Se cumplieron seis años de la partida del triple campeón Alexix Arguello

Seis años se cumplieron el 1 de julio de la partida del gran Campeón nicaragüense Alexis Arguello. No ha pasado ni un solo día sin que la afición boxística no recuerde el estilo, la pegada, sus épicas batallas y, sobre todo, su Don de gente y buena educación. Luego de retirado ejerció cargos políticos en su natal Managua a los cuales llegó gracias a la popularidad adquirida con su trayectoria boxística.

Andrés Alexis Arguello Bohorquez, nació el 19 de abril de 1952 en el barrio Monseñor Lezcano de Managua, capital de la República de Nicaragua. Debutó el 26 de octubre de 1968 Noqueando en el primer round a Israel Medina en el Estadio Cranshaw de Managua. El 14 de diciembre del mismo año enfrentó a Oscar Espinoza y este lo derribó en el mismo 1er round. Se paró y ganó una decisión dividida.

El 1ro de marzo del año siguiente fue noqueado por Omar Amaya en el 4to round de una pelea pactada a 6 asaltos. Vino la revancha el 26 de abril con Oscar Espinoza y Arguello volvió a perder. Esta vez por decisión dividida a seis asaltos.

De ahí en adelante coleccionó una larga cadena de triunfos hasta que el 15 de enero del 72, en el mismo estadio Cranshaw de Managua, tuvo que abandonar su pelea en el sexto round ante Jorge Reyes debido a una lesión en una de sus manos. Luego de este accidente continuó su cadena de triunfos y el 30 de junio se enfrentó al mexicano Octavio “Famoso” Gómez, veterano de mil batallas al que noqueó en 2 asaltos.

Este resultado tendría repercusión en México, por cuanto Gómez era compadre y compañero de farras del ídolo azteca Rubén “El Púas” Olivares y el cual estaba llamado a reinar dos veces en la división Pluma. De modo que, pocos días después, el “Púas” supo de la peligrosidad de Arguello gracias a las referencias que le dio su compadre el “Famoso”.

A finales de año, 24 de noviembre del 73, Alexis tendría una oportunidad de oro para darse a conocer como el  gran aspirante a la corona de los pesos Plumas. El cubano-español José Legrá aceptó venir a Managua a enfrentarlo en busca de un triunfo que lo llevara a una revancha con el brasileño Eder Jofre quien le había arrebatado la corona Pluma hacía unos meses.

Su rival de entonces, el joven Alexis, no contaba con gran record ni su experiencia  se podía comparar con la trayectoria del moreno de Baracoa, Cuba. Así que Legrá veía este compromiso como “Pan Comido” y ya pensaba en Jofre. Craso error. Arguello prendió a Legrá con fuertes puños y, en el mismo 1er round, el cubano quedó en la lona. Este triunfo lo encumbró en los listados de la AMB y el 16 de febrero de 1974, Arguello se fue a Panamá a enfrentar su primera oportunidad titular. Su rival era el Campeón panameño Ernesto “Ñato” Marcel, un verdadero relámpago en el ring.

Heredero del estilo preciosista y del excelso juego de piernas de grandes antepasados boxísticos como Alfonzo Brown, Ismael Laguna, Antonio Amaya, el “Ñato” le dio una verdadera lección de boxeo a Alexis, no sin antes pasar varios sustos por la potente pegada del nica. Los jueces, el histórico árbitro panameño Servio Tulio Lay, dio 146-140, otro grande entre los jurados canaleros, Harmodio Cedeño, la vio 146-142 y finalmente, el conocido comentarista de boxeo Juan Carlos Tapia quien dictaminó 146-140, todos a favor de Marcel.

Pero Arguello sacó importantes conocimientos de esta derrota ante ese Maestro del ring que fue el “Ñato” Marcel. Volvió al ring con mayor seguridad y derrotó a importantes retadores –entre ellos al canadiense Arthur Hafey- antes de afrontar otra oportunidad titular, esta vez ante el mexicano Rubén Olivares. El 23 de noviembre de 1974 en el majestuoso Fórum de Inglewood, Olivares y Arguello se veían las caras en disputa del cetro Pluma de la AMB, que el mexicano había ganado noqueando al japonés Zensuke Utagawa, luego del retiro del “Ñato” Marcel.

Desde el comienzo el habilidoso “Púas” trató de mantener la ofensiva, sobre todo para distraer la poderosa artillería del nicaragüense. No obstante los sorpresivos ataques de Olivares, Arguello trataba de responder con velocidad y potencia. El público del Forum sabía de la pegada de Arguello y del peligro que corría su ídolo al atacar con insistencia al nicaragüense.

La verdad es que Olivares demostró ser un grande del ring en este combate. Mantuvo la pelea en una gran tensión golpeando seguido,  aunque sin mucha fuerza, y obligando a Arguello a pelear al contragolpe. Los rounds pasaban casi sin que el público se diera cuenta, tal era la tensión del combate. Había la sensación de que, mientras estuviera de pie, Olivares estaría ganando la pelea. Pero la verdad, es que arguello devolvía uno a uno los golpes del mexicano.

La pelea avanzaba hacia el final y la afición mexicana, mayoría aplastante en el fórum, tenía la sensación de que si Olivares terminaba de pie, como parecía, ganaría a los puntos. Pero, comenzando el round 13 el Púas se ensartó en un gancho de izquierda del nica, que lo envió a la lona violentamente. El referee Dick Young pareció contar con mucha lentitud, aun cuando Olivares ya estaba de pie.

Se pensaba que el “Púas” debía evitar ahora el cambio de golpes y agarrarse mientras pasaba el mal momento, pero al contrario, se fue encima de Arguello como si fuera él quien había derribado a su rival. Un Uper asesino aterrizó en la mejilla izquierda del “Púas” quien cayó a la lona muy herido, esta vez. Todo había terminado. Arguello era el nuevo Campeón de los Plumas AMB.

Cuatro defensas de la corona, la primera de ellas en el Poliedro de Caracas, en la que noqueó al retador venezolano Leonel Hernández, después efectuó muchas peleas a 10 asaltos sin exponer el título, por problemas con el peso. El 28 de enero de 1978 en el estadio “Juan Ramón Lubriel” de Bayamón, Puerto Rico, enfrentó al terrible fajador Alfredo “El Salsero” Escalera quien le opuso una feroz resistencia ante su público hasta caer batido en el round 13 debido a una horrible herida en el labio superior.

Esta corona, Arguello la defendió en 9 ocasiones. Hasta que el 20 de junio del 81 en Wembley destronó al monarca del peso Ligero, Jim Watt por decisión en 15 asaltos. Pese a alcanzar esta gran meta de coronarse entres divisiones diferentes,

arguello no detuvo su actividad en el ring, al contrario, la incrementó. Cuatro defensas de ese título ante Ray Mancini, Andrew Ganigan, Roberto Elizondo, James Busceme, lo ratificaban como un Campeón sólido. Pero aumentaba de peso y quería más gloria.

Pudiendo enfrentar al Monarca Welter Jr del CMB, Leroy Haley, que lucía accesible para sus aspiraciones, Arguello decidió retar al “Halcón” Aaron Pryor, temible fajador, monarca de la AMB. La pelea fue el 12 de noviembre de 1982 en el  Orange Bowl de Miami. Fue una cruenta batalla en la que prevaleció la velocidad y fuerza de Pryor. El referee Stanley Christodoulou separó a un frenético Pryor del cuerpo casi inerte de Arguello en el round 14.

Pese a este fracaso, Arguello quiso la revancha. Luego de dos victorias, fue otra vez contra Pryor. El 9 de septiembre de 1983 fue la revancha en el Caesar´s Palace de Las Vegas. Otra batalla campal. Esta vez Arguello cayó en el 1ero, quinto y 10 mo round para quedarse sentado en la lona en esta última caída. Luego se retiró tres años, peleó dos veces más y se fue por 8 años. Volvió pero ya no era el mismo y el 21 de enero del 95 hizo su última pelea, la cual perdió por decisión ante Scott Walker.

En los siguientes años, hizo carrera política llegando a ser Alcalde de Managua e igualmente siguió vinculado al boxeo a través de la AMB que lo nombró Juez Internacional. El 1 de julio de 2009 apareció muerto en su casa de Managua, sin que aún se sepa con exactitud qué fue lo que realmente pasó. Presentó un disparo en el pecho y su cuerpo exhibía múltiples laceraciones. Las autoridades dictaminaron suicidio y, aunque han surgido dudas sobre este fallo, esta es la sentencia oficial.

Alexis Arguello es considerado uno de los mejores boxeadores latinos de la historia. Su fluido andar en el ring, sus poderosos puños más su buena educación y caballerosidad, le hacen ser recordado como uno de los héroes del ensogado en la historia del boxeo.

Por Simón Piña