Las regla de disciplina de Joe Louis
Publicado: Mar Mar 30, 2010 10:36 am
Uno de los más grandes boxeadores de la división de los completos lo fue sin duda “El Bombardero de Detroit” Joe Louis. Sus innegables facultades tuvieron mucho que ver, pero, sin las duras reglas de disciplina que le impusieron los miembros de su equipo, posiblemente no hubiera llegado tan lejos.
En una época de racismo acendrado, fue el deportista de raza negra más querido y respetado. Sus 25 defensas consecutivas exitosas y 12 años como campeón mundial absoluto de peso completo no dejan lugar a dudas.
Su equipo de trabajo compuesto por su entrenador Jack Blakburn y John Roxborough lo cuidaban como una verdadera joya. Mike Jacobs se unió a ellos en 1935, año en que Louis tuvo 12 combates de los cuales ganó 10 por KO; entre los rivales a los que se enfrento ese año se cuentan el gigante italiano Primo Carnera, Max Baer y el español Paulino Uzcudum.
Después de su derrota ante el alemán Max Schmeling en junio de 1936, hizo una campaña de 7 victorias para llegar a una oportunidad por el campeonato mundial ante el “Hombre Cenicienta” James J. Braddock el 22 de junio de 1937 en el Comiskey Park, casa de los Medias Blancas de Chicago de la Liga Americana. Su primera defensa fue contra Tommy Farr el 30 de septiembre de ese mismo año; soólo dos meses y 8 días después de haber conquistado el título. Esta pelea fue en el Yankee Stadium, la casa que mandó construir Babe Ruth. Su cuarta defensa sería contra el teutón Max Schmeling en pelea de revancha y teniendo como escenario el Yankee Stadium. “El Bombardero de Detroit” solamente necesitó de 2 minutos y cuatro segundos del primer round para vencer al representante de la raza aria, el orgullo de Hitler y logró lo que nadie había logrado: El respeto para sus hermanos de raza.
Aquella noche de junio de 1937, cuando venció a James Braddock, inició el camino de 12 años como campeón mundial y 25 defensas exitosas del título de campeón mundial absoluto. No había más que un campeón: su nombre era Joe Louis, conocido como “El Bombardero de Detroit”.
Esa extraordinaria carrera se debió además de sus portentosas facultades físicas, a las reglas de disciplina que le impuso su equipo de trabajo.
1.- No permitir jamás que lo fotografiaran con una mujer blanca a su lado (por antecedente de Jack Johnson).
2.- No asistir solo nunca a los centros nocturnos (hoy llamados antros).
3.- No aceptar ninguna pelea fácil.
4.- No aceptar ninguna pelea arreglada (El comentarista deportivo cubano Eladio Secades los admiraba por eso).
5.- No adoptar posturas arrogantes ante un rival caído.
6.- Mantenerse impasible ante las cámaras.
7.- Llevar una vida limpia y pelear de ese modo.
Por todo eso, Joe Louis fue grande.
En una época de racismo acendrado, fue el deportista de raza negra más querido y respetado. Sus 25 defensas consecutivas exitosas y 12 años como campeón mundial absoluto de peso completo no dejan lugar a dudas.
Su equipo de trabajo compuesto por su entrenador Jack Blakburn y John Roxborough lo cuidaban como una verdadera joya. Mike Jacobs se unió a ellos en 1935, año en que Louis tuvo 12 combates de los cuales ganó 10 por KO; entre los rivales a los que se enfrento ese año se cuentan el gigante italiano Primo Carnera, Max Baer y el español Paulino Uzcudum.
Después de su derrota ante el alemán Max Schmeling en junio de 1936, hizo una campaña de 7 victorias para llegar a una oportunidad por el campeonato mundial ante el “Hombre Cenicienta” James J. Braddock el 22 de junio de 1937 en el Comiskey Park, casa de los Medias Blancas de Chicago de la Liga Americana. Su primera defensa fue contra Tommy Farr el 30 de septiembre de ese mismo año; soólo dos meses y 8 días después de haber conquistado el título. Esta pelea fue en el Yankee Stadium, la casa que mandó construir Babe Ruth. Su cuarta defensa sería contra el teutón Max Schmeling en pelea de revancha y teniendo como escenario el Yankee Stadium. “El Bombardero de Detroit” solamente necesitó de 2 minutos y cuatro segundos del primer round para vencer al representante de la raza aria, el orgullo de Hitler y logró lo que nadie había logrado: El respeto para sus hermanos de raza.
Aquella noche de junio de 1937, cuando venció a James Braddock, inició el camino de 12 años como campeón mundial y 25 defensas exitosas del título de campeón mundial absoluto. No había más que un campeón: su nombre era Joe Louis, conocido como “El Bombardero de Detroit”.
Esa extraordinaria carrera se debió además de sus portentosas facultades físicas, a las reglas de disciplina que le impuso su equipo de trabajo.
1.- No permitir jamás que lo fotografiaran con una mujer blanca a su lado (por antecedente de Jack Johnson).
2.- No asistir solo nunca a los centros nocturnos (hoy llamados antros).
3.- No aceptar ninguna pelea fácil.
4.- No aceptar ninguna pelea arreglada (El comentarista deportivo cubano Eladio Secades los admiraba por eso).
5.- No adoptar posturas arrogantes ante un rival caído.
6.- Mantenerse impasible ante las cámaras.
7.- Llevar una vida limpia y pelear de ese modo.
Por todo eso, Joe Louis fue grande.