Terence Crawford dijo que está dispuesto a subir a las mismísimas 168 libras por Canelo. Lo están celebrando como una hazaña y la masa adepta ‘a lo que sea’ lo ve como el desafío del siglo. Hay que bajar a tierra. Lo de Crawford es la consagración del desmadre, la patada en el trasero al boxeo, como negocio y como deporte.
Y lo explicamos en este video con peras, con manzanas y hasta con dibujitos verbales, para oídos sensibles y de los otros. También ponemos sobre la mesa lo que nadie quiere pensar y debería ¿De quién y porqué pudo ser la idea de que Crawford, un campeón unificado que nunca peleó más allá de las 147 de repente quiera pelear contra un rival que viene de pelear en 175?
¿Quién de todos los que tienen poder de decisión ha pensado en las consecuencias que para el boxeo a largo plazo tendrá está onda de unificados contra unificados que nos quieren vender?
Y peor que eso, ¿quién ha tenido un momento de claridad para comprender que el secuestro de los cinturones es la cloaca en donde están enterrando el boxeo y los sueños de todos los que esperan su oportunidad?
Lo analizamos en este video, sin filtro, sin anestesia, directo a la yugular y expresamente prohibido para oídos sensibles. O sea, los oídos de aquellos que ven el boxeo desde algún satélite chino sin control y que les da lo mismo un escándalo que un homenaje.