Personas que creen tener siempre la razón
Publicado: Vie Mar 15, 2013 8:35 am
Todos conocemos a alguna persona que siempre pretende llevar la razón y que no acepta otro punto de vista sobre cualquier cuestión que no sea el suyo propio. Esta característica de su personalidad hace que la convivencia y la relación con estas personas sean muy complicadas.
Características de estas personas
Este defecto no se presenta por regla general como una característica aislada en el sujeto, sino que es una manifestación de un tipo de personalidad determinada. El hecho de no aceptar otro punto de vista nos está reflejando la poca confianza que estas personas tienen en los demás. No escuchan las opiniones y argumentos de los otros porque no valoran lo que éstos puedan decir, lo que les hace tener poca empatía con otras personas.
Estas personas están obsesionadas con tener el control de las situaciones. Todo lo que sea salirse de sus normas y su rutina les incomoda, por lo tanto no están a gusto con las situaciones novedosas y con los cambios. Esto les convierte en personas poco flexibles y, en muchas ocasiones, realmente maniáticas, ya que desarrollan una serie de rutinas en su vida que acaban convirtiéndose en imprescindibles. Esta actitud soberbia enmascara muchas veces una personalidad insegura, que necesita constantemente el reconocimiento de los demás, y creen que imponiendo sus opiniones pueden conseguir ese prestigio y reconocimiento que tanto anhelan.
Convivir con estas personas
La convivencia con este tipo de personas no es fácil, ya que no aceptan que se les lleve la contraria y cuando esto sucede intentarán por todos los medios imponer su opinión, si no lo consiguen se encolerizarán y si lo logran, intentarán humillar y restregar su triunfo a su interlocutor.
La complejidad de estas relaciones se refleja en muchos matrimonios. Cuando uno de los cónyuges intenta imponer siempre su manera de ver las cosas puede producir dos reacciones en su pareja; o bien esta acepta la imposición, en cuyo caso vivirá en cierto modo sojuzgada por su pareja o se revelará contra esas imposiciones, lo que provocará reacciones airadas de su pareja y se establecerá un clima de tensión y de constantes discusiones que pueden provocar una ruptura.
Características de estas personas
Este defecto no se presenta por regla general como una característica aislada en el sujeto, sino que es una manifestación de un tipo de personalidad determinada. El hecho de no aceptar otro punto de vista nos está reflejando la poca confianza que estas personas tienen en los demás. No escuchan las opiniones y argumentos de los otros porque no valoran lo que éstos puedan decir, lo que les hace tener poca empatía con otras personas.
Estas personas están obsesionadas con tener el control de las situaciones. Todo lo que sea salirse de sus normas y su rutina les incomoda, por lo tanto no están a gusto con las situaciones novedosas y con los cambios. Esto les convierte en personas poco flexibles y, en muchas ocasiones, realmente maniáticas, ya que desarrollan una serie de rutinas en su vida que acaban convirtiéndose en imprescindibles. Esta actitud soberbia enmascara muchas veces una personalidad insegura, que necesita constantemente el reconocimiento de los demás, y creen que imponiendo sus opiniones pueden conseguir ese prestigio y reconocimiento que tanto anhelan.
Convivir con estas personas
La convivencia con este tipo de personas no es fácil, ya que no aceptan que se les lleve la contraria y cuando esto sucede intentarán por todos los medios imponer su opinión, si no lo consiguen se encolerizarán y si lo logran, intentarán humillar y restregar su triunfo a su interlocutor.
La complejidad de estas relaciones se refleja en muchos matrimonios. Cuando uno de los cónyuges intenta imponer siempre su manera de ver las cosas puede producir dos reacciones en su pareja; o bien esta acepta la imposición, en cuyo caso vivirá en cierto modo sojuzgada por su pareja o se revelará contra esas imposiciones, lo que provocará reacciones airadas de su pareja y se establecerá un clima de tensión y de constantes discusiones que pueden provocar una ruptura.