MITOS Y LEYENDAS DE NUESTROS PUEBLOS

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cuquin el balsero
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Re: MITOS Y LEYENDAS DE NUESTROS PUEBLOS

Mensaje por cuquin el balsero »

La Tatagua y las matas de Guao.

En un poblado cercano a la bahía de Jagua (Cienfuegos, Cuba), y mucho antes de que arribaran los españoles, vivía una hermosa india de nombre Aipiri, que era la envidia de las mujeres de la región, y el encanto de los hombres.

A Aipiri le gustaba llamar la atención, destacar por su manera de vestir con prendas de colores vivos, y adornos de flores, y por sus aptitudes de bailarina y cantante. Poseía una hermosa voz y estaba presente en todas las reuniones siboneyes , siendo atracción principal de dichos eventos.

La hermosa joven de lustroso cabello, y ojos rasgados, se prendó de un joven siboney muy trabajador, y gran cazador. Se unieron y formaron un hogar. .Al pasar de los meses como era natural, se fue aplacando un poco la pasión, y Aipiri pasaba los días ocupada en los quehaceres de la casa, y esperaba pacientemente a que su esposo llegara cansado de sus cacerías trayendo el sustento del día.



Aipiri se aburría, ya le fastidiaba el ser mujer casada, quería volver a sus diversiones, quería oír halagos, cantar, bailar. Quería volver a hechizar a los hombres con su simpatía y encanto. Estaba hastiada, extrañaba su vida anterior.

Dio a luz a su primer hijo, y el tedio se hizo aún mayor. A la muchacha no le hacía ninguna gracia tener que cuidar de un niño llorón, día y noche. Comenzó a ausentarse de la casa, dejando sólo al bebé. Se juntaba con los vecinos, iba a reuniones, a fiestas. Cada vez pasaba más tiempo fuera del hogar, aunque su marido ni cuenta se daba, ya que Aipiri tenía sumo cuidado de regresar a su casa, poco antes de que él volviera de su diaria faena.

Así, de escapada en escapada, y de fiesta en fiesta, pasó el tiempo y ya contaban con seis hijos. Estos pobrecillos pasaban hambre, y su madre no se ocupaba de cuidarlos, ni siquiera de mantenerlos limpios, subsistían como animalitos en total abandono. Los niños lloraban, y lloraban, en aquel bohío en medio del campo en donde nadie los oía, ni podía ayudarles. Lloraban con un guao, guao, guao.

Pero resultó que los escuchaba el demonio Mabuya, espíritu malo que merodeaba la región, y estaba muy atormentado con aquel sonido que salía de las gargantas de los niños al llorar. Y un buen día el demonio ¡en un terrible arrebato de ira!, decidió callar de una vez por todas aquel: guao, guao, guao…. y convirtió a los niños en matas de guao.



¡Pobrecitos niños! por causa del alocado y desobligado comportamiento de su madre, los convierten en un terrible y cruel arbusto que produce llagas, hinchazón y picazón a quién lo toque. Pero esto no podía quedarse así, la culpable era la madre, y claro, donde hay un demonio malo tiene que haber una contraparte buena, e hizo su aparición el espíritu del bien.

Cuando Aipiri llegó esa tarde a su casa no encontró a los niños por ninguna parte pero en el jardín habían crecido seis extraños arbustos, la joven mujer se puso muy nerviosa, algo había pasado ese día durante su ausencia.

¡De repente todo se oscureció alrededor de ella!, Aipirí se sintió muy pequeña, ¿que le estaba pasando? alzó un brazo y luego el otro, y…. ¡Oh sorpresa se encontró prendida en el techo! El espíritu del bien, buscando venganza por lo que la mujer le había hecho a sus hijos la había convertido en Tatagua, era una mariposa nocturna, esas feas y prietas a las que llaman brujas, ¡era una mariposa bruja! Y así de esa terrible manera, pagó Aipiri su desamor y frivolidad.



Señala la leyenda que el esposo de Aipiri buscó a su mujer e hijos por largo tiempo, y un día desapareció del lugar y nunca más se supo de él.

En el mito popular existe la creencia de que si una mariposa bruja entra a una casa es un anuncio de mal agüero, sin embargo la intención del espíritu del bien al transformar a Aipiri en una de estas mariposas, fue el de advertirle a las madres que su obligación era, y sigue siendo, la de cuidar a sus hijos, y que jamás una madre debe abandonar a sus retoños ni descuidarlos.

Desde entonces el guao es una planta temida y evadida por todos. Los niños transformados en arbustos siguen solos, y le cuesta caro a aquellos que se atrevan a tocarlos. Mientras que la madre obsesionada por el mal que les hizo a sus hijos, los busca de casa en casa, atemorizando a los moradores de estas, que tiemblan con su presencia creyéndola portadora de alguna desgracia.
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cuquin el balsero
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Re: MITOS Y LEYENDAS DE NUESTROS PUEBLOS

Mensaje por cuquin el balsero »

La Leyenda de Papá Montero

Muy popular en Isabela y en Sagua a principios del siglo XX lo era este negro que llegó a una edad muy avanzada sin abandonar su carácter festivo y pachanguero.
Su alegría era contagiosa y se le veía en cuanta fiesta se formaba en su barrio isabelino y en ocasiones en Sagua. Con su cabeza blanca como algodón salía de rumba “Papá Montero” con unas atractivas mulatas que siempre lo acompañaban en sus famosos espectáculos, cosa que siempre molestó a su esposa la cual esperó pacientemente a su funeral “para decírselo”.
Cuenta la tradición que fue asesinado en un carnaval y que el velorio de “Papá Montero” fue todo un festival de percusión donde los tambores, tumbadoras y gangarrias de toda Sagua se unieron para complacer al difunto, que así lo había pedido.
En medio del bullicio de improvisaciones ritmáticas de los cantantes, se acercó la esposa, que hasta el momento había permanecido muy callada, e improvisó un estribillo de venganza al muerto:
“A velar a Papá Montero, zumba, ¡ Canalla Rumbero! “, “A velar a Papá Montero”-contestó el coro- y todos riendo apoyaron a la negra vieja que herida en su amor propio vió aquí la ocasión para desahogarse…

El acontecimiento fue tan famoso en la época, que su medio hermano, Don Eliseo Grenet, lo rescató en una de sus composiciones la cual expresa en un estribillo:

” A velar a Papá Montero…”

En la actualidad otros compositores lo siguen recordando.

En 1949, Carreño lo inmortaliza en uno de sus cuadros el cual tituló: “Los Funerales de Papá Montero”. Nicolás Guillén en un verso.

“Sólo dos velas están quemando

un poco de sombra; para tu pequeña

muerte con esas dos velas sobra.”
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willymeo66
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Re: MITOS Y LEYENDAS DE NUESTROS PUEBLOS

Mensaje por willymeo66 »

LA LEYENDA DE LA SAYONA

Imagen

La leyenda original de La Sayona narra básicamente la historia de una mujer muy celosa llamada Casilda, que mató a su esposo y a su madre, pensando que estos tenían un romance. Su madre, en la agonía de la muerte, la maldijo, diciéndole "Sayona serás para siempre, y en nombre de Dios, que así sea". Desde ese entonces su alma en pena vaga sin descanso ni paz, persiguiendo a los hombres infieles para conquistarlos y luego matarlos. Otra de las leyendas dice que era una mujer enamorada apunto de casarse y seria madre dentro de poco.Pero ocurrió que su novio cuando fue a la guerra falleció.Luego Tuvo su hijo y unas semanas déspues ella fallecio por depresión.Se dice que muchas veces se le ve por alli en el campo llorando por su novio.
Existen miles de versiones de encuentros con La Sayona, que son los que ha popularizado a este mítico personaje. También se dice que La Sayona tiene la particularidad de “desdoblarse”, esto quiere decir que puede presentarse como un perro, un lobo o como la mujer antes descrita.
Pero todas las versiones concuerdan en que es una hermosa mujer de largos cabellos negros (aunque no mantiene esta apariencia, ya que una vez acorralada muestra su verdadera forma a la victima), que persigue a los hombres mujeriegos. Siempre se suele terminar esta narración con advertencias como: "Por lo tanto, es mejor que aquellos hombres que disfrutan engañando a su pareja, se lo piensen bien antes que se le aparezca La Sayona".
La leyenda también cuenta que La Sayona siempre viste de blanco y que su particular grito puede ser oído en la distancia y que además eriza los pelos de quienes lo oyen. Este último rasgo de La Sayona la asemeja aun más a las banshees irlandeses.
patoquique
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Re: MITOS Y LEYENDAS DE NUESTROS PUEBLOS

Mensaje por patoquique »

LA LLORONA.

Las diferentes leyendas chilenas sobre la Llorona van desde algunas versiones muy semejantes a la mexicana, hasta versiones muy particulares del folclore chileno. Las versiones chilenas definen al espectro como el espíritu de una mujer que busca a su hijo, caracterizándose por ser un espíritu que tiene una relación especial con la muerte.
En cualquier caso, se trata de una mujer que estaba celosa de su marido, porque compartía más tiempo con sus 2 hijos y con ella no compartía nada, por lo que la mujer tiró a sus dos hijos a un río, donde los ahogó. Al llegar su esposo a casa le pregunta por sus hijos, la mujer le dijo que los había tirado al río por que él no compartía nada de tiempo con ella. Debido a esto tuvieron varias discusiones que los llevó a separarse. La mujer queda desolada por lo que hizo y murió de pena. La leyenda cuenta que llora porque perdió a sus hijos y a su marido.
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Nicola
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Re: MITOS Y LEYENDAS DE NUESTROS PUEBLOS

Mensaje por Nicola »

Florentino, el que cantó con el diablo.

Florentino era el mejor jinete y coplero de los llanos venezolanos. Una noche, cabalgando solo por la llanura para asistir a un joropo en un pueblo cercano, notó que de lejos lo seguía otro hombre todo vestido de negro que parecía ir a la misma fiesta.

Cuando comenzó el joropo y Florentino se preparó a cantar, el extraño invitado lo desafió a contrapuntear con él. Florentino aceptó y a medida que se cruzaban las coplas, se dio cuenta de que su adversario era el Diablo y que si perdía en el contrapunteo, perdería su alma. Pero su habilidad como improvisador y su fé mantuvieron al Diablo ocupado cantando toda la noche sin que Florentino se rindiera ni equivocara una rima. Al salir el sol, el Diablo tuvo que desaparecer completamente derrotado. Alberto Arvelo Torrealba escribió un poema monumental narrando el contrapunteo entre Florentino y el Diablo.

La confrontación entre Florentino, el más famoso de los cantadores llaneros, y el Diablo, se desarrolla en varias escenas. La primera de ellas corresponde al Reto; en ella, en algún paraje desolado del verano llanero, El Diablo se cruza con Florentino, caballeros ambos, y lo desafía a un contrapunteo en lugar y oportunidad allí señalados.

(El reto)

El coplero Florentino

por el ancho terraplén

caminos del Desamparo

desanda a golpe de seis.

Puntero en la soledad

que enlutan llamas de ayer,

macolla de tierra errante

le nace bajo el corcel.

Ojo ciego el lagunazo

sin garza, junco ni grey,

dura cuenca enterronada

donde el casco da traspié.

Los escuálidos espinos

desnudan su amarillez,

las chicharras atolondran

el cenizo anochecer.

Parece que para el mundo

la palma sin un vaivén.

El coplero solitario

vive su grave altivez

de ir caminando el erial

como quien pisa vergel.

En el caño de Las Ánimas

se para muerto de sed.

y en las patas del castaño

ve lo claro del jagüey.

El cacho de beber tira,

en agua lo oye caer;

cuando lo va levantando

se le salpican los pies,

pero del cuerno vacío

ni gota pudo beber.

Vuelve a tirarlo y salpica

el agua clara otra vez,

mas sólo arena sus ojos

en el turbio fondo ven.

Soplo de quema el suspiro,

paso llano el palafrén,

mirada y rumbo el coplero

pone para su caney,

cuando con trote sombrío

oye un jinete tras él.

Negra se le ve la manta,

negro el caballo también;

bajo el negro pelo'e guama

la cara no se le ve.

Pasa cantando una copla

sin la mirada volver:

—Amigo, por si se atreve,

aguárdeme en Santa Inés,

que yo lo voy a buscar

para cantar con usté.



Mala sombra del espanto

cruza por el terraplén.

Vaqueros de lejanía

la acompañan en tropel;

la encobijan y la borran

pajas del anochecer.

Florentino taciturno

coge el banco de través.

Puntero en la soledad

que enlutan llamas de ayer

parece que va soñando

con la sabana en la sien.

En un verso largo y hondo

se le estira el tono fiel:

Sabana, sabana, tierra

que hace sudar y querer,

parada con tanto rumbo,

con agua y muerta de sed,

una con mi alma en lo sola,

una con Dios en la fe;

sobre tu pecho desnudo

yo me paro a responder:

sepa el cantador sombrío

que yo cumplo con mi ley

y como canté con todos

tengo que cantar con él.

II

La porfía

Noche de fiero chubasco

por la enlutada llanura,

y de encendidas chipolas

que el rancho del peón alumbran.

Adentro suena el capacho,

afuera bate la lluvia;

vena en corazón de cedro

el bordón mana ternura;

no lejos asoma el río

pecho de sabana sucia;

más allá coros errantes,

ventarrón de negra furia,

y mientras teje el joropo

bandoleras amarguras

el rayo a la palma sola

le tira señeras puntas.

Súbito un hombre en la puerta:

indio de grave postura,

ojos negros, pelo negro,

frente dé cálida arruga,

pelo de guama luciente

que con el candil relumbra.

Un golpe de viento guapo

le pone a volar la blusa,

y se le ve jeme y medio

de puñal en la cintura.

Entra callado y se apuesta

para el lado de la música.

Oiga vale, ese es el Diablo.

—La voz por la sala cruza.

Mírelo cómo llegó

con tanto barrial y lluvia,

planchada y seca la ropa,

sin cobija ni montura.

Dicen que pasó temprano,

como quien viene de Nutrias,

con un oscuro bonguero

por el paso de Las Brujas.

Florentino está silbando

sones de añeja bravura

y su diestra echa a volar

ansias que pisa la zurda,

cuando el indio pico de oro

con su canto lo saluda.



EL DIABLO:

Catire quita pesares

contésteme esta pregunta:

¿Cuál es el gallo que siempre

lleva ventaja en la lucha

y aunque le den en el pico

tiene picada segura?

FLORENTINO:

Tiene picada segura

el gallo que se rebate

y no se atraviesa nunca,

bueno si tira de pie,

mejor si pica en la pluma.

EL DIABLO:

Mejor si pica en la pluma.

Si sabe tanto de todo

diga cuál es la república

donde el tesoro es botín

sin dificultá ninguna.

FLORENTINO:

Sin dificultá ninguna,

la colmena en el papayo

que es palo de blanda pulpa:

el que no carga machete

saca la miel con las uñas.

EL DIABLO:

Saca la miel con las uñas.

Contésteme la tercera

si respondió la segunda,

y diga si anduvo tanta

sabana sin sol ni luna

quién es el que bebe arena

en la noche más oscura.

FLORENTINO:

En la noche más oscura

no quiero ocultar mi sombra

ni me espanto de la suya.

Lo malo no es el lanzazo

sino quien no lo retruca:

tiene que beber arena

el que no bebe agua nunca.

EL DIABLO:

El que no bebe agua nunca.

Así cualquiera responde

barajando la pregunta.

Si sabe dé su razón

y si no, no dé ninguna:

¿Quién mitiga el fuego amargo

en jagüey de arena pura,

quién mata la sed sin agua

en la soledad profunda?

FLORENTINO:

En la soledad profunda

el pecho del medanal,

el romance que lo arrulla,

la conseja que lo abisma,

el ánima que lo cruza,

la noche que lo encobija,

el soplo que lo desnuda,

la palma que lo custodia,

el lucero que lo alumbra.

¿Qué culpa tengo señores

si me encuentra el que me busca?

EL DIABLO:

Si me encuentra el que me busca

el susto lo descarea.

Falta un cuarto pá'la una

cuando el candil parpadea,

cuando el espanto sin rumbo

con su dolor sabanea,

cuando Florentino calla

porque se le va la idea,

cuando canta la pavita,

cuando el gallo menudea.

FLORENTlNO:

Cuando el gallo menudea

la garganta se me afina

y el juicio se me clarea.

Yo soy como el espinito

que en la sabana florea:

le doy aroma al que pasa

y espino al que me menea.

EL DIABLO:

Espino al que me menea.

No le envidio al espinito

las galas de que alardea:

cuando la candela pasa

la pata se le negrea.

Con plantaje y bulla de ala

no se cobra la pelea.

Vaya poniéndose alante

pá'que en lo oscuro me vea.

FLORENTINO:

Pá'que en lo oscuro me vea.

Amigo no arrime tanto

que el bicho se le chacea.

Atrás y alante es lo mismo

pá'l que no carga manea.

El que va atrás ve pá'lante

y el que va alante voltea.

EL DIABLO:

El que va alante voltea

a contemplar lo que sube

borrando lo que verdea:

en invierno el aguazal,

en verano la humarea.

Me gusta cantar al raso

de noche cuando ventea

porque así es como se sabe

quién mejor contrapuntea.

FLORENTINO:

Quien mejor contrapuntea

hace sus tratos de día

y trabaja por tarea.

"¡Cójame ese trompo en la uña

a ver si taratatea!".

Ni que yo fuera lechuza

en campanario de aldea

para cantar en lo oscuro

con esta noche tan fea.

EL DIABLO:

Con esta noche tan fea

una cosa piensa el burro

y otra el que arriba lo arrea.

¡Ay, catire Florentino!

escuche a quien lo previene:

déle tregua a la porfia

pá'que tome y se serene

si no quiere que le falle

la voz cuando se condene.

FLORENTINO:

La voz cuando se condene.

Mientras el cuatro me afine

y la maraca resuene

no hay espuela que me apure

ni bozal que me sofrene,

ni quien me obligue a beber

en tapara que otro llene.

Coplero que canta y toca

su justa ventaja tiene:

toca cuando le da gana,

canta cuando le conviene.

EL DIABLO:

Canta cuando le conviene.

Si su destino es porfiar

aunque llueva y aunque truene

le voy a participar,

amigo, que en este duelo

yo no le vengo a brindar

miel de aricas con buñuelo.

Si se pone malicioso

no me extraña su recelo,

que al que lo mordió macagua

bejuco le para el pelo.

FLORENTINO:

Bejuco le para el pelo.

Contra un jiro atravesao

yo mi pollo ni lo amuelo.

Entre cantadores canto,

entre machos me rebelo,

entre mujeres me sobra

muselina y terciopelo,

cuando una me dice adiós

a otra le pido consuelo.

Desde cuando yo volaba

paraparas del rayuelo

vide con la noche oscura

la Cruz de Mayo en el cielo.

EL DIABLO:

La Cruz de Mayo en el cielo.

A mí no me espantan sombras

ni con luces me desvelo:

con el sol soy gavilán

y en la oscuridá mochuelo,

familia de alcaraván

canto mejor cuando vuelo;

también como la guabina

si me agarra me le pelo,

también soy caimán cebao

que en boca'e caño lo velo.

FLORENTINO:

Que en boca'e caño lo velo.

Me acordé de aquel corrío

que me lo enseñó mi abuelo:

Velando al que nunca pasa

el vivo se quedó lelo,

para caimán el arpón

para guabina el anzuelo,

patiquín que estriba corto

no corre caballo en pelo.

¿Con qué se seca la cara

el que no carga pañuelo?

¿Pá'qué se limpia las patas

el que va a dormí en el suelo?

EL DIABLO:

El que va a dormí en el suelo

pega en la tierra el oío:

si tiene el sueño liviano

nunca lo matan dormío.

Los gallos están cantando,

escúcheles los cantíos,

los perros están aullando,

recuerde lo convenío.

"Zamuros de la Barrosa

del alcornocal del Frío

albricias pido señores

que ya Florentino es mío".

FLORENTINO:

Que ya Florentino es mio.

¡–éngueres de Banco Seco!

¡taro-taros del Pionío!

Si usté dice que soy suyo

será que me le he vendío,

si me le vendí me paga

porque yo a nadie le fío.

Yo no soy rancho veguero

que le mete el agua el río,

yo no soy pájaro bobo

pá'estar calentando nío.

EL DIABLO:

Pá'estar calentando nío.

No sé si es pájaro bobo

pero va por un tendío

con la fatiga del remo

en el golpe mal medío;

y en la orilla del silencio

se le anudará el tañío

cuando yo mande a parar

el trueno y el desafío.

FLORENTINO:

El trueno y el desafío.

Me gusta escuchar el rayo

aunque me deje aturdío,

me gusta correr chubasco

si el viento lleva tronío.

Águila sobre la quema,

reto del toro bravío.

Cuando esas voces me llaman

siempre les he respondío.

¡Cómo me puede callar

coplero recién vestío!

EL DIABLO:

Coplero recién vestío,

mano a mano y pecho a pecho

ando atizándome el brío

con el fuego del romance

que es don de mi señorío.

Relámpagos me alumbraron

desde el horizonte ardío

nariceando cimarrones

y sangrando a los rendíos

con la punta'e mi puñal

que duele y da escalofrío.

FLORENTINO:

Que duele y da escalofrío...

Dáme campo pensamiento

y dáme rienda albedrío

pá'enseñarle al que no sabe

a rematar un corrío.

Cimarrones hay que verlos,

de mautes no le porfío;

puñal, sáquelo si quiere

a ver si repongo el mío.

Duele lo que se perdió

cuando no se ha defendío.

EL DIABLO:

Cuando no se ha defendío

lo que se perdió no importa

si está de pies el vencío.

porque el orgullo indomable

vale más que el bien perdío.

Por eso es que me lo llevo

con la nada por avío

en bongo de veinte varas

que tiene un golpe sombrío.

Y vuelvo a cambiarle el pie

a ver si topa el atajo.

FLORENTINO:

A ver si topa el atajo.

Cuando se fajan me gusta

porque yo también me fajo.

"Zamuros de la Barrosa

del alcornocal de abajo:

ahora verán, señores,

al Diablo pasar trabajo".

EL DIABLO:

Al Diablo pasar trabajo.

No miente al que no conoce

ni finja ese desparpajo,

mire que por esta tierra

no es primera vez que viajo,

y aquí saben los señores

que cuando la punta encajo

al mismo limón chiquito

me lo chupo gajo a gajo.

FLORENTINO:

Me lo chupo gajo a gajo.

Usté que se alza el copete

y yo que se lo rebajo.

No se asusten compañeros,

déjenlo que yo lo atajo,

déjenlo que pare suertes,

yo sabré si le barajo;

déjenlo que suelte el bongo

pá'que le coja agua abajo;

antes que Dios amanezca

se lo lleva quien lo trajo;

alante el caballo fino,

atrás el burro marrajo.

¡Quién ha visto dorodoro

cantando con arrendajo!

Si me cambió el consonante

yo se lo puedo cambiar.

EL DIABLO:

Yo se lo puedo cambiar.

Los graves y los agudos

a mí lo mismo me dan,

porque yo eché mi destino

sobre el nunca y el jamás.

¡Ay! catire Florentino,

cantor de pecho cabal,

qué tenebroso el camino

que nunca desandará,

sin alante, sin arriba,

sin orilla y sin atrás.

Ya no valen su baquía,

su fe ni su facultá

catire quitapesares

arrendajo y turupial.

FLORENTINO:

Arrendajo y turupial.

De andar solo esa vereda

los pies se le han de secar,

y se le hará más profunda

la mala arruga en la faz;

porque mientras llano y cielo

me den de luz su caudal,

mientras la voz se me escuche

por sobre la tempestá,

yo soy quien marco mi rumbo

con el timón del cantar.

Y si al dicho pido ayuda

aplíquese esta verdá:

que no manda marinero

donde manda capitán.

EL DIABLO:

Donde manda capitán

usted es vela caída,

yo altivo son de la mar.

Ceniza será su voz,

rescoldo de muerto afán

sed será su última huella

náufraga en el arenal,

humo serán sus caminos,

piedra sus sueños serán,

carbón será su recuerdo,

lo negro en la eternidá,

para que no me responda

ni se me resista más.

Capitán de la Tiniebla

es quien lo viene a buscar.

FLORENTINO:

Es quien lo viene a buscar.

Mucho gusto en conocerlo

tengo señor Satanás.

Zamuros de la Barrosa

salgan del Arcornocal

que al Diablo lo cogió el día

queriéndome atropellar.

Sácame de aquí con Dios

Virgen de la Soledá,

Virgen del Carmen bendita,

sagrada Virgen del Real,

tierna Virgen del Socorro,

dulce Virgen de la Paz,

Virgen de la Coromoto,

Virgen de Chiquinquirá,

piadosa Virgen del Valle,

santa Virgen del Pilar,

Fiel Madre de los Dolores

dáme el fulgor que tú das.

¡San Miguel! dame tu escudo,

tu rejón y tu puñal,

Niño de Atocha bendito,

Santísima Trinidá.



(En compases de silencio

negro bongo que echa a andar.

¡Salud, señores! El alba

bebiendo en el paso real).


La segunda nos representa a Florentino en el sitio convenido, cantando y a la espera del retador, quien no tarda en presentarse. De esta manera se inicia de inmediato el contrapunteo tramado con bandola o arpa, cuatro y maracas, al final del cual, El Diablo es derrotado. Algunos dicen que por la salida del sol; otros, por el conjuro de los santos, pero el hecho es que desaparece. La leyenda que recorre los llanos sugiere que, luego del encuentro, Florentino nunca más volvió a cantar.

Para algunos investigadores e historiadores, no es casual que Alberto Arvelo Torrealba haya decidido dar vida a estos personajes en Santa Inés, escenario clave en la historia de Venezuela ya que es el mismo lugar donde el general Ezequiel Zamora ganó la batalla contra el ejército centralista que defendía a la oligarquía venezolana. Santa Inés, lugar donde «El Catire», Florentino, retó a Satanás y salió airoso.

La leyenda de Florentino y el Diablo también fue revivida por Rómulo Gallegos en su novela Cantaclaro. «Florentino, el catire quitapesares, era el mejor de los copleros. Infaltable en todos los joropos y fiestas del Llano, nadie podía derrotarlo en sus contrapunteos. El propio Diablo, envidioso de los triunfos de Florentino, decidió retarlo a un duelo de coplas», escribió Gallegos.
''I am the best. There is nobody better than me.''
Floyd Mayweather, Jr.

Lista de Ignorados: Publicarla acarrea sanción, pero los mexican trollers saben quienes son, ah y dos trollitos argentinos, tambien saben quienes son xD
elpipexor
Mensajes: 625
Registrado: Sab Feb 12, 2011 4:21 am

Re: MITOS Y LEYENDAS DE NUESTROS PUEBLOS

Mensaje por elpipexor »



FLORENTINO Y EL DIABLO !!!

CORRIDO VENEZOLANO !!!!


ANYWAY
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