Montebello, Ca.-Veinticinco años después de aquella noche triste en Atlantic City, que marcó su retiro como profesional tras caer noqueado a manos del puertorriqueño Héctor “Macho” Camacho, Ray Charles Leonard continúa levantando pasiones y provocando tumultos en donde quiera que se aparece.
Cuando a inicios de 2020, el oriundo de Wilmington, Carolina del Norte, fue anunciado como uno de los elegidos para ingresar al National Boxing Hall of Fame, se generó una expectación de dimensiones inusitadas. Sin lugar a duda, resulta un lujo para cualquier organización de esta índole contar con la presencia de uno de los mejores pugilistas de todos los tiempos. Entonces, Bill Dempsey Young, presidente del Salón, vio con beneplácito que el “sold out” de la ceremonia estaba asegurado mucho antes de lo previsto. Sin embargo, en aquel momento nadie imaginó que la espera sería de dos años, a consecuencia de una pandemia que ha trastocado al mundo entero en todos sus ámbitos.
De esta manera, cuando hubo luz verde, apareció el ingenio de Dempsey y nombró su evento como “Trilogy”, abriendo paso a las inducciones rezagadas de 2020 y 2021, más la correspondiente al año en curso.
En este contexto, “Trilogy” representó más que una ceremonia de reconocimientos, un reencuentro con viejos amigos que dejaron de verse hace más de 36 meses. Volver a sonreírnos sin la máscara que cubría la boca y estrechar manos antiguas que algún día el mismo boxeo unió, resultó en realidad lo más valioso de ese domingo 24 de abril. No la hemos pasado bien, sufrimos pérdidas invaluables, pero estamos de regreso y estamos de pie, con la guardia en su lugar, igual que nuestros admirables guerreros cuando todo parece perdido arriba del ring. Así nos lo enseñaron ellos, a volver siempre por encima de la más temible adversidad.
¡Y volvimos! Minutos antes de las once de la mañana, hora pactada para el inicio de las inducciones, el lujoso recinto del Quiet Cannon de Montebello, California, lucía repleto. No había silla sin dueño.
Y allá estaba la luminaria de ese mediodía, sobre el estrado, en el centro de un tumulto que empezaba a tornarse incontrolable para los mastodontes que se encargan de la seguridad. Sin perder la calma un solo instante y exhibiendo esa simpatía que también contribuyó en la formación de la figura, “Sugar” Ray Leonard posó para la cámara de una infinidad de celulares, firmó guantes y revistas y permitió que le palmearan la espalda, mientras le decían que era el mejor de todos los tiempos.
Confieso que me abrí paso como pude en ese enjambre enorme y compacto, y llegué hasta Leonard. Me impresionó verlo tan cerca y tan respetado por el tiempo a los 65 años. Me proyectó esa misma sensación de todos los grandes, esa sensación inexplicable de que tienes a alguien diferente enfrente, a un elegido de los dioses. Solo tuve 30 segundos: doble selfie, estrechón de mano y un breve comentario que le arrancó una sonrisa espontanea: “Por ti me hice aficionado; nadie como ´Sugar´…”. Acto seguido, uno de sus guardaespaldas me prensó el brazo y me invitó a retirarme. Sin problemas -pensé contento-, ya tenía la foto.
Mientras tanto, en diversos puntos del salón, otras personalidades atendían también a la gente. José Pipino Cuevas y Jorge “Travieso” Arce eran los más solicitados. Una foto en medio de estos dos púgiles legendarios es una joya. “Click”, una, dos, tres veces… el momento queda petrificado.
Muy cerca de Pipino y Arce, los asistentes de mayor edad habían reconocido a Rodolfo “Gato” González, monarca ligero del CMB a principios de los años setenta. El “Gato” se encuentra en la memoria de la vieja guardia como un temible noqueador, que fue monarca en una época en la que los títulos tenían mayor valor. No importa que haya perdido el cinto apenas en su tercera defensa ante el japonés Guts Ishimatsu.
Pasadas las 12 del día, Bill Dempsey Young tomó entonces el micrófono vestido de impecable esmoquin, y marcó el inicio de la sexta edición de la ceremonia de inducción del National Boxing Hall of Fame. Desenvuelto y sin poses artificiales, el carismático hombre de aproximadamente 70 años de edad dirigió unas palabras de bienvenida a los poco más de cuatrocientos asistentes que se dieron cita en el centro de conferencias del sur de California.
El presidente de la versión angelina del Salón de la Fama del Boxeo se apreciaba complacido en los albores de un mediodía que prometía ser memorable para el proyecto que emprendió en 2015, al lado de su esposa Linda. Dempsey se ha rodeado de gente con experiencia e ideas brillantes como el tijuanense Benjamín Rendón, quien forma parte de la mesa directiva desde hace algunos años. De esta manera, el NBHF (por sus siglas en inglés) ha adquirido prestigio de manera vertiginosa, y ahora nadie desea quedar excluido del recinto de los Dempsey.
Después de la solemnidad y emotividad que implica el protocolo del himno de un país, las vitrinas se abrieron para recibir a los nuevos inmortales. Su experiencia como actor en series de televisión en sus años mozos y la seguridad que le otorgó subirse alguna vez a un ring como boxeador, autorizan a Dempsey para conducir su propio evento sin la necesidad de cederle el micrófono a un maestro de ceremonias.
Uno a uno de los consagrados desfiló por el estrado, dieron las gracias y posaron sonrientes ante las cámaras con el elegante guante bronceado, que los acredita como nuevos integrantes del NBHF. Algunos, incluso, conmovidos hasta las lágrimas.
Armando Muñiz, mexico-americano recordado por brindar férrea batalla a José Ángel “Mantequilla” Nápoles, se llevó uno de los aplausos más espontáneos e intensos de la tarde. El fragmento que se proyectó en las pantallas de la contienda que sostuvo en 1975 con Nápoles, sorprendió gratamente a la concurrencia. Los más jóvenes ignoraban esa historia. Muñiz dominó con claridad a “Mantequilla” y merecía coronarse campeón del mundo esa noche en Acapulco. Sin embargo, la contienda fue catalogada, a la postre, como uno de los robos más grandes que se hayan presentado. Muñiz, quien también compitió por Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de 1968, recordó aquella anécdota con detalle, recibió su estatuilla y fue ovacionado merecidamente de pie.
Pronto llegó el momento estelar de la tarde. Hasta esos instantes, la leyenda no había perdido detalle de lo que acontecía en torno a la tarima de las inducciones. Bromeaba y sonreía con Michael Spinks, uno de sus acompañantes cercanos en la mesa de honor. Volteaba y estiraba el cuello con un interés natural para no perderse los breves pasajes boxísticos que transmitían las pantallas en homenaje a cada reconocido. Lo presentó Dempsey y Leonard tomó el micrófono, aplausos, vivas y alaridos previos. Traje negro, camisa blanca y una corbata rosa
intenso, de ese rosa embriagante que solo encontramos en la naturaleza en la flor de buganvilia. Se encendieron entonces los flashazos de las cámaras y también los de la memoria. Leonard empezó a hablar y fue inevitable recordar sus fintas con los pies y hombros, el bolo punch espectacular y aquel soberbio séptimo asalto de la segunda pelea frente Roberto Durán, que frustró al panameño y lo llevó a abandonar el pleito… “¡No más!”, dijo Durán en el octavo. Todo ello recorrió nuestras mentes como un relámpago, mientras “Sugar” se desvivía en agradecimientos.
“A éste lo van a hacer vampiro con tanta inmortalidad, pero se lo merece”, comenta un periodista angelino a su camarógrafo.
En la mesa número 13, destinada para los invitados de Benjamín Rendón Castrejón, el tijuanense Marco Antonio Labastida, uno de los mejores tenores de México en la actualidad, apunta sorprendido sobre la apariencia de quien fuera múltiple campeón mundial en la década de los ochenta: “¿Qué edad tendrá? ¿64, 65? Se ve muy bien, a diferencia de otros boxeadores”.
Leonard ya se había instalado de nuevo en su asiento y, seguramente, no tenía pensado levantarse hasta la hora de marcharse. Pero tuvo el gesto de ir con el “Travieso” Arce y abrazarlo cuando éste rompió en llanto conmovido por el reconocimiento.
A medio programa, la leyenda decidió irse. Se levantó y tomó camino con discreción hacia la salida, por una de las orillas del salón. Se nos escabulló como solo él sabe hacerlo, de la misma manera en la que escapaba de los golpes sobre el ring con su maravilloso juego de piernas. Se fue sin dejar rastro y muchos se quedaron con las ganas de esa preciada “selfie”.
“¡Bullshit! ”, maldijo un asistente afroamericano, ya entrado en años, cuando vio la silla vacía de “Sugar”. ¡Adiós foto! Fue por su saco que había dejado en el respaldo de su asiento y se dirigió a la salida. La función había terminado para él, y para muchos más.
Al final, Benjamín Rendón Castrejón, miembro de la mesa directiva del NBHF, se apreciaba complacido tras el éxito alcanzado.
“Tuve el privilegio de presentar a mis amigos Jorge Arce y Rex Walker y dedicarles unas palabras durante sus merecidas inducciones. Les concedo todo el mérito a Bill Dempsey y a su esposa Linda, después de esta emotiva ceremonia correspondiente a tres años. Hoy tuvimos grandes luminarias del boxeo con nosotros. Pienso que los Dempsey fueron muy atinados en su elección”, declaró el llamado “Caballero del Boxeo”.
“Estamos trabajando desde ahora en la edición 2023. Esto va a seguir creciendo y me siento muy orgulloso de pertenecer a este proyecto. Agradezco la confianza que se ha depositado en mí”, añadió el prestigioso juez del CMB.
Al lado de Leonard, “Travieso” y Pipino, esa tarde también ingresaron al NBHF el ya mencionado Armando Muñiz, Michael Spinks, Laila Alí, David Tua, Virgill Hill, Ángel ManFredy, entre otras personalidades.
Minutos después de las cinco de la tarde, el recinto empezó a vaciarse. Los nudos de las corbatas se aflojaron, algunos daban los últimos abrazos de despedida y otros perseguían a los consagrados en el estacionamiento para solicitarles una firma en la revista conmemorativa. En
un rincón, Bill Dempsey Young, el artífice de todo esto, se apreciaba agotado pero satisfecho. Sonaba Johnny B Goode. La edición 2023 será otra historia.
Edmundo F. Hernández Vergara
13 comentarios
Creía que el gran Sugar Ray Leonard ya estaba en el salón de la fama. A unos los ponen a los 5 años de retirarse y a otros mucho más importantes como Leonard le hacen esperar 25 años? No sé como funciona este evento pero me parece raro.
Padre perdonarlo porque no sabe lo que dice.
Esta nota se refiere al “national boxing hall of fame”, que no lo conozco y debe ser de caracter Nacional. El intenational boxing hall of Fame” (IBHF) es el de Canastota y no es al que la nota apunta.
Leonard, Duran son lo que se denomina “first ballot hall of famers”. Son inducidos el primer año que son elegibles que creo es al 6to año del retiro.
Leonard se retiró en 1991 (eso parecía) luego de la pelea con Norris. Y fue inducido en el IBHF de canastota en 1997. Luego peleó con Camacho, pero eso no lo sabían.
Es imposible que figuras como Leonard, Duran, etc pasen 20 o 25 años sin ser inducidos. Eso queda para los “que estan al límite” como hammed o Julian Jackson por ejemplo (no es obvia su inclusión u otros son mucho más obvios y por lo tanto no son first ballot hall of famers)
Ese wey va a quedar muy atrás del canelo si canelo unifica las 175 para mí ya sería el mejor de toda la historia haber vencido a tipos como cotto, Shane Mosley, ladra, Austin trout, amir khan, Daniel jacobs luego vencer a el que era para muchos ya el mejor medio de la historia golovkin luego subir de categoría a las 168 y ganarle a todos los campeones invictos luego ahora subir a las 175 para toparse con las bestias rusas invictas que le doblan en tamaño de ganarles por lejos el peleador más duro del boxeo que haya existido sin duda
PD los gringos aman al canelo si no supiera de dónde es el mexicano pensaría que es de usa al ver como hablan de el la afición de allá
Preparation pn
Eh visto comentarios en videos de boxeo gringo donde preguntan que quien ganaría entre el Floyd prime y este canelo prime y la opinión es muy dividida de hecho hablan mejor del mexicano en cambio entras a canales de boxeo en español y miras a puro caribeño centroamericano y sur ardido 😂 opinando pura mamada jaja
Canelo prime 160 y Mayweather prime 154 con cláusulas pq el niga evidentemente se las pondría igual sería lo mismo que fue…
LUCAS 23:34……………..
Incomprensible.
Gracias Julio por tu explicación. Un saludo!
Mayweather era un 130 lbs hasta los 22/23 años….
Prime canelo es 160/168
El solo planteo de prime canelo vs prime money es ridiculo. Money es un boxeador mucho mas chico.
Me parece bien q algunos piensen q canelo es el mejor de la historia, pero si lo dice un tipo q sabe y conoce a todos los top 20 de memoria y sabe sopesar factores. No un forista NN q no sabe ni escribir.
Regan :
En qué round Canelo Álvarez habría dejado Ko a Sugar Ray Leonard con su mandíbula?.
¿TAMBIEN ME VAN A CLONAR?…………………..
PARA EMPEZAR CUANDO HAGO UNA PREGUNTA………………………..
PONGO LOS DOS SIGNOS DE INTERROGACION…………….
EN 8 O 10 ROUNDS…………………
LE PARTE EN SU MADRE,YA QUE PELEA EN SUPERMEDIANO……………..
EL OTRO ERA WELTER NATURAL……………..