Contra los Canones,el Hombre de Goma.
Publicado: Mar Nov 13, 2012 12:32 pm
Fingir un desvanecimiento tras recibir un golpe lejano y tibio. Llegar al ring desde un ascensor. Celebrar un knock down dando una voltereta en el cuadrilátero. Bailar mientras golpea a un rival. Bajar la guardia y ofrecer su rostro para encajar un golpe. Todas y cada una de estas salidas de tono tuvieron un protagonista: Naseem Hamed (Shefield, 1974), boxeador profesional entre 1992 y 2002. ¿Cómo, por qué se las consentían? Porque Prince Naseem, además de un provocador, era un genio. Un genio, eso sí, heterodoxo: sus combates jamás se exhibirán en ninguna escuela de boxeo como un ejemplo de técnica y táctica. Pero su rapidez y su dura pegada fueron suficientes para que acumulase hasta cuatro títulos y un récord de 36 victorias (31 por KO) y una única derrota. Se retiró con sólo 28 años. Y desde entonces es una leyenda.
Prince Naseem, de origen yemení, debutó con sólo 18 años, y sólo tardó dos minutos y medio en tumbar a su rival. En sus once primeros combates –en sus dos primeros años como profesional-, compitiendo dentro de la categoría de peso gallo, logró otras tantas victorias, siete por KO, tres por KO técnico y una a los puntos. Poco a poco, el joven de Sheffield fue tomando conciencia de su superioridad: no necesitaba trabajar la técnica para ser superior. Su guardia era un claro ejemplo de cómo no hacer las cosas, pero sus ataques feroces y, sobre todo, una rapidez de movimientos inimaginable hacía que sus rivales no pudieran siquiera rozarle. Convertido en un intocable, comenzó a añadir espectáculo a sus combates: algunas de sus presentaciones –llegó a subir al ring desde un palanquín, o desde una alfombra voladora- duraban más que sus rivales en el cuadrilátero.
Entre mayo y agosto del 94, Prince Naseem se hizo con los títulos europeo e internacional del peso gallo. En septiembre del 95, tras ocho combates que finiquitó por KO, se hizo también con el título internacional del peso pluma, al noquear en el primer asalto al campeón Juan Polo Pérez. El cinturón que le acreditaba como campeón mundial del peso pluma llegó en el siguiente combate, ante Steve Robinson. Tras veinte combates y con sólo 21 años, Prince Naseem presentaba un récord impoluto de victorias, y sólo dos rivales le habían aguantado 12 asaltos. Su heterodoxia y sus desplantes a sus contrincantes se agudizaron: con cuatro títulos de campeón en su cintura, se lo podía permitir.
Desde 1995 a 2001, el peso pluma se convirtió en la categoría donde sólo existía Naseem Hamed. En 1999, la Reina de Inglaterra le concedió la Orden del Imperio Británico. Con 28 años, el príncipe provocador expuso su título una vez más: en Las Vegas, frente al mexicano Marco Antonio Barrera. Su récord de 35 victorias por ninguna derrota sólo encontraba réplica en la leyenda de Rocky Marciano, el peso pesado que se retiró sin haber sufrido ninguna derrota en 49 combates.
Pero Prince Naseem volaba ya muy alto. Quizá demasiado.
Aquel 7 de abril de 2001 en Las Vegas, el combate empezó con una hora de retraso a causa de la espectacular presentación de Naseem, que incluyó fuegos artificiales, música y una faraónica entrada del púgil británico en el escenario. Las apuestas corrían a su favor por 8-1. No obstante, el mexicano Barrera fue su límite. Ortodoxo y pulcro hasta la saciedad, encontró la manera de frenar la potencia y la agilidad de Prince Naseem. Con la guardia permanentemente baja, el príncipe no dejó de encajar golpes, y le costó encontrar el rostro del rival. Un pobre entrenamiento previo al combate –se negó a abandonar su residencia en Palm Springs- hizo el resto. Tras doce asaltos, el príncipe había caído.
Naseem disputó un solo combate más, un año después de su derrota, en Londres. Venció a Manuel Calvo en un combate por el título internacional del peso pluma, que estaba vacante. Pero ya no era el mismo: tras la derrota ante Barrera, su estilo provocador, heterodoxo y ágil se había desvanecido. O quizá lo que perdió fue la motivación. Poco después, con sólo 28 años, anunció su retirada, argumentando que quería estar más tiempo con su familia y dejando caer una lesión crónica en la mano como posible causa definitiva.
Desde entonces, Naseem sólo ha sido noticia por sus problemas legales. Fue condenado a 15 meses de prisión por un atropello, aunque no llegó a entrar en la cárcel. El inicidente le costó, eso sí, el MBE que le entregó la Reina de Inglaterra en 1999.
Hoy en día, la imagen de un Prince Naseem con sobrepeso -en algunos foros comentan que, si se planteara regresar al boxeo, no tendría más remedio que hacerlo como peso pesado- no logra restar fuerza a su leyenda. De cuando fue un gigante. De cuando fue el príncipe provocador.