Sánchez - Arguello
Publicado: Sab Feb 07, 2015 2:56 pm
¿Hubiera sido posible? ¿Qué hubiera pasado?
SALVADOR SANCHEZ CONTRA ALEXIS ARGUELLO
UNA PELEA QUE MUCHOS QUERÍAN Y NUNCA SE DIO.
Por Simón Piña.
Las circunstancias históricas muchas veces conspiran contra los deseos de una afición que anhela disfrutar de determinados espectáculos o enfrentamientos de esos que se consideran naturales o ideales. Es frecuente oír comparaciones entre los Yankees del 27 y los de los años 90 en beisbol. El Brasil del Mundial México 70 y la Holanda de Alemania 74 en futbol, o los Celtics de Boston de sus mejores días y los Bulls de Jordan, o entre Joe Louis y Muhammad Alí en los Pesos Completos.
Es un deseo morboso o un extraño capricho por conocer –o más bien imaginar-, resultados que nunca se van a saber por razones obvias. Salvador Sánchez fue un gran peleador y un ídolo de la afición mexicana y latina. Su muerte trágica y prematura tuvo el lógico efecto multiplicador de su popularidad que, generalmente ocurre en estos casos. Era el campeón Pluma y pensaba ascender a divisiones superiores en vista de que su fortaleza física le pedía subir de peso.
Alexis Arguello, el extraordinario campeón nicaragüense, pegador fulminante e incomparable rematador, era (y es aún) admirado por su clase como boxeador y por su condición de hombre educado y respetuoso. Lo apodaban el “Caballero del Ring”. Ganó el título mundial Pluma el 23 de noviembre del 74 y ya para el 82 andaba por la división Welter Junior.
Años dorados del boxeo
Eran los comienzos de la década de los 80. Época de grandes campeones. En estos tiempos proliferaban los grandes monarcas como Larry Holmes en la máxima división, los recién convertidos a la religión musulmana Eddie Gregory (Eddie Mustafa Muhammas), Dwight Braxton (Muhammad Qawi) y Mathew Franklin (Mathew Saad Muhammad) en los Semicompletos, además de uno de los héroes de Montreal 76, Michael Spinks y otros buenos como Marvin Johnson, Miguel Angel Cuello, Victor Galindez, animaban los Semicompletos.
En Mediano era indiscutible la majestad del Maravilloso Marvin Hagler, quien se retiró en el 87, luego de perder una polémica decisión con el Mejor de la Década, Ray Sugar Leonard. Por esos pesos andaban también Thomas Hearns, Roberto Durán, Wilfredo Benítez y un poco antes, los mexicanos Pipino Cuevas y Carlos Palomino.
En los Plumas, aparte de Salvador, estaba el excelso Maestro del Boxeo, Eusebio Pedroza, de Panamá. En los Gallos estaba el mexicano Lupe Pintor, por un lado y por el otro, el norteamericano Jeff Chandler. Pantoño Oronó destacaba entre los Supermoscas. Luego estarían el Tailandés Kaosay Galaxi y el mexicano Gilberto Román.
El gran Julio César Chávez coparía la década, pero aún andaba por los Ligeros Jr. En los pesos Mosca y Minimosca, el argentino Santos Laciar y el panameño Hilario Zapata eran los que mandaban. Era de notar, pues, que cada división contaba con un Campeón (o dos) de altos kilates con retadores capaces de comprometerlos a base de calidad. Fue una de las mejores décadas del boxeo, pero para aquel entonces, apenas comenzaba.
El natural desarrollo físico de varios de esos campeones, los llevó a subir de división en las cuales se tenían que enfrentar a hombres muy fuertes e incluso a Campeones también idolatrados por el público. Es así como Roberto Durán enfrentó a Ray Sugar Leonard y a Wilfredo Benítez (más tarde a Hagler). El mismo Leonard enfrentó en el 87 a Marvin Hagler e igualmente Thomas Hearns. Julio César Chavez subió a confrontar con el “Chapo” Rosario. Enfrentaría después a Meldrick Taylor y a De La Hoya, pero sería ya en los 90.
Tanto Salvador como Alexis lucían invencibles
La división Pluma era dominada por dos hombres, de manera absoluta. Por un lado Salvador Sánchez y por el otro, el panameño Eusebio Pedroza. Algunos retadores enfrentaban primero a uno y poco tiempo después, retaban al otro y con ambos perdían. Por ejemplo el puertorriqueño Juan Laporte y el guyanés Patrick Ford. La defensa que tenía programada Salvador Sánchez, para el mes de septiembre con Juan Laporte iba a ser la décima de la corona que le arrebató al “Coloradito” López.
No sólo destronó al “Little Red” sino que defendió su corona en un nuevo enfrentamiento con Danny, el cual también resolvió por Kot, esta vez en el round 14. La primera fue en el 13. Otra de sus grandes batallas la celebró en Las Vegas, el 21 de agosto del 81, cuando noqueó en 8 asaltos al boricua Wilfredo Gómez en una épica batalla. La que sería su última pelea también fue ante un ilustre oponente, todavía novato para entonces: el ghanés Azumah Nelson. Fue el 21 de julio del 82 en el Madison Square Garden. Una pelea dura que Nelson dominó en los primeros asaltos, Salvador la resolvió en el round 15 cuando el árbitro Tony Pérez detuvo el combate. En esta pelea, el juez Al Reid tenía arriba a Nelson 133-132 al momento de finalizar el combate.
Para el año 82, Arguello llevaba mucho tiempo en la élite del boxeo mundial. Había conquistado la corona Pluma el 23 de noviembre de 1974 en el Fórum de Inglewood noqueando al ídolo mexicano Rubén Olivares en el round 13 en una batalla histórica. Lo defendió en cuatro oportunidades, la primera de ellas, el 15 de marzo del 75 en el Poliedro de Caracas noqueando en 8 asaltos al venezolano Leonel Hernández.
El 28 de enero de 1978 en el estadio “Juan Ramón Lubriel” de Bayamón, Puerto Rico, se mandó una batalla criminal con el aguerrido Alfredo Escalera al cual le abrió una impresionante herida en el labio superior lo que ocasionó que el famoso árbitro Arthur Mercante detuviera la pelea en el round 13. De este título Ligero Jr que conquistó en esa cruenta batalla, efectuó 8 defensas, incluida una revancha asesina también, con el propio “Salsero” Escalera en Rimini, Italia.
Este título, al igual que los otros dos, los abandonó por problemas con el peso, sin perderlo en el ring. El 20 de junio del 81 derrotó por decisión unánime en Wembley al inglés Jim Watt para lograr la corona de los Ligeros versión Consejo Mundial de Boxeo. Retuvo el título otras cuatro veces y abandonó la corona por las mismas razones que dejó las otras. La primera defensa la efectuó exitosamente ante el peligroso bombardero Ray “Boom Boom” Mancini al que noqueó en el round 14.
El 22 de Mayo del 82, en el Hotel Aladdin de Las Vegas expuso la corona Ligero por cuarta vez ante el zurdo hawaiano Andy Ganigan. Luego de visitar la lona en el 1er asalto, Alexis se levantó para enfrentar el peligroso Ganigan y lo noqueó en el cuarto asalto. Fue su última defensa de ese título. Luego de una pelea a 10 asaltos, que resolvió por nocaut se lanzó a enfrentar al hombre más peligroso de la división: el “Halcón” Aaron Pryor.
Salvador contra Alexis nunca se hubiera dado
Mientras se preparaba para enfrentarse, en revancha, al boricua Juan Laporte, Sánchez decidió viajar a su natal Santiago Tianguistenco sin pensar que ese sería su último viaje al pueblo que lo vio nacer. Al regreso se presentó el fatal accidente que le quitó la vida. Fue el 12 de agosto de 1982. La pelea con Laporte era a mediados de septiembre. O sea que en septiembre del 82, Sanchez todavía era peso Pluma.
Arguello, por su parte, tenía pautado intentar un cuarto título mundial, el Welter Junior, el 12 de noviembre del 82 en Miami ante Aaron Pryor. La pelea se hizo exactamente tres meses después de la muerte de Sánchez. Batalla memorable en la cual ambos le vieron la cara a la muerte. Prevaleció Pryor quien acribilló al nica en el round 14, provocando la intervención del árbitro Stanley Christodoulou. Fue un Ko dramático.
La afición y los promotores no esperaban este resultado. Por lo difícil de la pelea, se esperaba una revancha. Arguello la pidió. Estaba determinado a lograr el cuarto título. ¿Por qué no lo buscó con Leroy Haley, el otro Campeón, que sería más accesible? Arguello decía que él se sentía el Mejor y que, por eso, deseaba arrebatárselo al mejor. Surgió además la versión de que Pryor dio positivo en cocaína en un examen antidoping y esto exacerbó el deseo por un nuevo enfrentamiento.
Arguello hizo dos peleas de preparación las cuales ganó. Una por decisión al dominicano Vilomar Fernández y otra por Ko en tres asaltos al trinitario Claude Noel. Vino entonces la revancha con Pryor el 9 de septiembre en Las Vegas. Otra cruenta batalla en la cual, ambos salieron a matarse, pero que nuevamente prevaleció la fortaleza y la velocidad de Pryor. Arguello cayó en el 1ro, en el 5to y en el 10mo. De esta última caída no se levantó.
Después de esta derrota Arguello se retiró del boxeo y vino a reaparecer dos años después. Hizo una pelea en el 85, con Pat Jefferson el 25 de octubre y en el 86 con Billi Costello. Al primero lo noqueó en el 5to y al segundo en el 4to. Se volvió a retirar y vino a reaparecer 8 años después venciendo por decisión dividida a un hombre que tenía (según Box Rec) 2 peleas ganadas y 12 perdidas, Jorge Palomares y el 25 de enero del 95 perdió por decisión con el desconocido Scott Walker y decidió retirarse para siempre.
Como se puede apreciar, Arguello se acabó para el boxeo luego de sus dos derrotas con Aaron Pryor. Se desmotivó y no volvió a ser el mismo. Se apartó del gimnasio y pasó por graves momentos de depresión. Se dedicó a la política y llegó a ser Alcalde de Managua gracias a su gran popularidad. Apareció muerto en su casa el 1ro de julio de 2009 y aun no se ha esclarecido si fue suicidio o asesinato.
Pero lo cierto es que luego de las dos señaladas peleas, Arguello no dio lugar para otra gran confrontación boxística. Además ya el interés no iba a ser el mismo. Los promotores necesitaban la garantía de que su inversión se multiplicaría y un hombre desmotivado después de aquellos fracasos no garantizaba.
De modo que es evidente que, aun cuando Salvador no hubiera fallecido en aquel accidente, esa pelea no se hubiera dado. Así lo demuestran los hechos posteriores. ¿Y en una pelea imaginaria? Bueno, aunque nunca se podrá comprobar, pensamos que Arguello hubiera hecho prevalecer su estatura, clase y pegada sobre la velocidad, resistencia e inteligencia de Salvador. Es un Clásico del Boxeo Latino que nunca pudimos ver.
SALVADOR SANCHEZ CONTRA ALEXIS ARGUELLO
UNA PELEA QUE MUCHOS QUERÍAN Y NUNCA SE DIO.
Por Simón Piña.
Las circunstancias históricas muchas veces conspiran contra los deseos de una afición que anhela disfrutar de determinados espectáculos o enfrentamientos de esos que se consideran naturales o ideales. Es frecuente oír comparaciones entre los Yankees del 27 y los de los años 90 en beisbol. El Brasil del Mundial México 70 y la Holanda de Alemania 74 en futbol, o los Celtics de Boston de sus mejores días y los Bulls de Jordan, o entre Joe Louis y Muhammad Alí en los Pesos Completos.
Es un deseo morboso o un extraño capricho por conocer –o más bien imaginar-, resultados que nunca se van a saber por razones obvias. Salvador Sánchez fue un gran peleador y un ídolo de la afición mexicana y latina. Su muerte trágica y prematura tuvo el lógico efecto multiplicador de su popularidad que, generalmente ocurre en estos casos. Era el campeón Pluma y pensaba ascender a divisiones superiores en vista de que su fortaleza física le pedía subir de peso.
Alexis Arguello, el extraordinario campeón nicaragüense, pegador fulminante e incomparable rematador, era (y es aún) admirado por su clase como boxeador y por su condición de hombre educado y respetuoso. Lo apodaban el “Caballero del Ring”. Ganó el título mundial Pluma el 23 de noviembre del 74 y ya para el 82 andaba por la división Welter Junior.
Años dorados del boxeo
Eran los comienzos de la década de los 80. Época de grandes campeones. En estos tiempos proliferaban los grandes monarcas como Larry Holmes en la máxima división, los recién convertidos a la religión musulmana Eddie Gregory (Eddie Mustafa Muhammas), Dwight Braxton (Muhammad Qawi) y Mathew Franklin (Mathew Saad Muhammad) en los Semicompletos, además de uno de los héroes de Montreal 76, Michael Spinks y otros buenos como Marvin Johnson, Miguel Angel Cuello, Victor Galindez, animaban los Semicompletos.
En Mediano era indiscutible la majestad del Maravilloso Marvin Hagler, quien se retiró en el 87, luego de perder una polémica decisión con el Mejor de la Década, Ray Sugar Leonard. Por esos pesos andaban también Thomas Hearns, Roberto Durán, Wilfredo Benítez y un poco antes, los mexicanos Pipino Cuevas y Carlos Palomino.
En los Plumas, aparte de Salvador, estaba el excelso Maestro del Boxeo, Eusebio Pedroza, de Panamá. En los Gallos estaba el mexicano Lupe Pintor, por un lado y por el otro, el norteamericano Jeff Chandler. Pantoño Oronó destacaba entre los Supermoscas. Luego estarían el Tailandés Kaosay Galaxi y el mexicano Gilberto Román.
El gran Julio César Chávez coparía la década, pero aún andaba por los Ligeros Jr. En los pesos Mosca y Minimosca, el argentino Santos Laciar y el panameño Hilario Zapata eran los que mandaban. Era de notar, pues, que cada división contaba con un Campeón (o dos) de altos kilates con retadores capaces de comprometerlos a base de calidad. Fue una de las mejores décadas del boxeo, pero para aquel entonces, apenas comenzaba.
El natural desarrollo físico de varios de esos campeones, los llevó a subir de división en las cuales se tenían que enfrentar a hombres muy fuertes e incluso a Campeones también idolatrados por el público. Es así como Roberto Durán enfrentó a Ray Sugar Leonard y a Wilfredo Benítez (más tarde a Hagler). El mismo Leonard enfrentó en el 87 a Marvin Hagler e igualmente Thomas Hearns. Julio César Chavez subió a confrontar con el “Chapo” Rosario. Enfrentaría después a Meldrick Taylor y a De La Hoya, pero sería ya en los 90.
Tanto Salvador como Alexis lucían invencibles
La división Pluma era dominada por dos hombres, de manera absoluta. Por un lado Salvador Sánchez y por el otro, el panameño Eusebio Pedroza. Algunos retadores enfrentaban primero a uno y poco tiempo después, retaban al otro y con ambos perdían. Por ejemplo el puertorriqueño Juan Laporte y el guyanés Patrick Ford. La defensa que tenía programada Salvador Sánchez, para el mes de septiembre con Juan Laporte iba a ser la décima de la corona que le arrebató al “Coloradito” López.
No sólo destronó al “Little Red” sino que defendió su corona en un nuevo enfrentamiento con Danny, el cual también resolvió por Kot, esta vez en el round 14. La primera fue en el 13. Otra de sus grandes batallas la celebró en Las Vegas, el 21 de agosto del 81, cuando noqueó en 8 asaltos al boricua Wilfredo Gómez en una épica batalla. La que sería su última pelea también fue ante un ilustre oponente, todavía novato para entonces: el ghanés Azumah Nelson. Fue el 21 de julio del 82 en el Madison Square Garden. Una pelea dura que Nelson dominó en los primeros asaltos, Salvador la resolvió en el round 15 cuando el árbitro Tony Pérez detuvo el combate. En esta pelea, el juez Al Reid tenía arriba a Nelson 133-132 al momento de finalizar el combate.
Para el año 82, Arguello llevaba mucho tiempo en la élite del boxeo mundial. Había conquistado la corona Pluma el 23 de noviembre de 1974 en el Fórum de Inglewood noqueando al ídolo mexicano Rubén Olivares en el round 13 en una batalla histórica. Lo defendió en cuatro oportunidades, la primera de ellas, el 15 de marzo del 75 en el Poliedro de Caracas noqueando en 8 asaltos al venezolano Leonel Hernández.
El 28 de enero de 1978 en el estadio “Juan Ramón Lubriel” de Bayamón, Puerto Rico, se mandó una batalla criminal con el aguerrido Alfredo Escalera al cual le abrió una impresionante herida en el labio superior lo que ocasionó que el famoso árbitro Arthur Mercante detuviera la pelea en el round 13. De este título Ligero Jr que conquistó en esa cruenta batalla, efectuó 8 defensas, incluida una revancha asesina también, con el propio “Salsero” Escalera en Rimini, Italia.
Este título, al igual que los otros dos, los abandonó por problemas con el peso, sin perderlo en el ring. El 20 de junio del 81 derrotó por decisión unánime en Wembley al inglés Jim Watt para lograr la corona de los Ligeros versión Consejo Mundial de Boxeo. Retuvo el título otras cuatro veces y abandonó la corona por las mismas razones que dejó las otras. La primera defensa la efectuó exitosamente ante el peligroso bombardero Ray “Boom Boom” Mancini al que noqueó en el round 14.
El 22 de Mayo del 82, en el Hotel Aladdin de Las Vegas expuso la corona Ligero por cuarta vez ante el zurdo hawaiano Andy Ganigan. Luego de visitar la lona en el 1er asalto, Alexis se levantó para enfrentar el peligroso Ganigan y lo noqueó en el cuarto asalto. Fue su última defensa de ese título. Luego de una pelea a 10 asaltos, que resolvió por nocaut se lanzó a enfrentar al hombre más peligroso de la división: el “Halcón” Aaron Pryor.
Salvador contra Alexis nunca se hubiera dado
Mientras se preparaba para enfrentarse, en revancha, al boricua Juan Laporte, Sánchez decidió viajar a su natal Santiago Tianguistenco sin pensar que ese sería su último viaje al pueblo que lo vio nacer. Al regreso se presentó el fatal accidente que le quitó la vida. Fue el 12 de agosto de 1982. La pelea con Laporte era a mediados de septiembre. O sea que en septiembre del 82, Sanchez todavía era peso Pluma.
Arguello, por su parte, tenía pautado intentar un cuarto título mundial, el Welter Junior, el 12 de noviembre del 82 en Miami ante Aaron Pryor. La pelea se hizo exactamente tres meses después de la muerte de Sánchez. Batalla memorable en la cual ambos le vieron la cara a la muerte. Prevaleció Pryor quien acribilló al nica en el round 14, provocando la intervención del árbitro Stanley Christodoulou. Fue un Ko dramático.
La afición y los promotores no esperaban este resultado. Por lo difícil de la pelea, se esperaba una revancha. Arguello la pidió. Estaba determinado a lograr el cuarto título. ¿Por qué no lo buscó con Leroy Haley, el otro Campeón, que sería más accesible? Arguello decía que él se sentía el Mejor y que, por eso, deseaba arrebatárselo al mejor. Surgió además la versión de que Pryor dio positivo en cocaína en un examen antidoping y esto exacerbó el deseo por un nuevo enfrentamiento.
Arguello hizo dos peleas de preparación las cuales ganó. Una por decisión al dominicano Vilomar Fernández y otra por Ko en tres asaltos al trinitario Claude Noel. Vino entonces la revancha con Pryor el 9 de septiembre en Las Vegas. Otra cruenta batalla en la cual, ambos salieron a matarse, pero que nuevamente prevaleció la fortaleza y la velocidad de Pryor. Arguello cayó en el 1ro, en el 5to y en el 10mo. De esta última caída no se levantó.
Después de esta derrota Arguello se retiró del boxeo y vino a reaparecer dos años después. Hizo una pelea en el 85, con Pat Jefferson el 25 de octubre y en el 86 con Billi Costello. Al primero lo noqueó en el 5to y al segundo en el 4to. Se volvió a retirar y vino a reaparecer 8 años después venciendo por decisión dividida a un hombre que tenía (según Box Rec) 2 peleas ganadas y 12 perdidas, Jorge Palomares y el 25 de enero del 95 perdió por decisión con el desconocido Scott Walker y decidió retirarse para siempre.
Como se puede apreciar, Arguello se acabó para el boxeo luego de sus dos derrotas con Aaron Pryor. Se desmotivó y no volvió a ser el mismo. Se apartó del gimnasio y pasó por graves momentos de depresión. Se dedicó a la política y llegó a ser Alcalde de Managua gracias a su gran popularidad. Apareció muerto en su casa el 1ro de julio de 2009 y aun no se ha esclarecido si fue suicidio o asesinato.
Pero lo cierto es que luego de las dos señaladas peleas, Arguello no dio lugar para otra gran confrontación boxística. Además ya el interés no iba a ser el mismo. Los promotores necesitaban la garantía de que su inversión se multiplicaría y un hombre desmotivado después de aquellos fracasos no garantizaba.
De modo que es evidente que, aun cuando Salvador no hubiera fallecido en aquel accidente, esa pelea no se hubiera dado. Así lo demuestran los hechos posteriores. ¿Y en una pelea imaginaria? Bueno, aunque nunca se podrá comprobar, pensamos que Arguello hubiera hecho prevalecer su estatura, clase y pegada sobre la velocidad, resistencia e inteligencia de Salvador. Es un Clásico del Boxeo Latino que nunca pudimos ver.