Escrito por Reinaldo Rogelio Rodríguez Pérez
Nada se mantiene en pie al paso de este "terremoto". La gran mayoría de los pugilistas que intentaron detener al argentino Lucas Martín Matthysse (34-2-0, 32 KO's !!!) sobre un cuadrilátero obtuvieron un único destino: la lona encerada, a la cual fueron enviados por los potentes golpes del rioplatense.
Comprendo que resulta toda una temeridad desplazar del sitial número uno entre los boxeadores rioplatenses a quien está considerado en el Top 5 del pugilismo rentado en todo el planeta. Me refiero a Sergio "Maravilla" Martínez (51-2-2, 28 KO's), campeón mundial de peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Pero desde mi punto de vista, hoy por hoy, el mejor boxeador de Argentina es Lucas Matthysse. Las convincentes demostraciones del campeón interino de los welterligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) no me dejan dudas, al menos a mí, sobre este asunto.
Por tanto, el trono del país sudamericano lo ocupa en estos momentos el "poderoso" Lucas, que gana sin dejar margen para las dudas, aniquilando a cuanto adversario osa enfrentarle, en tanto que "Maravilla" Martínez triunfó inobjetablemente, pero con interrogantes sobre el final ante el mexicano Julio César Chávez Jr. y, después, resultó favorecido con un fallo que, tras ver de nuevo ese pleito, se me antoja injusto, frente al británico Martin Murray, en Buenos Aires.
Mientras "Maravilla" languidece a ojos vistas, creo que en buena medida por el paso de los años (38 cumplidos), Matthysse crece día tras día en todo el esplendor de la madurez boxística que le depara su juventud (30 años).
No pretendo desconocer el historial de Sergio Martínez, un hombre que en algún momento fue considerado como el tercero del mundo libra por libra.
Sólo establezco que el presente pertenece a Matthysse, y que el sitial de honor de los argentinos corresponde con toda justeza al fenómeno de Chubut, que fiel a sus orígenes reside en la actualidad en el barrio bonaerense de Junín, en contraposición con "Maravilla", quien hace mucho que emigró de su país y estableció residencia desde hace una década en España.
Y no ha sido fácil el camino hacia la cima para Lucas. Tal vez, precisamente, por su empecinado arraigo a la tierra que le vió nacer. Su última victima, el 18 de mayo de 2013, ha sido nada más y nada menos que una de las más recientes flamantes contrataciones de Golden Boy Promotions: el estadounidense Lamont Peterson.
El afronorteamericano Peterson apenas sobrevivió hasta el tercer asalto, cuando el tercer hombre del cuadrilátero decidió decretar la victoria de Matthysse por nocaut técnico ante la evidente superioridad del argentino, que envió tres veces al tapiz al estadounidense con sus potentes rectos de derecha.
Peterson, quien tuvo su cuarto de hora gracias a una controvertida victoria sobre el británico ex campeón del mundo Amir Khan, no pudo detener nunca el vendaval que se le vino encima a partir del segundo asalto.
Este triunfo ratifica que Matthysse está listo para empeños mayores, a pesar de que los grandes promotores del pugilismo rentado miran de soslayo al argentino que, a mi modo de ver, es en estos momentos el ligerowelter número uno del mundo, y una amenaza para los intereses financieros de los potentados de este gran negocio de los deporte$$$ en Estados Unidos y México, tal vez las dos más importantes plazas del boxeo de paga en el globo terráqueo.
Si se mira hacia atrás es fácil percibir que, sin la madurez que hoy tiene, el argentino sufrió un par de derrotas en pleitos muy cerrados ante establecidos como los estadounidense Zab Judah, el 6 de noviembre de 2010, en Nueva Jersey, y Devon Alexander, el 25 de junio de 2011, en Missouri.
Ambas peleas fueron votadas de forma dividida en contra del rioplatense. A Judah, Matthysse lo envió a la lona en el décimo round, y al final los jueces favorecieron al hombre de Estados Unidos con dos cerradas puntuaciones de 114-113, en tanto que un tercero vio similar resultado, pero en favor del sudamericano.
Ante un pugilista de la talla de Devon Alexander no hubo mucha diferencia en el voto dividido. Dos oficiales fallaron en favor de Alexander, quien también visitó la lona en la cuarta ronda, 96-93 y 95-94, y la otra boleta reflejó ventaja de 96-93 para Matthysse.
Es saludable recordar todo esto, no sólo para reconocer el talento de quien, reitero, es para mí el mejor boxeador argentino del momento, sino además para establecer una línea de alta credibilidad para un pugilista en pleno ascenso, destinado a reinar entre los ligerowelters del mundo y que, hoy por hoy, "empequeñece" la figura de su compatriota Sergio "Maravilla" Martínez, a quien, me parece, le queda grande el sitial de número uno de su país en la actualidad.
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