerciendo su autoridad a base de un ataque contundente con ambas manos y buen desplazamiento de piernas. Cualquier iniciativa de Marciano era anticipada por la lucidez y velocidad de reacción del Campeón. Rocky, casi a trompicones, terminó el 2do y el 3er round. La ventaja inicial de Walcott era apreciable. En los asaltos siguientes, seguía sobresaliendo la mejor técnica y el boxeo superior de Walcott, aunque su potencia había disminuido y ya le era difícil detener a Marciano y para evitar su ataque, se amarraba.
Cambia el panorama
Al llegar al último tercio de la pelea, aunque abajo en la puntuación, Marciano se había adueñado ya de la ofensiva del combate. A Walcott le estaban pegando los años y el castigo a la línea media de Marciano. El Campeón ya no tenía fuerzas como para hacerle daño al agresivo retador y retrocedía y se amarraba. Ya no contragolpeaba con potencia como al principio; sólo Jabeaba y se agarraba. Marciano ya estaba lanzado al ataque y amenazaba con resolver por la vía rápida, aquel pleito que, a los puntos, estaba perdido.
En el round 12, Marciano aporreó a Walcott quien se fue a su rincón en malas condiciones. Para el 13, Marciano salió a liquidar mientras Walcott buscaba tiempo para llegar al campanazo final obtener el veredicto de los jueces. Marciano sabía que lo tenía y lo llevó hasta las cuerdas donde le aplicó un mortal derechazo que pasó a la historia como la derecha más criminal de todos los tiempos en el boxeo. Walcott quedó desvanecido pero no cayó inmediatamente porque el brazo izquierdo se le quedó enganchado entre las sogas. Fue cayendo en cámara lenta mientras el referee Charles Daggert efectuaba el conteo tranquilamente. De todos modos, Walcott no se iba a despertar todavía.
Walcott todavía ganaba
Para el momento del Ko, las tarjetas iban así: Charles Daggert, el referee, la llevaba 7-4; Zachary Clayton, quien fuera referee, 23 años más tarde, de la pelea entre Alí y Foreman, votó 8-4 y Pete Tomasco la llevaba 7-5, todos a favor de Walcott. Así llegó Rocky Marciano al título mundial pesado el cual defendió con éxito hasta 1956 cuando lo refrendó por última vez optando luego, por el retiro.