Por Ismael Rubio
En la ciudad de Bayamón, Puerto Rico, un prospecto invicto hijo de una leyenda del boxeo se prepara arduamente para lo que será su próximo compromiso, y que está programado para el 17 de Julio del presente año contra un rival que todavía está por definir. Estamos hablando de Wilfredo Vázquez jr. -hijo del tres veces campeón del mundo en diferentes divisiones, el gran Wilfredo Vázquez-, a quien llamaremos en adelante en este escrito “WV2” –su apodo como boxeador- para diferenciarlo de su padre.
WV2 es un muchacho dedicado 100% al gimnasio, no se desvela, no tiene vicios ni malos hábitos, hasta el momento ha realizado 16 peleas profesionales, marcha invicto, y cuenta con un record de 15 peleas ganadas y 1 empate, 12 de sus victorias las ha superado por la vía del nocaut, nunca hizo peleas a nivel aficionado, y es hasta la edad de 22 años, cuando hace su debut de manera profesional.
Desde entonces ha esterilizado ya tres carteleras en la ciudad de Kissimme, Florida, la que mira ya como su segunda casa. Lleva el importante respaldo de su señor padre Wilfredo Vázquez -quien es su entrenador-, de su promotor Rubén “Tutico” Zavala de “All Star Boxing”, y la cadena de televisión Telemundo, quienes se han encargado de llevarlo paso a paso rumbo a lo que seguramente será una exitosa carrera como boxeador profesional.
“yo estoy asombrado con él, yo pienso que de 100 peleadores buenos hay unos que se hacen, otros que tienen que sacrificarse y hay unos especiales que nacen para ser campeones mundiales, y pienso que él tiene ese privilegio, que nació para ser campeón, porque por la forma en que se ha desarrollado en dos años y cinco meses yo mismo me he quedado asombrado. Él sin haber hecho ninguna pelea aficionado ni pensar entrar en el boxeo” comentaba su señor padre y entrenador Wilfredo Vázquez. Y lo cierto es que WV2 jamás pensó dedicarse al boxeo, la vida, como él mismo explica, le jugó una carta que se suponía no fuera para él, y hoy día, tras poco más de 2 años de carrera profesional, se encuentra figurando entre las grandes promesas del boxeo puertorriqueño. “yo admiraba a mi papá, pero lo menos que quería hacer era ser boxeador, así es el destino y mi mira donde estoy”, nos comentaba el prospecto Wilfredo Vázquez jr.
WV2 tomó la decisión de ser boxeador como una salida a los problemas que se le presentaban en un momento de su vida, él había perdido su empleo, su mujer estaba embarazada y tenía que hacer algo para sacarlos adelante, fue entonces que buscó el apoyo de su padre para que lo ayudara con su preparación para incursionar en el boxeo de manera profesional. “El me dijo que yo estaba loco, esas fueron las palabras que él me dijo sin pensarlo. Él ni pensó en mí, ni analizó lo que yo le estaba diciendo”, confesaba WV2 y recordaba cómo, con solo los consejos del señor Ángel Rosario -quien actualmente forma parte de su esquina- mantuvo una preparación por 1 año y 8 meses, sin nadie más que lo ayudara. Fue entonces como Wilfredo Vázquez sr. comprendió que no era un juego ni un capricho por parte de su hijo. “Cuando mi papá vio que yo le estaba hablando enserio se me acercó y me dijo que si yo hacía las cosas al pie de la letra y me dejaba llevar por todas las cosas que él me dijera, que me daba la mano, y hasta el sol de hoy me he dejado llevar, he sido buen estudiante”, finalizaba WV2.
Creo que para un padre debe ser duro ver pelear a un hijo arriba de un ring, incluso debe ser mas difícil para los que ya practicaron este deporte, porque ellos saben a lo que están expuestos, es un deporte de alto riesgo para los atletas. Sólo recordar el rostro de Thomas Hearns en el último combate de su hijo Ronald, el ver la forma en que fue noqueado por Yoey Jorgey, eso es un sufrimiento difícil de describir. A Julio Cesar Chavez le pasa algo similar con sus hijos Julito y Omar, siempre que ellos se encuentran protagonizando una reyerta, no descansa, va de aquí a allá, libera la ansiedad fumando, gritándoles qué hacer, cómo moverse, qué golpes tirar. El caso particular de los Vázquez es muy diferente de los anteriores ya que aquí el padre está involucrado en la preparación del hijo, tal como los Jones, los Mosley, los Judah, los Spinks. Eso hace más difícil para ellos ya que si su hijo recibe, sienten que el revés también fue de ellos. “Yo no quería que él boxeara, yo quería que él estudiara, y estaba estudiando, pero cuando decidió por su cuenta entrar en el boxeo profesional pues yo lo apoyé”, puntualizaba Wilfredo Vázquez sr.
WV2 sabe que para él es más complicado desarrollarse en el pugilismo que para los otros boxeadores, ya que la mayoría tiene un respaldo de una carrera aficionado, y que comenzaron desde muy jovencitos a practicar el boxeo. En cambio él comenzó tarde, y tiene que esforzarse el doble que sus rivales para adquirir la técnica y conocimientos que ellos ya poseen. “yo estoy aprendiendo y puliendo todo a la misma vez, aprendiendo mi aficionado, aprendiendo mi técnica, aprendiendo mis movimientos, todo lo estoy haciendo en un combate profesional y en el gimnasio, que yo creo que para mi es un poco mas difícil que para los otros compañeros, yo trabajo de lunes a sábado y trabajo fuerte porque pienso y se que es la única forma que pueda dar buena batalla y salir airoso de los combates” manifestaba WV2, a quien motiva toda esa situación, el saberse que a él le está costando mayor trabajo el poder desarrollarse dentro del boxeo, y que los resultados obtenidos han sido favorables gracias al trabajo que ha venido haciendo por más de dos años, y agregaba: “lo que me gusta es saber que yo estoy entrenado, que me están echando a personas que vienen de una trayectoria aficionado increíble, que vienen peleando mucho más que yo, tienen doscientos y pico asaltos en el profesionalismo, y venir yo del gimnasio a treparme en un ring, sin pelear aficionado, con 46 rounds de boxeo y ganarle a una persona experimentada, eso es lo que me motiva a regresar al gimnasio y trabajar más duro, porque el próximo que viene es mas difícil y si yo entreno duro se que me puedo llevar la victoria”.
En su último combate en contra del veterano José Ángel Beranza, un boxeador que ya se había encargado de despachar a otro prospecto Boricua, Jesús Rojas, se dio cuenta de los errores que aún comete en sus peleas y considera aún no estar listo para una pelea titular, argumentando que tal vez haciendo unas 4 o 5 peleas más, pueda sentirse con la confianza de que hará las cosas bien y así lograr alzarse con la victoria en un combate de título mundial. Eso habla bien de este muchacho, quien en todo momento se ha manejado con humildad, ya que tiene los pies bien puestos sobre la tierra, y como decimos aquí en México procura “no dar paso sin Huarache”, y no se deja llevar por la mediatización de los medios de comunicación ya que las expectativas que se tienen sobre él, y valla que son grandes al ser hijo de una súper estrella del boxeo mundial, y uno de los campeones mas sólidos provenientes de Borinquen, y a que muchos quieren ver una continuación de lo que fue su padre dentro del boxeo. “Todo lo que aprendo en el gimnasio es para tratar de ser un gran campeón, que es lo que más anhelo, y que por lo menos mi padre que me dure 100 años y cuando parta con papito dios pueda enseñarle que su hijo fue también campeón del mundo”, finalizaba WV2.
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