Casi a las puertas de concretarse está el pleito entre el ruso Matt Korobov y el campeón mundial mediano, el estadounidense Peter Quillin, que ofrecerá un suculento manjar para los amantes del boxeo, debido a la gran pegada y fortaleza física de ambos contendientes.
Más aún, porque se habrá roto un largo capítulo de distanciamiento entre las promotoras Golden Boy Promotions y Top Rank, que tuvo como víctimas y rehenes no solo a los boxeadores, sino también a los fanáticos que se han perdido incontables pleitos de enorme calidad en la disputa.
"Es absolutamente correcto", dijo el abogado Bob Arum, principal ejecutivo de Top Rank y representante de Korobov al confirmar que el ruso había firmado el pacto para vérselas contra Quillin. "Nosotros estamos listos y de seguro será una buena pelea".
Pero todavía no pueden lanzarse campanas al vuelo, pues el monarca "Kid Chocolate" Quillin no ha estampado su rúbrica en el contrato, ya que recibió una prórroga de la Organización Mundial (OMB) hasta el 3 de septiembre al convertirse en padre de un niño, que nació el pasado 23 de agosto en el hospital Mount Sinai, de Nueva York.
"El campamento de Quillin solicitó una extensión para firmar el contrato", dijo José Izquierdo, secretario general de la OMB. "Y las dos partes fueron informadas que se autorizó la prórroga hasta el 3 de septiembre".