El boxeo es un deporte que históricamente se ha vinculado con las apuestas. De hecho, no es sorpresa para nadie que algunas de las mayores peleas del mundo se celebren en la ciudad de las Vegas, conocida principalmente por ser la ciudad más apostadora del planeta. Las apuestas comienzan a ser un tema desde que se anuncia una pelea hasta que se anuncia la última campanada. En consecuencia, los mercados de apuestas se mantienen en constante movimiento a medida que surgen nuevas actualizaciones sobre los peleadores en los medios de comunicación, o en incluso entre los fanáticos.
Una vez que se anuncia un combate, los medios y los fanáticos comienzan a jugar su papel en ello. Millones de tweets, pronósticos, análisis e incluso debates acalorados se llevan a cabo. Todo esto también juega un papel crucial en el valor de las cuotas, para bien o para mal. A continuación, te contamos por qué el “hype” sobre un boxeador o una pelea en particular puede cambiar radicalmente el valor de las apuestas.
Oferta y demanda sobre la cuotas
Las casas de apuestas emplean criterios de demanda y oferta sobre las cuotas de apuestas. Esto se debe a que deben prevenir pérdidas enormes en caso de que todo el público se deje llevar por una misma cuota, protegiendo así la banca de la casa. Por lo tanto, a medida que el público decida fijarse, ya sea por intuición o cualquier otro motivo, sobre una cuota en particular, esta puede reducirse, así como su contraparte (el resultado adverso) puede ver que su cuota crezca. Es aquí donde comienzan a jugar las cuotas a favor de los favoritos de la gente, ya que crean una tendencia de apuestas a favor de un boxeador en particular.
Para resolver este problema, los apostadores más talentosos suelen evaluar y comparar las cuotas de las distintas casas de apuestas. Incluso se fijan en más que solo el precio de una cuota, si no también en otros beneficios, como los bonos de las casas de apuestas . Los apostadores suelen realizar un detallado análisis bono bet365, o de las ofertas de otras casas de apuestas pioneras. De esta forma, pueden aprovechar las ofertas especiales para evitar la baja del precio de las cuotas de los favoritos.
Fanatismo y desconocimiento de la pelea
El boxeo está lleno de sorpresas, sobre todo cuando se enfrentan boxeadores de gran renombre contra aquellos que poco se les conoce. En el pasado, hemos podido ver cómo un boxeador de la talla del Saúl “Canelo” Álvarez se vio derrotado por el ruso Dmitry Bivol, dando así una de las mayores sorpresas de los últimos años. Y si bien aquel día el Canelo llegó como el favorito de los fanáticos y los medios, también Bivol llegaba invicto, aunque con un recorrido más modesto que el mexicano.
En un resumen algo vulgar, todos los medios hablaban sobre un boxeador en ascenso que enfrentaba al mejor del mundo. Mientras tanto, todos los fanáticos y programas deportivos daban como ganador al mexicano y sus cuotas se fueron reduciendo. Sin embargo, al final, acabó como ganador Bivol, aunque para varios expertos esto no fue realmente una sorpresa, ya que consideraban que desde el inicio se menospreció al peleador ruso.
Seguimiento del estado de forma de cada boxeador
La información detrás de la pelea es tan valiosa como el mismo premio a la hora de apostar en el boxeo. Y es que hay que pensarlo bien, si un apostador conoce cualquier condicionante sobre el estado de forma de un boxeador, este podría anticiparse al resultado final con mayor precisión. Aquí los medios de divulgación suelen jugar un papel importante, ya que cualquier noticia de última hora sobre una lesión menor o sobre el estado físico del atleta puede hacer que tanto las cuotas como las elecciones de los apostadores cambien.
Hay que decir que este tipo de situaciones suelen moverse hacia ambos lados. Es decir, pueden anticipar resultados a las casas de apuestas o a los apostadores, así como también pueden guiarlos hacia malos pronósticos de las peleas. Al final, los expertos prefieren solo dejarse influenciar por información completamente verídica y de expertos en el deporte, ya que así evitan dejarse guiar por malas señales.