Por el profesor: Roberto Quesada.
INTRODUCCIÓN
La Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo es una ciencia moderna. Desde su aparición ha formado parte obligatoria del currículo de las carreras de Cultura Física y Deportes. Pero las más reconocidas Universidades y/o Centros de Educación Superior que imparten estas carreras, ofrecen programas que no pasan de las 80 horas de esta materia. Este hecho paradójico se convierte en una problemática actual del deporte, ya que la Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo es conocida como la Ciencia del Entrenamiento Deportivo; en la cual se estudia el problema científico más apreciable de la actividad deportiva: la elección de las cargas óptimas del entrenamiento.
Pero la insuficiencia de horas de estudios de esta materia no es la única problemática. Lo más trascendental de este hecho lo constituye la gran abstracción que caracteriza el estudio de sus contenidos.
La Teoría y Metodología es quizá una de las materias menos comprendidas de los programas curriculares de las carreras en ciencias del deporte. Una gran cantidad de egresados de dichas carreras no dominan los contenidos de esta materia, debido primero; a la vasta cantidad de tópicos estudiados en ella y en segundo lugar a su complejidad. Entonces que podemos dejar, para las personas vinculadas al deporte que solo tienen un conocimiento científico empírico; ósea nunca han tenido algún estudio de la llamada “ciencia del entrenamiento deportivo”.
El poco dominio de los temas de Teoría y Metodología produce lo que yo denomino “MEDIOCRIDAD PROFESIONAL DE LOS ENTRENADORES”.
Este articulo constituye un método didáctico en sí, pues esclarece de forma gráfica y objetiva cada uno de los aspectos del Entrenamiento Deportivo. Proveyendo al estudioso de la Ciencia del Deporte, una herramienta precisa para la comprensión de los contenidos que se estudian en la Teoría y Metodología del Entrenamiento Deportivo.
Escalera Metodologica.
El uso de la representación gráfica de un mecanismo existente en nuestras vidas cotidianas; como el caso de una escalera común, y la asociación de cada uno de sus elementos conformadores con cada aspecto del proceso pedagógico de entrenamiento deportivo, es un recurso didáctico efectivo en la comprensión y dominio de sus unidades conceptuales. El símil y la metáfora han sido siempre usados para un mejor entendimiento de conceptos e ideas imprecisas de la vida cotidiana. He escogido una escalera común para relacionar alegóricamente sus componentes con cada uno de los elementos que conforman el complejo proceso del entrenamiento deportivo. (Fig. 1).
El complejo proceso del Entrenamiento Deportivo puede compararse de forma integra con una escalera común, del mismo modo podría hacerse entre los elementos que conforman la escalera y el entrenamiento.
Ambas entidades son procesos, ya que están formados por elementos entrelazados entre sí; que forman un sistema complejo de elementos y funciones interrelacionados e interdependientes.
La funcionalidad de cada uno de estos sistemas está garantizada por la presencia cuantitativa y cualitativa de sus componentes integradores. Una escalera sin ningún o algún escalón, deja de ser una escalera funcional. Del mismo modo pasaría con la base, los pasamanos, etc. Esto desde el punto de vista cuantitativo, pero si los escalones, los pasamanos y cualquier otro elemento que conforman la escalera están completos (en número), aunque defectuosos; la escalera también dejaría de ser funcional. Imagine el riesgo que representa ascender por una escalera cuyos escalones y/o pasamanos estén corrompidos o resbalosos: una caída inminente con seguridad.
La misma analogía podríamos establecer con el proceso del entrenamiento deportivo.
El complejo proceso del entrenamiento deportivo está integrado por varios elementos intrínsecos: Objetivos, contenidos de entrenamiento, métodos y principios. Este sistema de elementos está presente en cualquier componente de la preparación deportiva: Técnico-táctica, Física, Teórica y Psicológica.
El objetivo
El objetivo es la categoría rectora de todo proceso. En el caso del entrenamiento deportivo, sería el propósito perseguido: OBTENCIÓN DE LA FORMA DEPORTIVA.
La Forma Deportiva debe entenderse como proceso y como resultado a la vez; es el objetivo primario de todo el proceso de Entrenamiento de forma integral.
Cualquier elemento aislado que se persiga o intente lograrse con el proceso de entrenamiento, con seguridad; no será más que uno de los tantos modelos de la Forma Deportiva correspondiente. Aunque como proceso, se alcance y se pierda periódicamente en las diferentes etapas establecidas en la periodización del entrenamiento; la Forma Deportiva como resultado es un Concepto Categórico.
En dependencia de los requerimientos generales óptimos para cada una de las competencias a participar, se requiere el alcance de un estado también óptimo que garantice no sólo el rendimiento competitivo máximo del deportista, sino también la conservación de su integridad física; que posibilite el desarrollo armónico y continuado de su vida deportiva. Ese estado óptimo que alcanza el deportista en el proceso de entrenamiento es a lo que personalmente llamo Forma Deportiva.
Considero el proceso de entrenamiento como una escalera, partiendo desde un nivel inicial o punto de partida (estado de la forma) y llegando a un nivel superior desde donde se alcanza la Forma Deportiva u objetivo. (Fig. 1).
Contenidos y métodos del entrenamiento
Los escalones de la escalera representan al mismo tiempo los contenidos del entrenamiento (pasos) y los métodos o las formas con que estos son realizados. Por supuesto, estos dos elementos están directamente relacionados y supeditados al objetivo.
Si queremos llegar a un punto superior y utilizamos una escalera para alcanzarlo, sus escalones nos deben dirigir a ese punto (sin desviaciones), y nuestros pasos deben darse en la dirección y el sentido correctos (ascendente).
Ascender una escalera sin pasamanos o pisando escalones resbalosos o defectuosos, lleva implícito un alto riesgo de caer al vacío (abismo metodológico). (Fig. 1).
Abismo metodológico
Se denomina ABISMO METODOLÓGICO a la perdida de los niveles de Forma Deportiva alcanzados hasta el momento de la caída, cuyos índices dependen de cuan profunda sea esta. El abismo metodológico puede ser asociado con el proceso de desentrenamiento. La denominación de “metodológico” se debe a que la caída hasta niveles inferiores de entrenamiento-adaptación funcional o la perdida de los niveles de forma alcanzados hasta la caída en este caso, se deben fundamentalmente a inconsecuencias metodológicas del proceso de entrenamiento.
Los principios del entrenamiento
El empleo de contenidos y/o métodos inadecuados de entrenamiento (escalones de la escalera) nos hace caer en el abismo metodológico. Tal es el caso de una escalera cuyos escalones imperfectos se rompen al pararnos sobre ellos o nos hacen caer porque los mismos estén resbalosos.
Pero la violación de algún o algunos de los principios del entrenamiento deportivo, también ocasiona una caída al abismo metodológico.
Analicemos paso a paso los siete principios más relevantes del entrenamiento deportivo, según el profesor Roberto Quesada.
1. La participación activa y consciente del deportista
En este principio se integran muchos aspectos de la preparación deportiva, sobre todo desde el punto de vista pedagógico. El deportista toma primero conciencia de cada uno de los componentes de su programa de entrenamiento, para posteriormente formar parte activa de su preparación.
Particularmente considero que la preparación deportiva esta compuesta alrededor de un 50% de entrenamiento visible o dirigido y 50% de entrenamiento invisible o autodirigido.
El entrenamiento visible es el dirigido por los entrenadores; técnicos, físicos, etc. Una, dos o tres sesiones de entrenamiento en cancha, gimnasio, pista, etc., diariamente.
El entrenamiento invisible está autodirigido por el propio deportista, en dependencia de sus niveles de preparación teórica. Se desarrolla mediante la forma y/o calidad de sus descansos, su alimentación, sus hábitos, su conducta sexual, entre otros elementos no menos importantes que garantizan que los efectos provocados por las cargas del entrenamiento visible o dirigido, provoquen la adaptación deseada y el consiguiente rendimiento.
Como la mayor responsabilidad en el logro de resultados recae en el propio deportista, los entrenadores deben darle la importancia que tiene el componente teórico de su preparación. Cualquier inconsecuencia metodológica en la planificación y/o dirección de este componente haría caer al deportista de la Escalera Metodológica del Entrenamiento a un Abismo Metodológico. (Fig. 1).
2.El desarrollo multilateral del deportista.
Tras el comienzo de la era olímpica moderna, ha prevalecido en la preparación del deportista el lema “altius, citius, fortius”. Tradicionalmente, los entrenadores se han preocupado por el desarrollo de las capacidades motrices para que sus deportistas sean cada vez más fuertes, más veloces, más flexibles y más resistentes. Pero se han olvidado de algo muy importante. El hecho de que el deportista para competir, rendir y seguir rindiendo, necesita desarrollar determinadas condiciones que garantizan su integridad física. Por tal motivo considero como Forma Deportiva una síntesis de dos tipos diferentes de factores: El desarrollo de las Capacidades Motrices específicas determinantes del rendimiento y el desarrollo de los factores específicos de rehabilitación fisiológica.
Obviamente, la violación de este principio del entrenamiento está directamente relacionada con la aparición de lesiones, que hacen caer al deportista en un Abismo Metodológico de magnitud variable.
3. La especialización del entrenamiento.
Habitualmente hemos visto como los métodos y contenidos del entrenamiento de diferentes deportes se hace sin distinción. Paradigmas como: “Para fuerza de brazos se indica curl de bíceps con barra, para fuerza de pectorales se indica, press de banco, para fuerza de piernas se indican squats, etc., etc.”
La preparación deportiva va mucho más allá de recetas infalibles y panaceas que lo resuelven todo.
Investigaciones recientes han demostrado que el desarrollo de un determinado tipo de capacidad motriz, bajo la realización de determinado patrón de ejercicio no posee transferencia positiva en otras manifestaciones de dicha capacidad. De nada o muy poco serviría desarrollar la fuerza, la velocidad, la flexibilidad o la resistencia, sin tener en cuenta como se manifiestan estas capacidades en la actividad deportiva específica. Un trabajo de este tipo no puede más que dejar caer al deportista en un Abismo metodológico, haciéndole perder o impidiéndole ganar la Forma Deportiva deseada.
4.La individualización del entrenamiento
En mi opinión, el trabajo que se requiere para diseñar un programa periodizado del entrenamiento deportivo, es uno de los más complejos que nos atañe a los especialistas y entrenadores deportivos. De hecho es un tema por lo general incomprendido o parcialmente comprendido por muchos entrenadores. Esto se convierte en -sino la más-, en una de las más caóticas problemáticas del deporte moderno. Este hecho provoca que la mayoría de los “entrenadores” ni siquiera planifiquen el entrenamiento de sus deportistas, e improvisen todas y cada una de las actividades de su entrenamiento. El resto planifica un programa común para todos sus deportistas, sin tener en cuenta las particularidades individuales de cada uno de ellos.
¿Cómo podemos pretender el desarrollo armónico de los deportistas con un programa común de entrenamiento que no tenga en cuenta estos factores?
Unos quizás avancen en su ascenso por la escalera, pero otros (muchos) caerán ineludiblemente al Abismo Metodológico.
5.La variedad del entrenamiento.
Este principio es un módulo abarcador, pues contempla los elementos anteriores. Aunque un entrenamiento variado también es un entrenamiento que contempla actividades múltiples que no hagan caer en la monotonía.
La motivación es un factor decisivo en la consecución del rendimiento, pero en primer lugar, su efecto comienza desde la disponibilidad para entrenar. Por otro lado, un entrenamiento variado será siempre más acercador a las necesidades que un entrenamiento monotemático o especializado.
El desarrollo armónico de la motricidad del deportista responde a la variedad de su formación. Este detalle es un factor de suma importancia cuando se pretende lograr que el deportista no arrastre problemas de motricidad en el aprendizaje y perfeccionamiento de las habilidades técnico-tácticas y el desarrollo de las capacidades motrices.
No es necesario aclarar la estrecha relación que tiene la violación de este principio con la caída del deportista de la Escalera Metodológica del Entrenamiento. (Fig. 1).
6.La modelación del entrenamiento.
Es posiblemente el más relevante de los principios del entrenamiento, por desgracia muchos entrenadores no lo comprenden aún.
Posee una relación muy estrecha con el principio de la especificidad del entrenamiento. El logro de los máximos resultados competitivos se debe en mucho a la capacidad que posea el entrenador para modelar cada uno de los componentes de la preparación del deportista, ajustando cada uno de ellos al modelo de la competición del deporte en cuestión.
Es absurdo ver como un nadador velocista se entrena nadando diariamente tramos de 1000, 1500, 2000 metros o más; un jugador de tenis desarrollando la “resistencia” con trote a paso ligero de 5 kilómetros, o un boxeador desarrollando la fuerza con los mismos ejercicios con pesos que realiza un levantador de pesas.
Estos casos abundan por miles, y de seguro corresponden a los mismos miles de deportistas que jamás llegan a obtener resultados de relevancia. Estos deportistas sobradas veces caen al Abismo Metodológico. (Fig. 1).
7.La progresión de las cargas del entrenamiento.
Un entrenamiento correctamente diseñado, planificado y dirigido será de seguro un proceso exitoso. Tiene mucho que ver la progresión de las cargas del entrenamiento. El progreso es la clave del éxito, mientras que el estancamiento lo es del desentrenamiento.
Muchos modelos de entrenamientos (al azar) no consiguen progresiones por el hecho de que no se planifican en este sentido. Las cargas muchas veces caen en “meseta” o en muchas ocasiones en regresión. Los factores son diversos y mencionarlos a cada uno de ellos nos tomaría un espacio enorme. Lo cierto es que este principio garantiza que cada vez puedan romperse los record establecidos, que el deportista mejore progresivamente su rendimiento y que consiga cada vez mejores y mayores indicadores de adaptación fisiológica.
La violación del principio de la progresión de las cargas provoca claramente un estancamiento o regresión del rendimiento, lo cual induce la caída del deportista en el Abismo Metodológico. (Fig. 1).
Conclusiones
He hecho un análisis de los siete (7) principios del entrenamiento deportivo según Roberto Quesada, los cuales en mi dictamen, recogen todos y cada uno de los elementos determinantes de un correcto y eficiente proceso de entrenamiento deportivo.
Analizar cada uno de los principios planteados por otros autores que han escrito sobre el tema sería -según mi opinión- redundar sobre lo mismo, pero más extensamente. Estoy lejos de la critica, por lo cual; aunque considero que el entrenamiento deportivo visto desde mi perspectiva ( profesor Roberto Quesada), es por un lado más simple a la comprensión y por otro mantiene en el puño del entrenador la garantía de la objetividad de los principios, exhorto a todos los interesados que realicen un análisis de la Escalera Metodológica a todos los principios que encuentren en la literatura sobre el tema. De la misma forma que realicen el análisis tomando como objeto cada uno de los métodos y contenidos de su programa de entrenamiento.
La Escalera Metodológica les servirá no solo para comprender el proceso de entrenamiento deportivo desde un enfoque filosófico, sino también como una herramienta valiosa en la valoración de sus programas de entrenamiento deportivo.
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