Por Andrés Pascual
Hay palabras que se deben emplear con mucho cuidado, porque, como el cristal fino, al menor descuido, pueden explotar en las manos…
Cuatro de esas son clásico, leyenda, inmortal y legado, sobre todo esta última debe ser rigurosamente protegida, porque significa “lecciones que se le dejan a la posteridad”, legar es “dejar huella en el tiempo”.
El último legado positivo para el boxeo se llama Ricardo “Finito” López: una carrera inmortal como la de cualquiera de las leyendas que en Fistiana han sido, que se retiró invicto y no tentó al Diablo vestido de promotores para quedarse entregando su brillante palmarés y parte de su propia vida en el intento, posiblemente para ganar 4 pesos a cambio de daños irreversibles a su organismo. Uno de los poquísimos boxeadores que nunca perdió un combate ni en el circuito aficionado.
Julio C Chávez sr y Roberto Durán, dos de los mejores libra por libra de la historia, porque confundieron la pérdida de facultades con “un día malo”, porque siguieron solo para hacer el ridí**** y pisotear sus records brillantes, porque sometieron sus anatomías al castigo peligroso e innecesario, no pueden considerarse dignos del legado que debe atender al peleador novel sobre todo, ni Roy Jones jr…
Bernard Hopkins deja una estela de sabiduría con respecto al comportamiento y la relación entre “dentro y fuera del ring”: este deporte es duro, si lo va a practicar buscando horizontes de grandeza, incluso con menos ambición que la gloria legendaria, deje a buen recaudo su familia y no cometa imprudencias, que los excesos debajo y ajenos al ring, los cobra el deporte arriba.
Incluso ni Louis ni Robinson ni Alí dejan el legado acorde con sus condiciones y sus virtuosismos: la forma en que quedaron tras sus retiros son la negación absoluta de lo que se quiere con respecto al boxeo, además de constituirse en alimento para quienes odian al pasatiempo y utilizan la secuela como justificación de sus intentos por proscribirlo.
Sin embargo, todos los gladiadores que mencioné fueron respetuosos con el público, aceptaron el reto por peligroso que fuera para validar la máxima que reza “por algo le llaman el respetable” y no establecieron nunca un negocio con los promotores y otros elementos del ambiente, que incluye el retiro fraudulento y el regreso a un pleito titular, a veces en otro peso, definido por el dinero que beneficiará al circuito televiso, al promotoril y al entorno personal del boxeador.
Sobre esta base, ¿Qué legado podría dejar Floyd Mayweather jr para las generaciones interesadas en este deporte desde el punto de vista positivo?
Floyd Mayweather jr no es un peleador invicto, le regalaron una pelea contra el codicioso, bravo y fuerte gladiador que fue José L Castillo, que peleó con Diego Corrales una de las más dramáticas y sensacionales peleas de todos los tiempos.
Pero la mafia del pugilismo de hoy quería al llamado Pretty Boy para lo que ha sido: el elemento que vende para la televisión de alto voltaje, porque le diseñaron un plan de de brillo dudoso, basado en enganchar al fanático que simpatiza con él y al que lo odia, ambos, religiosamente, pagan el alto costo del PPV, con los segundos en mayoría abrumadora, porque, posiblemente, nunca hubo un boxeador del que pudiera disfrutarse más una derrota que el próximo contendiente del Canelo, gracias a la forma exagerada de antipático y rechazable que le facturaron, que se ha encargado de cumplir con rigurosa disciplina y éxito.
Todo lo que este peleador dejará para la posteridad es la imagen de un buen boxeador rápido de piernas que no equilibra con la de manos, solo eso, de extrema defensa y poca riposta, que ha tomado el boxeo como un asunto serio en cuanto a preparación, que, por sus alejamientos prolongados del ring, le han castigado muy poco, faceta que le demerita ante la historia, adjunta a la forma como ha manejado la selección de contrarios, evitando a los que pudieran golpearlo y vencerlo.
El próximo 14 de Septiembre enfrentará al Canelo Álvarez en otro de esos pleitos de gran demanda y mucho dinero, al modo mío de ver la pelea, esta vez equivocó al contrario, si no, al tiempo…