un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Temas históricos, reseñas de boxeadores...
pernellcastellon
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Re: un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Mensaje por pernellcastellon »

Gracias estimado Psicotronico,te garantizo que se llevara con cuidado y prestando mas importancia a los estudios que al boxeo y espero poder dentro de unos años ponerles un video de churchil en algun torneo importante y puedan ver su evolucion,pienso igual que usted en referencia a parar la pelea antes ,si se da cuenta en el audio ,el unico con acento español que lo pide a gritos es un servidor,un placer leerlo ,como siempre ,saludos
cuquin el balsero
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Re: un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Mensaje por cuquin el balsero »

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José Raúl Capablanca Graupera

Nacimiento
19 de noviembre de 1888
Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg/Bandera de Cuba Cuba, La Habana

Fallecimiento
8 de marzo de 1942, 53 años
Bandera de los Estados Unidos Estados Unidos, Nueva York

Nacionalidad
cubano

Ocupación
ajedrecista, diplomático.

Cónyuge
Gloria Simoni Betancourt y Olga Eugenyevna Chubarova

Hijos
José Raúl Capablanca Simoni y Gloria de los Angeles Capablanca Simoni

Padres
María Graupera Marín y José María Capablanca Fernández

José Raúl Capablanca y Graupera (La Habana, 19 de noviembre de 1888 - Nueva York, 8 de marzo de 1942) fue un ajedrecista cubano, campeón mundial de ajedrez de 1921 a 1927. Por su genio precoz, fue apodado "el Mozart del ajedrez"; por el aura de invencibilidad en su época dorada se le llamó "la máquina del ajedrez".

[editar] Carrera ajedrecística

[editar] Primeros años

Nació en el Castillo del Príncipe, instalación militar de La Habana colonial (provincia de Cuba), el 19 de noviembre de 1888. José Raúl fue el segundo hijo de José María Capablanca Fernández, natural de Bayamo, Oriente, oficial del ejército español —Cuba no había aún conseguido su independencia— y la matancera María Graupera Marín.

Según su propio relato, Capablanca aprendió las reglas del juego a los cuatro años de edad, observando a su padre jugar con amigos. En el transcurso de una de las partidas, que éste jugaba habitualmente por las tardes con el General Loño, de quien era asistente, observó que don José María, movía el caballo de una manera no permitida; ante la sorpresa de todos, lo acusó de hacer trampas y pasó a demostrarle lo que había hecho.

Cuando el niño cumplió los cinco años su padre comenzó a llevarlo al Club de Ajedrez de La Habana. A los mejores jugadores del club les fue imposible derrotarlo dándole ventaja de dama. En diciembre de 1901, a la edad de trece años, derrotó al campeón nacional cubano Juan Corzo con el resultado de 4 victorias, 3 derrotas, y 6 tablas, alcanzando el título de campeón de Cuba.

[editar] Hacia la cima

Terminó sus estudios en el Instituto de Bachillerato de Matanzas. Su familia no disponía de recursos como para permitirle estudiar en el extranjero, pero en vista de sus buenos resultados académicos, su mecenas Ramón San Pelayo se dispuso a financiar su formación en los Estados Unidos. Cursó la secundaria en la Escuela Woodycliff de Nueva Jersey aspirando a entrar en la Universidad de Columbia para seguir la carrera de ingeniería química. Sin embargo, permanentemente distraído por su pasión en el juego ciencia, sólo cursó los dos primeros años.

En 1905 comenzó a frecuentar el Club de Ajedrez de Manhattan: En la noche del 6 de abril de 1906 participó en un torneo relámpago en el que, tras sucesivas partidas eliminatorias, venció al gran Emanuel Lasker, ante el asombro de todos, adjudicándose el torneo. Lasker estrechó la mano de su vencedor diciéndole: "Es notable joven, usted no ha cometido errores".

En su primer encuentro internacional, enfrentó al maestro norteamericano Eugene Delmar, a quien le ganó todas las partidas, a pesar de haberle otorgado ventaja de peón y salida.

Entre fines de 1908 y 1909 participó en una prolongada gira estadounidense; de un total de 734 partidas, ganó 703, entabló 19 y sólo sufrió 12 derrotas.

En 1909, a la edad de 20 años, Capablanca ganó un encuentro al campeón estadounidense Frank Marshall (+8 -1 =14). Fue la insistencia de Marshall lo que permitió que se le dejara participar al joven Capablanca en el torneo de San Sebastián, España en 1911. Ésta era una de las competiciones más importantes de la época; todos los grandes jugadores del planeta estarían presentes excepto el entonces campeón mundial Emmanuel Lasker. Al inicio del torneo Ossip Bernstein y Aaron Nimzowitsch objetaron la presencia del invitado pues éste no había ganado todavía ninguno de los grandes torneos. Sin embargo, después de que Capablanca ganara su primer juego contra Bernstein (en una partida que le otorgaría el premio a la brillantez), [1] éste reconoció su talento y dijo que no se sorprendería si su vencedor terminaba ganando la presa mayor.

Tras una movida durante un juego en la variedad de ajedrez rápido, Nimzowitsch se ofendió a raíz de un comentario de Capablanca, a quien respondió: "Los jugadores sin trayectoria deberían mantener la boca cerrada en presencia de sus superiores". En el acto, Capablanca retó a Nimzowitsch a enfrentarlo en una serie de juegos rápidos, los cuales ganó fácilmente. Los maestros presentes en el lugar concluyeron que el joven cubano era insuperable en la variante rápida, distinción que le correspondería hasta el final de su vida. Capablanca efectivamente terminó ganando el campeonato (nuevamente frente a Nimzowitsch), usando una apertura muy admirada por Mikhail Botvinnik, [2] y asombrando el mundo del ajedrez al ganar con balance de +6 -1 =7, delante de Akiba Rubinstein, Carl Schlechter y Siegbert Tarrasch.

En 1911 retó a Lasker por el campeonato del mundo. El alemán aceptó el desafío pero propuso 17 condiciones para el cruce. Capablanca no estuvo de acuerdo con algunas y no llegaron a un acuerdo.

En 1913 jugó en La Habana y terminó segundo detrás de Frank Marshall, habiendo perdido una de las partidas contra el norteamericano después de tener una posición ventajosa. [3] Reuben Fine afirmó que Capablanca había exigido al alcalde el desalojar a todos los espectadores para que no lo vieran en el mal estado de ánimo mientras perdía. Esta historia ha circulado en libros y en la Red; sin embargo, el libro de Edward G. Winter (véase aquí) documenta que la historia de Fine no tiene ningún fundamento. Demuestra en cambio que los 600 espectadores presentes, que naturalmente apoyaban a su compatriota, le dieron a Marshall una fuerte ovación. Las notas del mismo Marshall corroboran esta versión: Cuando oyó el griterío de la multitud creyó que lo iban a linchar, por lo que pidió una escolta de seguridad para que lo llevara rápidamente a su hotel. Después le contaron lo que había sucedido en realidad.

Inmediatamente después de esto Capablanca obtuvo un resultado de +13 -0 =0 en un torneo en Nueva York, aunque Oldrich Duras era el único Gran Maestro Internacional entre sus rivales.

En septiembre de 1913 consiguió un trabajo en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. El sueldo mediano le permitió seguir disfrutando de su pasión ajedrecística y realizar algunos viajes al exterior en busca de nuevos desafíos. Durante muchos años fue el cubano más famoso.

Luego jugó una serie de partidas en Europa contra los mejores jugadores de la época: en Berlín derrotó a Jacques Mieses y a Richard Teichmann; en San Petersburgo jugó una serie de seis partidas, dos contra Alexander Alekhine, dos contra Yevgeni Znosko-Borovski y dos contra Fiodor Dus-Khotimirsky, perdiendo una vez contra Znosko-Borovski y ganando el resto. Estos fueron sus primeros encuentros con Alekhine, quien fue superado ampliamente. [4], [5] Luego en Riga batió a Nimzowitsch en un elegante final de alfiles de color opuesto.[6] En Moscú venció a Bernstein en una partida que aparece en muchas antologías como una joya por la jugada ganadora 29... - Db2!!, y por la nueva estrategia de peones colgantes, [7]. En Kiev superó a Bogatyrchuk entre otros. Ya en Viena derrotó a Richard Réti en una partida y a Savielly Tartakower 1,5-0,5. Capablanca dio también un gran número de partidas simultáneas destacadas por su rapidez y gran cantidad de victorias.

En el gran torneo de 1914 en San Petersburgo, con la participación de la mayoría de los mejores jugadores del mundo (con la excepción de los del Imperio austrohúngaro), Capablanca se encontró con el gran Lasker por primera vez en un torneo normal (el cubano había ya ganado la final del mencionado torneo de ajedrez relámpago de 1906, en el que innovó con una ahora famosa composición final). Capablanca tomó ventaja de un punto y medio en las rondas preliminares, y obligó a Lasker a luchar por el empate. [8], [9] Ganó nuevamente el premio por brillantez contra Bernstein [10] y tuvo algunas victorias importantes contra David Janowsky, [11] Nimzowitsch [12] y Alekhine. [13]

Sin embargo fue víctima de una notoria mejoría de Lasker en la segunda parte del torneo, que incluyó una famosa victoria del alemán. [14] Terminó segundo, detrás de Lasker con 13 puntos contra 13,5 del alemán, pero adelante de Alekhine, quien finalizó en tercer puesto. Al concluir el torneo, el Zar Nicolás II proclamó a los cinco ganadores de premios (Lasker, Capablanca, Alekhine, Tarrasch y Marshall) como "Grandes Maestros del Ajedrez".

[editar] Campeón Mundial





Capablanca (izquierda) y Lasker (derecha) en Moscú en 1925.
En 1920, Lasker se dio cuenta de que Capablanca se estaba haciendo demasiado fuerte y, decidió renunciar al título en favor de éste, añadiendo: "Usted ha ganado el título no por la formalidad de un desafío, sino por su brillante maestría". El cubano prefería ganarlo en una partida, pero Lasker insistió en que era él ahora el retador. En 1921 jugaron el campeonato en La Habana donde Capablanca venció al alemán sin perder una sola partida: +4 -0 =10. No sería sino hasta ocho décadas más tarde que esto se repetiría, cuando en el año 2000 Vladímir Krámnik le ganó a Garry Kasparov +2 -0 =13.

El nuevo campeón del mundo, Capablanca, dominó en Londres en 1922. Hubo un número interesante de jugadores fuertes y se creía que el campeón no debería poder evadir retos a su título como había sucedido en el pasado. En este torneo, algunos de los mejores jugadores de la época (Alexander Alekhine, Efim Bogoljubov, Géza Maróczy, Richard Réti, Akiba Rubinstein, Tartakower y Milan Vidmar), se reunieron para discutir reglas para los campeonatos mundiales por venir. Entre otras cosas, una de las condiciones propuestas por el campeón fue que el aspirante al título tendría que reunir al menos diez mil dólares para el premio.

En los años siguientes, Rubinstein y Nimzowitsch desafiaron a Capablanca pero no lograron reunir el dinero.

Resultó segundo en Nueva York en 1924, otra vez por delante de Alekhine. En 1925 fue tercero en Moscú detrás de Efim Bogoljubov y Lasker. Pero en 1927 dominó el torneo en Nueva York contra seis jugadores sin perder una partida y con 2,5 puntos más que Alekhine.

En este periodo también hubo varios cambios en la vida personal del maestro. En diciembre de 1921 se casó con Gloria Simoni Betancourt. Tuvieron un hijo, José Raúl, en 1923 y una hija, Gloria, en 1925, pero el matrimonio terminó en divorcio. También perdió a su padre y a su madre.

[editar] Pérdida del título

El éxito en Nueva York en 1927 fue excepcional: terminó invicto en una vuelta cuádruple con seis de los mejores jugadores del mundo y con 2,5 puntos por encima del segundo lugar (Alekhine). Capablanca también superó al moscovita en su primer enfrentamiento, [15] ganó el premio de la partida más brillante contra Rudolf Spielmann [16] y ganó dos juegos interesantes contra Nimzowitsch. [17], [18]

Esto le dejó como el gran favorito para el campeonato contra Alekhine —que hasta entonces no había podido ganar nunca a Capablanca—. El desafío fue respaldado por un grupo de hombres de negocios argentinos y el presidente de este país, que garantizó los fondos.

La proximidad del partido llevó a una serie de pronósticos sobre su resultado: El gran maestro austríaco Rudolf Spielmann sentenció: "Alekhine no va a ganar ninguna partida"; según Vidmar: "Alekhine no tiene ni la sombra de una posibilidad"; Bogoljubov coincidió: "El resultado final va a ser 6 x 3 a favor de Capablanca"; Nimzowitch y Maroczy se pronunciaron también en favor de la victoria del cubano.

El propio Capablanca se sentía seguro de su triunfo, por lo que —fiel a su estilo— no se preparó para el encuentro, confiando en su capacidad única para resolver los problemas directamente frente al tablero; en cambio, llevado por sus responsabilidades laborales como representante del ajedrez de Cuba, participó en una gira de partidas de exhibición por el Brasil.

En una estrategia diametralmente opuesta, su contrincante se dedicó a la compleja tarea de estudiar con inédita profundidad los patrones subyacentes en el estilo de juego de Capablanca, sus movimientos recurrentes y respuestas ante problemas complicados, etc., inaugurando una forma de trabajo que es norma hoy en día entre los máximos exponentes del ajedrez mundial.

El encuentro se jugó en septiembre en Buenos Aires. Ganaría el primero en obtener seis victorias. Alekhine jugó con paciencia y solidez, llevó a Capablanca a perder la primera partida de manera mediocre, [19] para luego tomar ventaja ganando las partidas número 3 [20] y 7 [21] —juegos de ataque más al estilo de Alekhine— luego perdió las partidas 11 [22] y 12. [23] Capablanca intentó convencer a Alekhine para anular la cita después de una larga serie de tablas. El ruso rehusó, y acabó venciendo +6 -3 =25, en el encuentro más largo de la historia del campeonato del mundo exceptuando el campeonato en 1985 entre Karpov y Kasparov.

Alekhine no aceptó jugar la revancha, contraviniendo una de las condiciones del enfrentamiento. A pesar del colapso de los mercados financieros en 1929, Alekhine siguió insistiendo en las condiciones acordadas en Londres, es decir, Capablanca estaba obligado a recaudar $10,000. El aspirante no logró satisfacer esta condición. En cambio, Alekhine jugó dos campeonatos mundiales contra Efim Bogoljubov, que era un buen ajedrecista, pero no una amenaza para él en un juego extenso. Durante su reinado, Alekhine rechazó jugar en los mismos torneos que su rival.

[editar] Post-campeonato

Capablanca ganó varios torneos fuertes después de haber perdido el título mundial, tenía la esperanza de que tarde o temprano sus resultados obligarían a Alekhine a jugar una revancha por el campeonato del mundo, lo que no sucedió. En 1931 derrotó al gran jugador holandés Max Euwe +2 -0 =8, tras lo cual dejó de jugar por un tiempo al más alto nivel, participando solamente en partidas de menos importancia en el Club de Ajedrez de Manhattan.

Reuben Fine, extraordinario jugador de ajedrez rápido, rememora que en este período jugó varios cruces de esta especialidad con Alekhine, con resultados muy parejos. En comparación, las pocas veces que se enfrentó en esta variante con el cubano, éste lo machacó "sin misericordia".

En 1934 comenzó de nuevo a jugar torneos de mayor importancia. Olga Chagodayev, con quien se casó en 1938, lo inspiró a competir de nuevo. Alekhine perdió el título contra Euwe en 1935 en parte debido a sus problemas con el alcohol. Esto le dio a Capablanca nuevas esperanzas de volver a ganar el título, y ganó en Moscú en 1936, delante de Botvinnik y Lasker. En el gran torneo de Nottingham en 1936, terminó empatado con Botvinnik, por delante de Euwe, Lasker, Alekhine y detrás de los nuevos talentos de Reuben Fine, Samuel Reshevsky y Salo Flohr.

Ésta fue la primera partida de Capablanca contra Alekhine desde el gran campeonato mundial entre los dos y el genio cubano no perdió la oportunidad de vengar su derrota. [24] Teniendo una posición inferior, logró atrapar al ruso en una trampa tan elaborada que ninguno de los otros jugadores (excepto Lasker) se dio cuenta de dónde el perdedor había cometido el error.

Capablanca comentó sobre este particular en El legado de Capablanca: sus últimas presentaciones, pags. 111–112, expresando su admiración por la astucia que Lasker demostraba incluso a los sesenta años. Sin embargo, el cubano no menciona a su oponente: Alekhine. La relación entre ambos era de profundo desagrado mutuo, hasta el punto en que rara vez compartieron un tablero por más de unos segundos: cada uno hacía su movida y luego se levantaba para caminar por las cercanías.

En 1937, Euwe, en contraste con la situación entre Alekhine y Capablanca, cumplió con su obligación y concedió a Alekhine el juego de revancha. Alekhine dejó de beber, se preparó bien y volvió a ganar fácilmente el primer puesto. Después de esto no hubo mucha esperanza de que Capablanca volviera a disputar el título, Alekhine no jugó más partidas por el campeonato del mundo y murió en 1946. El absoluto y arbitrario control del título por parte del circunstancial campeón impulsó a la FIDE a reglamentar el mecanismo de elección de rivales y así asegurarse de que el mejor aspirante tuviera la oportunidad de acceder a la final.

La salud de Capablanca comenzó a empeorar. Tuvo un pequeño accidente cerebrovascular durante el Torneo AVRO de 1938, y tuvo el peor resultado de su carrera: séptimo de ocho jugadores. Sin embargo, incluso en esta etapa de su declive, fue capaz de producir resultados extraordinarios: En la olimpíada de ajedrez de 1939 en Buenos Aires1 representando a Cuba, logró obtener la medalla de oro individual al mejor primer tablero, por delante de Alekhine y de Paul Keres.2

El 7 de marzo de 1942, Capablanca se encontraba en el Club de Ajedrez de Manhattan en Nueva York. El cubano, de muy buen humor, hacía bromas en relación con las jugadas que se producían en el tablero. De pronto, sorprendiendo a los que le rodeaban, se puso en pie exclamando: "Ayúdenme a quitar el abrigo...", desplomándose luego en brazos de los ajedrecistas que se le acercaron. Trasladado momentos después al Hospital Monte Sinaí, al que llegó en estado comatoso, falleció a las 5:30 de la mañana del día 8. La causa directa de su muerte fue hemorragia cerebral, consecuencia de la hipertensión arterial que venía padeciendo desde hacia bastante tiempo. Justamente un año antes, en el mismo hospital, había fallecido Emanuel Lasker. Tras su muerte el mundo del ajedrez sufrió una terrible consternación. Los grandes maestros más importantes de la época, incluyendo a Alekhine, expresaron sus pésames y le calificaron como el jugador de ajedrez más grande de todos los tiempos.

José Capablanca recibió sepultura en La Habana con grandes honores. El General Fulgencio Batista, presidente de Cuba, se hizo personalmente cargo de los trámites funerarios. Capablanca falleció a la edad de 53 años y 109 días. En 1951, Cuba editó una estampilla de 25 centavos con su retrato, la primera con la figura de un maestro de ajedrez.

[editar] Valoración de su carrera

En toda su carrera Capablanca sufrió menos de cincuenta derrotas en partidas oficiales. En partidas oficiales, perdió 35, el 6% del total. Permaneció invicto por más de ocho años, desde el 10 de febrero de 1916, cuando perdió desde una posición superior contra Oscar Chajes; hasta el 21 de marzo de 1924, cuando sucumbió frente a Richard Réti en el Torneo Internacional de Nueva York. Se trata de un récord de 63 juegos, que incluyó el delicadísimo torneo de Londres de 1922 y la partida por el campeonato del mundo contra Lasker. De hecho, sólo Marshall, Lasker, Alekhine y Rudolf Spielmann ganaron dos o más partidas oficiales frente a un Capablanca maduro, aunque los totales de sus respectivas carreras son negativos (Capablanca derrotó a Marshall +20 -2 =28, a Lasker +6 -2 =16, a Alekhine +9 -7 =33), a excepción de Spielmann que consiguió su nivel (+2 -2 =8). De la élite mundial, solamente Paul Keres tuvo un estrecho margen a su favor (+1 -0 =5), triunfo que ocurrió cuando Capablanca tenía 50 años, en el declive de su carrera. Su puntaje Elo ha sido calculado en 2725.

Capablanca no fundó ninguna escuela por sí mismo, pero su estilo fue muy influyente en las partidas de los campeones mundiales Bobby Fischer y Anatoly Karpov. Mijaíl Botvínnik escribió acerca de cuánto aprendió de Capablanca, y precisó que también Alekhine debía al cubano mucho de su juego posicional, que aprendió durante sus frecuentes reuniones antes de que la lucha por el título del mundo les hiciera enemigos. Botvinnik considera a Los fundamentos del ajedrez, de Capablanca, como el mejor libro sobre ajedrez que se haya escrito. En este texto el gran maestro precisa que mientras que el alfil es generalmente más fuerte que el caballo, la unión de reina más caballo es generalmente superior que la combinación de dama y alfil: el movimiento diagonal de éste simplemente imita al de la reina, mientras que el caballo la complementa, alcanzando inmediatamente posiciones que le están vedadas a la dama. Botvinnik acredita a Capablanca como el primero en hacer esta observación.

[editar] Críticas

La crítica más común a su figura se centra en su tradicional pereza: al frente del tablero, si no podía conseguir algo por medios sencillos entonces ni siquiera lo intentaba. Esta característica se manifestaba en que por lo general confiaba en su instinto dejando el cálculo de lado, lo que en ocasiones redundaba en errores graves. Además –y excepcionalmente– fue incapaz de resolver algunos finales difíciles.

En cierto momento Capablanca fue criticado —principalmente en Gran Bretaña— por la supuestamente vanidosa descripción de sus propios logros en su primer libro, Mi carrera en el ajedrez. En respuesta, el maestro tomó la medida sin precedente de incluir virtualmente todas sus derrotas en torneos y partidas en Los fundamentos del ajedrez, junto con un grupo representativo de sus victorias. Por otro lado J. du Mont, en su prólogo al libro de Golombek Los 100 mejores juegos de Capablanca, atestigua que el cubano —a quien conocía bien— no era en lo absoluto una persona vanidosa; en cambio aconsejaba a los críticos que aprendieran la diferencia entre la mente simplemente dotada y el genio elevado de un Capablanca, y el contraste entre la tendencia británica hacia la falsa modestia con la costumbre latinoamericana de decir "jugué este juego tan bien como podría ser jugado" cuando honestamente se cree estar en lo correcto. Du Mont también afirma que Capablanca era bastante sensible a la crítica. Edward G. Winter, historiador del ajedrez, documenta un número de ejemplos de autocrítica en Mi carrera en el ajedrez.

[editar] Propuesta de nuevas reglas




El ajedrez de Capablanca. El arzobispo (composición de alfil+caballo) está ubicado entre el caballo y el alfil tradicionales del lado de la reina; el canciller (compuesto de torre+caballo) está posicionado análogamente y del lado del rey.


Capablanca predijo que el ajedrez enfrentaría dificultades mayores si continuaba la tendencia de que los jugadores de élite terminaran sus partidas en tablas. Para evitarlo sugirió una variación del esquema de juego, llamada el "Ajedrez de Capablanca", a desarrollarse en un tablero de 8x10. Su idea se basaba en que el mayor número de piezas y las dimensiones extendidas del tablero permitirían al jugador más efectivo el expresar claramente su superioridad, debido a la complejidad y los grados de libertad adicionales.

Debe aclarase que el gran maestro propuso esta variación complicada mientras era campeón mundial y no después de perder el título, como algunas fuentes sostienen incorrectamente.
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cuquin el balsero
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Re: un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Mensaje por cuquin el balsero »

Félix Carvajal

Andarín Carvajal en la maratón de los Juegos oímpicos de St. Louis.
Félix de la Caridad Carvajal y Soto, conocido también como Andarín Carvajal (18 de marzo de 1875 - 27 de enero de 1949) fue un famoso atleta cubano, participante en los Juegos olímpicos de St. Louis 1904 en la prueba de maratón.

Nació en San Antonio de los Baños y murió en La Habana. Siempre vivió y murió en la más absoluta pobreza. Durante su vida se hizo famoso por su gran resistencia. Ejercía de cartero ocasional en navidad, festivos y vacaciones, y le gustaba mucho andar. Hacía de hombre anuncio y le solían pagar por llevar letreros y carteles en su cuerpo anunciando productos. Antes de los Juegos Olímpicos de St. Louis, recorría las calles y parques de la ciudad de La Habana con una camiseta en la que pedía dinero para que un atleta cubano pudiera permitirse pagar el billete que le posibilitara ir a competir en la prueba de maratón. Finalmente consiguió recaudar algo de dinero, pero al llegar a Nueva Orleans las diversiones, los timadores y las damas pronto le dejaron sin dinero y tuvo que afrontar el resto del viaje a pie, desde Nueva Orleans hasta St. Louis, unas 700 millas aproximadamente, más de 1100 kilómetros. A los largo del camino le ayudo mucha gente y finalmente pudo llegar a competir. Una vez en la línea de salida se presentó con una indumentaria poco apropiada para la prueba con manga larga y pantalones largos, además de las botas que utilizaba como cartero. Alguién le corto las mangas y los pantalones y se dio la salida, cuando iba liderando la carrera, y con un gran hambre después de más de 40 horas sin poder comer, al pasar por un huerto vio un manzano, del cual cogió tres manzanas que estaban demasiado verdes y no le sentaron bien, produciéndole un fuerte dolor de estómago y obligándole a tener que pararse y acabando la carrera en cuarto lugar. Posiblemente, de haber comido y utilizado una indumentaria deportiva similar a los atletas de la época hubiera ganado holgadamente la maratón.

Hay un libro que relata de manera novelada las peripecias que tuvo que realizar para llegar a competir en las olímpiadas y el desarrollo de la carrera. Escrito por Bernardo José Mora, el libro se titula Félix Carvajal, corredor de maratón y en 1990 fue galardonado con el premio de novela deportiva de la revista Don Balón.

En el año 2004 en San Antonio de los Baños (La Habana) se celebró una carrera y caminata popular de 15 km conmemorando el centenario de su participación en los Juegos Olímpicos y el 55 aniversario de su fallecimiento.
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pernellcastellon
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Re: un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Mensaje por pernellcastellon »

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Ayer con el Campeon en Valencia (España) todo un caballero, sobre JR "es un tipo muy duro"
cuquin el balsero
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Re: un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Mensaje por cuquin el balsero »

gracias por compartir,hermano pernell.dale un abrazo en mi nombre a Martinez,el boxeador excepcional y de origen humilde,al idolo de quilmes,no al que hablo de mas en tv promocionando su pelea contra el jr.
saludos.
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pernellcastellon
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Re: un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Mensaje por pernellcastellon »

cuquin el balsero escribió:gracias por compartir,hermano pernell.dale un abrazo en mi nombre a Martinez,el boxeador excepcional y de origen humilde,al idolo de quilmes,no al que hablo de mas en tv promocionando su pelea contra el jr.
saludos.

De nada Cuquin no hay nada mejor que compartir con amigos y doy Fe de lo dicho por ti ,el Martinez que vimos en su promocion es justamente eso,pura promocion ,es un chico espectacularmente normal,humilde ,sencillo y con mucho respeto hacia sus adversarios,ni una mala palabra hacia ellos,creeme este tipo vale mucho la pena
cuquin el balsero
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Re: un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Mensaje por cuquin el balsero »

tienes razon,aunque no me gusto lo que hablo.
aqui les va un regalo a todos,en especial a mis hermanos del cono sur,disfrutenlo!

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pernellcastellon
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Re: un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Mensaje por pernellcastellon »

Bueno Cuquin a mi tampoco demasiado,pero parece ser que surgió efecto,con dicha actitud consiguió ser mas mediático y dada la edad ,no tenia muchas mas opciones para llegar al publico general,parece ser.saludos
cuquin el balsero
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Re: un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Mensaje por cuquin el balsero »

hablando en serio pernell,sergio Martinez es uno de los mejores boxeadores que he conocido,pero no me gusto todo lo que hablo en contra del jr.
Martinez es un digno representante de la gran argentina,pais de gran educacion y solidas tradiciones,la patria del inolvidable carlos gardel,la mejor voz en cualquier lengua.
cuidate y recibe mis habituales saludos.
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pernellcastellon
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Re: un deporte,cuyo nombre no recuerdo

Mensaje por pernellcastellon »

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El gran boxeador Dominicano Elio Rojas en su preparacion frente al Mexicano Gonzalez y mi gran amigo y maestro Rafael en Santo Domingo,espero que este bien Elio , que sigas "poniendote Roca" como tu dices y pronto te podamos ver en un cuadrilatero
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