Rodolfo "Chango" Casanova. Parte 2
Publicado: Jue Oct 02, 2014 4:35 pm
Rodolfo “Chango Casanova”, 2da Parte.
Lo mejor y peor del “Chango”.
Después de la tremenda golpiza propinada a su hermano dentro del cuadrilátero, Rodolfo sabía que lo único que quería hacer en esta vida, era boxear y emborracharse, no precisamente en ese orden.
Pepe Rodríguez, al ver ese tremendo talento y furia desplazarse, lo toma bajo su tutela y lo exige al máximo. A los 15 años ya eran continuas sus “amanecidas” y sus faltas al gimnasio, vivía en un infierno que sólo se volvía en cielo para él, cuando acudía a su segundo hogar el callejón de la Vaquita, a tomar, hasta hartarse.
Al igual, que los siguientes en tomar la estafeta, José “Toluco” López, Ricardo “Pajarito” Moreno y en menor escala Rubén “Púas” Olivares, su amor por el alcohol, superó por mucho, su amor por el deporte. Todos estos boxeadores unos ídolos de su época y con talento natural, pero que el pulque, tepache y el tequila, les quito años de boxeo a sus brillantes carreras.
Por azares del destino, conoce al manager “Tío” Torres, al cual se le plantea la opción de debutarle, pero ante la negativa de este, por considerarlo demasiado joven, Manuel Canseco, trata de convencerle, y le dice “míralo pelear y luego hablamos”, situación que un instante cambio al ver el talento natural que este tenía al ponerse los guantes.
Rodolfo “Chango “Casanova debuta a la edad de 16 años ante Paco Villa, noqueándolo en el cuarto round. En sus primeros 8 meses como profesional, combate en 15 ocasiones perdiendo solo una vez, ganando todas las demás y noqueando a 12 de sus rivales. Solo le bastaron un par de peleas a Casanova, para ganarse el cariño y la admiración del público.
Era una época en que el boxeo mexicano estaba muerto, el aficionado buscaba un ídolo de manera desesperada, con el que se identificara, ahí de la noche a la mañana estaba Rodolfo “Chango” Casanova, demostrando que las casualidades no existen. No necesitó de la televisión, radio, ni de la publicidad, es más, no necesitó de un campeonato para llenar las arenas, solamente su agresividad, movimientos, estilo de vida y esa magia con la que pocos seres humanos nacen, le bastaron para consagrarse a una edad en que muchos boxeadores simplemente sueñan con cobrar un salario.
El Enfrentamiento ante Sixto Escobar. Inicia la rivalidad México-Puerto Rico, en Montreal.
Rodolfo Casanova, llegaba a la contienda con tan sólo 19 años, contaba con un record de 31-3 y 25 de sus peleas terminadas antes del límite. Se suponía que Sixto Escobar solo sería un nombre más en la lista de este gran noqueador y así conquistaría de manera sencilla el título mundial gallo.
Ya bajo la tutela de Don Luis Morales, mentor del gran “Cuyo” Hernández, Rodolfo estuvo con 3 semanas de anticipación en Quebec, Canadá para enfrentar a su oponente que se había anticipado y había estado 5 semanas antes de la contienda. Rodolfo acostumbrado a entrenar con tan solo unos días, tendría la mejor preparación de su corta carrera y sin las distracciones que tenía en México,
Rodolfo concentrado y listo para disputar el título, entrenó como nunca, la pelea levantó mucha expectativa, se corrió el rumor de las veces que había tumbado a su sparring en las sesiones, incrementándose con las declaraciones de Don Luis, diciendo “ Rodolfo se limitó un poco para n lastimarlo”.
Rodolfo ganaría la estratosférica cantidad de 3,500 dólares, ganara o perdiera, una cantidad que jamás soñó ganar, cuando un par de años antes en su primera pelea había cobrado solamente 10 pesos. El equipo de Rodolfo solo tuvo una petición, que el tercer hombre sobre el ring hablara español, una petición muy coherente debido a que los dos boxeadores hablaban castellano. Casanova tenía una fijación, y un pánico terrible al idioma inglés (situación que se reflejaría en sus contiendas ante su mítico oponente Joe Conde).
Después de haber tenido la mejor preparación de su carrera, Rodolfo una noche antes de escabulle a los”Night Clubs” de Quebec. No le importó el no saber inglés, no le importó, el tener una contienda en unas horas, no le importó, el pasar a la historia como un campeón, a él sólo le importó, su amor por la bebida.
Día de la pelea.
Las apuestas eran claramente para Rodolfo, aún cuando no se recuperaba de su tremenda “cruda” se creía que todavía podía logra la hazaña de ganar disminuido, al fin y al cabo cuantas veces no se había puesto una borrachera y lo habían sacado de las cantinas para pelear horas antes, además, en muchas ocasiones entraba al ring como muerto y despertaba en cuanto sonaba la campana como queriendo destrozar a quien estuviera enfrente.
Rodolfo pesa una libra más que Sixto, 117 contra 116 del boxeador nacido en la Isla. La pegada de Escobar no era una preocupación para el equipo de Casanova quien nunca había sido noqueado, el boxeador boricua sólo contaba con un record de 20-8,6ko.
La pelea va a empezar, más de 8,000 persona están al filo de la butaca y ……
Continuará la tercera y última parte.
Por Manuel Real Torres.
Lo mejor y peor del “Chango”.
Después de la tremenda golpiza propinada a su hermano dentro del cuadrilátero, Rodolfo sabía que lo único que quería hacer en esta vida, era boxear y emborracharse, no precisamente en ese orden.
Pepe Rodríguez, al ver ese tremendo talento y furia desplazarse, lo toma bajo su tutela y lo exige al máximo. A los 15 años ya eran continuas sus “amanecidas” y sus faltas al gimnasio, vivía en un infierno que sólo se volvía en cielo para él, cuando acudía a su segundo hogar el callejón de la Vaquita, a tomar, hasta hartarse.
Al igual, que los siguientes en tomar la estafeta, José “Toluco” López, Ricardo “Pajarito” Moreno y en menor escala Rubén “Púas” Olivares, su amor por el alcohol, superó por mucho, su amor por el deporte. Todos estos boxeadores unos ídolos de su época y con talento natural, pero que el pulque, tepache y el tequila, les quito años de boxeo a sus brillantes carreras.
Por azares del destino, conoce al manager “Tío” Torres, al cual se le plantea la opción de debutarle, pero ante la negativa de este, por considerarlo demasiado joven, Manuel Canseco, trata de convencerle, y le dice “míralo pelear y luego hablamos”, situación que un instante cambio al ver el talento natural que este tenía al ponerse los guantes.
Rodolfo “Chango “Casanova debuta a la edad de 16 años ante Paco Villa, noqueándolo en el cuarto round. En sus primeros 8 meses como profesional, combate en 15 ocasiones perdiendo solo una vez, ganando todas las demás y noqueando a 12 de sus rivales. Solo le bastaron un par de peleas a Casanova, para ganarse el cariño y la admiración del público.
Era una época en que el boxeo mexicano estaba muerto, el aficionado buscaba un ídolo de manera desesperada, con el que se identificara, ahí de la noche a la mañana estaba Rodolfo “Chango” Casanova, demostrando que las casualidades no existen. No necesitó de la televisión, radio, ni de la publicidad, es más, no necesitó de un campeonato para llenar las arenas, solamente su agresividad, movimientos, estilo de vida y esa magia con la que pocos seres humanos nacen, le bastaron para consagrarse a una edad en que muchos boxeadores simplemente sueñan con cobrar un salario.
El Enfrentamiento ante Sixto Escobar. Inicia la rivalidad México-Puerto Rico, en Montreal.
Rodolfo Casanova, llegaba a la contienda con tan sólo 19 años, contaba con un record de 31-3 y 25 de sus peleas terminadas antes del límite. Se suponía que Sixto Escobar solo sería un nombre más en la lista de este gran noqueador y así conquistaría de manera sencilla el título mundial gallo.
Ya bajo la tutela de Don Luis Morales, mentor del gran “Cuyo” Hernández, Rodolfo estuvo con 3 semanas de anticipación en Quebec, Canadá para enfrentar a su oponente que se había anticipado y había estado 5 semanas antes de la contienda. Rodolfo acostumbrado a entrenar con tan solo unos días, tendría la mejor preparación de su corta carrera y sin las distracciones que tenía en México,
Rodolfo concentrado y listo para disputar el título, entrenó como nunca, la pelea levantó mucha expectativa, se corrió el rumor de las veces que había tumbado a su sparring en las sesiones, incrementándose con las declaraciones de Don Luis, diciendo “ Rodolfo se limitó un poco para n lastimarlo”.
Rodolfo ganaría la estratosférica cantidad de 3,500 dólares, ganara o perdiera, una cantidad que jamás soñó ganar, cuando un par de años antes en su primera pelea había cobrado solamente 10 pesos. El equipo de Rodolfo solo tuvo una petición, que el tercer hombre sobre el ring hablara español, una petición muy coherente debido a que los dos boxeadores hablaban castellano. Casanova tenía una fijación, y un pánico terrible al idioma inglés (situación que se reflejaría en sus contiendas ante su mítico oponente Joe Conde).
Después de haber tenido la mejor preparación de su carrera, Rodolfo una noche antes de escabulle a los”Night Clubs” de Quebec. No le importó el no saber inglés, no le importó, el tener una contienda en unas horas, no le importó, el pasar a la historia como un campeón, a él sólo le importó, su amor por la bebida.
Día de la pelea.
Las apuestas eran claramente para Rodolfo, aún cuando no se recuperaba de su tremenda “cruda” se creía que todavía podía logra la hazaña de ganar disminuido, al fin y al cabo cuantas veces no se había puesto una borrachera y lo habían sacado de las cantinas para pelear horas antes, además, en muchas ocasiones entraba al ring como muerto y despertaba en cuanto sonaba la campana como queriendo destrozar a quien estuviera enfrente.
Rodolfo pesa una libra más que Sixto, 117 contra 116 del boxeador nacido en la Isla. La pegada de Escobar no era una preocupación para el equipo de Casanova quien nunca había sido noqueado, el boxeador boricua sólo contaba con un record de 20-8,6ko.
La pelea va a empezar, más de 8,000 persona están al filo de la butaca y ……
Continuará la tercera y última parte.
Por Manuel Real Torres.