Manny Pacquiao (por Eduardo Lamazon)
Publicado: Dom Ago 22, 2021 9:32 am
FECHA DE CADUCIDAD: 21 DE AGOSTO 2021
Por Eduardo Lamazón
.
Llega a traición, como la muerte, el día fatal.
Más vale nunca que tarde, Manny.
Dan ganas de llorar.
¿Manny Pacquiao perdiendo con Yordenis Ugás? Pocos se atrevieron a presagiar semejante desatino. Ugás era un desconocido, antes de reemplazar a Errol Spence , uno de esos campeones tibios de estos tiempos, de esos que no conoce la gente.
Ali se acabó a los 35, igual que Ray Robinson, Henry Armstrong a los 31, Chávez a los 33, Olivares a los 31, Dempsey a los 28, Durán a los 37,Sugar Ray Leonard a los 33, Carlos Zárate a los 29. A Pacquiao la jubilación le llega a los 42. No está mal.
Le pasó lo que a casi todos. A los del ring y a los que estamos debajo. Nadie quiere apearse de la vida, cancelar los brazos en alto, abandonar los sueños, silenciar el amor de las multitudes, oír que te repitan que eres lo que sigue de Dios.
Dejar de ser es dejar de servir. Y dejar de servir es empezar a sentirse solo, cada día más solo, cada día menos vida pendiente. Hace 30 años Sugar Ray Leonard volvió al ring a perder con Terry Norris. Su ego no soportó que la figura de Julio César Chávez creciera y ocupara las marquesinas que antes le pertenecían.
En el ring del T Mobile estuvo ayer el Pacquiao-hombre, pero no estuvo el Pacquiao-boxeador. Tal vez el tren partió con Manny irresoluto en el andén.
A nadie se le puede pedir que entregue lo que no tiene, a los boxeadores sólo se les exige que den en el ring todo su inventario, con el alma, en cada movimiento. Lo perdido está perdido.
Dos piernas desvaídas transportaron imprecisas al guerrero de otrora. Un buen primer round, un poco de esperanza. Pero pronto comprendió que la tarea sería formidable, mayor de lo que había calculado.
¡Menos mal que vino Ugás, que no vino Spence!
¡Carajo! ¿Por qué no nos dimos cuenta?
Hace cuatro días hablé con Quinito Henson, ese gran periodista de la televisión filipina, y me preguntó “Eduardo, ¿cómo ves la pelea?” Y le respondí “Ugás es respetable y digno, puede crear problemas, pero no sabe lo que es pelear con un Pacquiao, que no se va a parar como otros rivales.”
Para no pararse Pacquiao necesitaba piernas vigorosas, que no tuvo.
La producción del cubano (campeón mundial #16 que da la isla) fue calculada y ejecutada siguiendo el manual del buen boxeador. La de Manny fue modesta si recordamos sus grandes noches.
En el quinto round de la pelea dije en la transmisión que Ugás era digno y respetable con independencia del resultado que tuviera la pelea. Ugás fue un hombre haciendo lo que tenía que hacer, y a veces los hombres boxeadores tienen que hacer cosas crueles. Le pasó a Marciano retirando a Joe Louis, le pasó a Oscar de la Hoya derrotando a Julio César Chávez.
Es posible que no volvamos a ver a Manny Pacquiao en un ring de boxeo. Se desaconseja consumir productos que sobrepasaron la fecha de caducidad.
Me parece haber visto un Pacquiao triste, abatido, antes y durante la pelea, cierta laxitud, menos sonrisas. Eso inasible que presagia borrascas.
Se está yendo el boxeador más deslumbrante de dos décadas. Él es más que Mayweather. Conquistó el mundo si ser estadounidense. Ganó mucho y perdió poco, respetando a ultranza las leyes del boxeo.
Es vital, Pacquio. No comprará pantuflas para ponerse a mirar la tele.
Seguramente lo veremos en la lucha política que es también lo suyo.
Enfrentado ahora gravemente con el tirano de su país, el impresentable Rodrigo Duterte al que acusó de corrupción y que promete destruirlo.
El periódico Inquirer, de Manila, dice ahora “Sigue siendo el campeón del pueblo.” El PhilStar titula: “Pacquiao es de otro tiempo, la edad lo alcanzó.”
Si es el final, si es todo, que te vaya bien, Manny Pacquiao. Eres un tipo bueno. Muchas gracias por todo.
Por Eduardo Lamazón
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Llega a traición, como la muerte, el día fatal.
Más vale nunca que tarde, Manny.
Dan ganas de llorar.
¿Manny Pacquiao perdiendo con Yordenis Ugás? Pocos se atrevieron a presagiar semejante desatino. Ugás era un desconocido, antes de reemplazar a Errol Spence , uno de esos campeones tibios de estos tiempos, de esos que no conoce la gente.
Ali se acabó a los 35, igual que Ray Robinson, Henry Armstrong a los 31, Chávez a los 33, Olivares a los 31, Dempsey a los 28, Durán a los 37,Sugar Ray Leonard a los 33, Carlos Zárate a los 29. A Pacquiao la jubilación le llega a los 42. No está mal.
Le pasó lo que a casi todos. A los del ring y a los que estamos debajo. Nadie quiere apearse de la vida, cancelar los brazos en alto, abandonar los sueños, silenciar el amor de las multitudes, oír que te repitan que eres lo que sigue de Dios.
Dejar de ser es dejar de servir. Y dejar de servir es empezar a sentirse solo, cada día más solo, cada día menos vida pendiente. Hace 30 años Sugar Ray Leonard volvió al ring a perder con Terry Norris. Su ego no soportó que la figura de Julio César Chávez creciera y ocupara las marquesinas que antes le pertenecían.
En el ring del T Mobile estuvo ayer el Pacquiao-hombre, pero no estuvo el Pacquiao-boxeador. Tal vez el tren partió con Manny irresoluto en el andén.
A nadie se le puede pedir que entregue lo que no tiene, a los boxeadores sólo se les exige que den en el ring todo su inventario, con el alma, en cada movimiento. Lo perdido está perdido.
Dos piernas desvaídas transportaron imprecisas al guerrero de otrora. Un buen primer round, un poco de esperanza. Pero pronto comprendió que la tarea sería formidable, mayor de lo que había calculado.
¡Menos mal que vino Ugás, que no vino Spence!
¡Carajo! ¿Por qué no nos dimos cuenta?
Hace cuatro días hablé con Quinito Henson, ese gran periodista de la televisión filipina, y me preguntó “Eduardo, ¿cómo ves la pelea?” Y le respondí “Ugás es respetable y digno, puede crear problemas, pero no sabe lo que es pelear con un Pacquiao, que no se va a parar como otros rivales.”
Para no pararse Pacquiao necesitaba piernas vigorosas, que no tuvo.
La producción del cubano (campeón mundial #16 que da la isla) fue calculada y ejecutada siguiendo el manual del buen boxeador. La de Manny fue modesta si recordamos sus grandes noches.
En el quinto round de la pelea dije en la transmisión que Ugás era digno y respetable con independencia del resultado que tuviera la pelea. Ugás fue un hombre haciendo lo que tenía que hacer, y a veces los hombres boxeadores tienen que hacer cosas crueles. Le pasó a Marciano retirando a Joe Louis, le pasó a Oscar de la Hoya derrotando a Julio César Chávez.
Es posible que no volvamos a ver a Manny Pacquiao en un ring de boxeo. Se desaconseja consumir productos que sobrepasaron la fecha de caducidad.
Me parece haber visto un Pacquiao triste, abatido, antes y durante la pelea, cierta laxitud, menos sonrisas. Eso inasible que presagia borrascas.
Se está yendo el boxeador más deslumbrante de dos décadas. Él es más que Mayweather. Conquistó el mundo si ser estadounidense. Ganó mucho y perdió poco, respetando a ultranza las leyes del boxeo.
Es vital, Pacquio. No comprará pantuflas para ponerse a mirar la tele.
Seguramente lo veremos en la lucha política que es también lo suyo.
Enfrentado ahora gravemente con el tirano de su país, el impresentable Rodrigo Duterte al que acusó de corrupción y que promete destruirlo.
El periódico Inquirer, de Manila, dice ahora “Sigue siendo el campeón del pueblo.” El PhilStar titula: “Pacquiao es de otro tiempo, la edad lo alcanzó.”
Si es el final, si es todo, que te vaya bien, Manny Pacquiao. Eres un tipo bueno. Muchas gracias por todo.