Anthony Yarde contra Diego Jair Ramírez
Publicado: Dom Feb 09, 2020 9:07 am
No me las voy a dar de entendido, en esto del boxeo soy un analfabeto. De vez en cuando veo algún combate retransmitido por la televisión o asisto a alguna velada. En el segundo caso, las últimas con gran decepción. Cierto que mi inexperto ojo no me permite descubrir a un gran púgil sobre el ring, salvo que sea algo excepcional, pero sí me permite diferenciar un buen combate de uno que roza el patetismo más absoluto. Y de eso, en parte, es de lo que quiero hablar.
El día 8 de febrero de 2020 asistí, previo pago de 20 euros, a una velada celebrada en una discoteca del municipio madrileño de Rivas-Vaciamadrid. En el local no entraba ni un alfiler, no sería nada extraño que se superara el aforo. Por supuesto, no había asientos para todos, por lo que me tiré casi tres horas de pie, y eso que me fui antes del final. De la barra al ring no había ni tres metros de distancia, lo que hacía que toda aquel que esperase pacientemente a pedirse su refresco, cerveza o copa de ron, ginebra o whisky, junto con los espectadores de ese lado, no estuvieran ni a un metro-metro y medio de las cuerdas. He estado en interclubes donde se guardaba más distancia con el ring. Seguridad y respeto brillaban aquí por su ausencia. Si uno quería ir al servicio debía pasar por la zona donde estaban los púgiles calentando, área a la que se podía acceder sin el mayor impedimento. Nunca había visto tal cosa. ¿Vestuarios para los deportistas? Creo que los organizadores ignoraban qué son ese tipo de instalaciones.
Hecho este pequeño repaso a la pésima organización, toca hablar en unas pocas líneas de los combates. Bueno, de un combate en concreto. Ninguno fue de una calidad excepcional, aunque algunos (los menos) no desagradaron, ya fueran hombres o mujeres los que se subieron al ring. Pero la palma se la llevó un vergonzoso combate entre el londinense Anthony Yarde (18-1, 17 KO, antes del combate) y el colombiano Diego Jair Ramírez (4-48-3, 3 KO, antes del combate). Según el portal web Espabox, Yarde necesitaba una victoria tras su derrota ante el ruso Sergey Kovalev. Dicho y hecho. Visita a un cuchitril español para enfrentarse a un boxeador que, por sus números, parece que vive de subirse al ring para engordar las victorias de otros. ¿Boxeo? En ningún lado. Una diferencia brutal entre un púgil y otro. Un espectáculo bochornoso, patético, desagradable. El deporte no hizo acto de presencia, todo ello con el beneplácito de la Federación Madrileña de Boxeo, cuyo logo aparecía en el cartel de la velada.
Sí, este artículo de Solo Boxeo dio en la clave. Vergonzoso. https://www.soloboxeo.com/2020/02/08/anthony-yarde-regresa-frente-a-un-boxeador-con-48-derrotas/?unapproved=996239&moderation-hash=19da607e5b200f2afcd5bcd3cc122a70#comment-996239
El día 8 de febrero de 2020 asistí, previo pago de 20 euros, a una velada celebrada en una discoteca del municipio madrileño de Rivas-Vaciamadrid. En el local no entraba ni un alfiler, no sería nada extraño que se superara el aforo. Por supuesto, no había asientos para todos, por lo que me tiré casi tres horas de pie, y eso que me fui antes del final. De la barra al ring no había ni tres metros de distancia, lo que hacía que toda aquel que esperase pacientemente a pedirse su refresco, cerveza o copa de ron, ginebra o whisky, junto con los espectadores de ese lado, no estuvieran ni a un metro-metro y medio de las cuerdas. He estado en interclubes donde se guardaba más distancia con el ring. Seguridad y respeto brillaban aquí por su ausencia. Si uno quería ir al servicio debía pasar por la zona donde estaban los púgiles calentando, área a la que se podía acceder sin el mayor impedimento. Nunca había visto tal cosa. ¿Vestuarios para los deportistas? Creo que los organizadores ignoraban qué son ese tipo de instalaciones.
Hecho este pequeño repaso a la pésima organización, toca hablar en unas pocas líneas de los combates. Bueno, de un combate en concreto. Ninguno fue de una calidad excepcional, aunque algunos (los menos) no desagradaron, ya fueran hombres o mujeres los que se subieron al ring. Pero la palma se la llevó un vergonzoso combate entre el londinense Anthony Yarde (18-1, 17 KO, antes del combate) y el colombiano Diego Jair Ramírez (4-48-3, 3 KO, antes del combate). Según el portal web Espabox, Yarde necesitaba una victoria tras su derrota ante el ruso Sergey Kovalev. Dicho y hecho. Visita a un cuchitril español para enfrentarse a un boxeador que, por sus números, parece que vive de subirse al ring para engordar las victorias de otros. ¿Boxeo? En ningún lado. Una diferencia brutal entre un púgil y otro. Un espectáculo bochornoso, patético, desagradable. El deporte no hizo acto de presencia, todo ello con el beneplácito de la Federación Madrileña de Boxeo, cuyo logo aparecía en el cartel de la velada.
Sí, este artículo de Solo Boxeo dio en la clave. Vergonzoso. https://www.soloboxeo.com/2020/02/08/anthony-yarde-regresa-frente-a-un-boxeador-con-48-derrotas/?unapproved=996239&moderation-hash=19da607e5b200f2afcd5bcd3cc122a70#comment-996239